Las inmediaciones de las estaciones Mauricio Báez, de la II línea del Metro de Santo Domingo, y la Manuel Arturo Peña Batlle, de la I línea, en Villa Juana, se han convertido en dos de los lugares más peligrosos del Distrito Nacional, debido a la gran cantidad de robos y asaltos en esos lugares. Los robos y asaltos son cometidos a cualquier hora, pero mayormente de noche cuando centenares de obreros y estudiantes regresan a Villa Juana, desde sus centros de estudios y trabajo. La ola delictiva en el lugar tiene intranquilos a los padres y profesores de la escuela República Dominicana y del colegio Santiago Apostol, ubicados a pocos metros de la estación Mauricio Báez.
También existe una gran preocupación entre los atletas y estudiantes del club Mauricio Báez, a menos de cien metros de la estación Manuel Arturo Peña Batlle, en la línea uno.
Algunos de los asaltantes se pasan gran parte del día en las inmediaciones de la estación Mauricio Báez, especialmente debajo de varios árboles de bambú y javilla que están en la calle Francisco Villaespesa, entre la calle Seibo y el expreso V Centenario.
Según versiones, los jóvenes pasan mucho tiempo en el lugar observando el movimiento de posibles víctimas.
Residentes en Villa Juana aseguran que los robos y asaltos son favorecidos por la falta de vigilancia policial y por la oscuridad que se registra en el sector, donde las bombillas del tendido eléctrico son destruidas por desconocidos.
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