El conjunto de indicios contra el expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva en la investigación abierta por corrupción es “bastante significativo”, afirmó ayer Carlos Fernando dos Santos Lima, fiscal de Curitiba encargado del proceso abierto por desvíos en la petrolera estatal Petrobras.
“El conjunto de indicios es bastante significativo pero muchos de esos aparecieron en la prensa antes de que hiciéramos una investigación profunda”El popular expresidente,
quien gobernó de 2003 a
2010, criticó, dijo el funcionario en un encuentro con la prensa en el que dio detalles de la operación realizada ayer por la Policía Federal en propiedades del ex jefe de Estado.
quien gobernó de 2003 a
2010, criticó, dijo el funcionario en un encuentro con la prensa en el que dio detalles de la operación realizada ayer por la Policía Federal en propiedades del ex jefe de Estado.
“Tenemos conferencias (de Lula) en el exterior (financiadas por empresas implicadas en desvíos de Petrobras), indicios de obras en el exterior en el que podría haber tráfico de influencia, todo bajo investigación”, insistió el fiscal.
La Policía Federal realizó a primera hora de ayer una amplia operación en varias ciudades, con allanamientos en diversas residencias de la familia del exmandatario, quien fue trasladado a una comisaría para declarar por delitos de supuesta corrupción, como “ocultación de patrimonio” y “lavado de dinero”.
Según Dos Santos Lima, el Instituto Lula, presidido por el exmandatario, recibió cerca de 20 millones de reales (unos 5 millones de dólares) en donaciones de las cinco empresas más implicadas en los desvíos en Petrobras.
El fiscal agregó que el ex jefe de Estado recibió de esas mismos cinco empresas cerca de 10 millones de reales (unos 2.5 millones de dólares) como pago por conferencias que dictó tanto en Brasil como en el exterior.
De acuerdo con las cuentas de la Fiscalía, del total de recursos recibidos por el Instituto Lula en los últimos años, un 60 % provino de las cinco empresas más implicadas en las corruptelas de Petrobras, que también fueron responsables por el 47 % de los recursos que el exgobernante recibió por dar conferencias desde que fue sucedido por Dilma Rousseff en 2011.
“Como un prisionero”
El popular expresidente, quien gobernó de 2003 a 2010, criticó airadamente la operación policial, la cual calificó como parte de una campaña para manchar su imagen, la de su partido y la de su sucesora, la presidenta Dilma Rousseff. Rousseff, por su parte, expresó su “total inconformidad” con la operación, la cual consideró innecesaria, aunque parecía distanciarse de su predecesor al mencionarlo sólo tangencialmente durante un discurso la tarde de ayer.
El popular expresidente, quien gobernó de 2003 a 2010, criticó airadamente la operación policial, la cual calificó como parte de una campaña para manchar su imagen, la de su partido y la de su sucesora, la presidenta Dilma Rousseff. Rousseff, por su parte, expresó su “total inconformidad” con la operación, la cual consideró innecesaria, aunque parecía distanciarse de su predecesor al mencionarlo sólo tangencialmente durante un discurso la tarde de ayer.
“Me sentí como un prisionero esta mañana”, dijo Lula, quien ha expresado interés en competir de nuevo por la presidencia. “He pasado por muchas cosas, y no soy alguien que guarde resentimientos, pero no creo que nuestro país pueda seguir así”.
De su lado, el presidente de la mayor patronal de Brasil, Paulo Skaf, pidió ayer la renuncia de la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, debido a la crisis económica y a la corrupción. Skaf, quien preside la Federación de Industrias de Sao Paulo (Fiesp), el gremio empresarial más influyente del país, consideró que la salida de Rousseff permitirá la retomada del crecimiento y aumentará la confianza de los inversores en el país.
¿QUIÉN ES EL JUEZ SERGIO MORO?
Sergio Fernando Moro (1972) era un juez federal brasileño aparentemente desconocido hasta que en 2014 asumió el caso Lava-Jato, la mayor investigación de corrupción que se ha visto en Brasil y que hayer hizo que el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva fuera conducido a una comisaría. Pese al protagonismo y la fama que ha ganado como responsable por una investigación de corruptelas que salpican a una veintena de grandes empresas y medio centenar de políticos, Moro, considerado como uno de los mayores especialistas en investigar lavado de dinero en el país, insiste en mantener su vida privada en el anonimato. Pero mantenerse a la sombra ha sido difícil dada la extensión que ha alcanzado la investigación por los millonarios desvíos en la petrolera estatal Petrobras, que tiene en prisión a millonarios empresarios y contra las cuerdas a decenas de políticos y autoridades.
Sergio Fernando Moro (1972) era un juez federal brasileño aparentemente desconocido hasta que en 2014 asumió el caso Lava-Jato, la mayor investigación de corrupción que se ha visto en Brasil y que hayer hizo que el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva fuera conducido a una comisaría. Pese al protagonismo y la fama que ha ganado como responsable por una investigación de corruptelas que salpican a una veintena de grandes empresas y medio centenar de políticos, Moro, considerado como uno de los mayores especialistas en investigar lavado de dinero en el país, insiste en mantener su vida privada en el anonimato. Pero mantenerse a la sombra ha sido difícil dada la extensión que ha alcanzado la investigación por los millonarios desvíos en la petrolera estatal Petrobras, que tiene en prisión a millonarios empresarios y contra las cuerdas a decenas de políticos y autoridades.
Alzado a casi un símbolo nacional contra la corrupción, el juez ha pasado a dar conferencias en universidades y ante empresarios, que enfoca en asuntos técnicos y en las que mantiene su tradicional seriedad. Nacido en Maringá, ciudad en el sureño estado de Paraná, este juez titular de la 13º Corte Penal Federal de Curitiba es hijo de Odete Starke, profesora de lengua portuguesa, y Dalton Áureo Moro, profesor universitario de geografía (ya fallecido).POR AGENCIAS
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