El Ministerio Público, encabezado por la procuradora general de la República Miriam Germán Brito, se ha enfocado en desarticular presuntas redes dedicadas al narcotráfico, poniendo especial énfasis en las estructuras financieras que sustentan las actividades del lavado de activos.
De septiembre del año pasado a la fecha, las presuntas bandas han sido desmanteladas y desarticuladas en las operaciones Falcón, Larva, Discovery y FM, llegando a los tribunales, redes que han incurrido en franco lavado de activos provenientes del narcotráfico.
La Falcón, desmantelada el 8 de septiembre del año pasado, fue una de las primeras operaciones contra el lavado de activos y el narcotráfico en la que quedaron más de 20 detenidos y que están cumpliendo prisión preventiva.
La red creó una organización criminal trasnacional dedicada a traficar cocaína desde la República Dominicana hacia Europa, Estados Unidos y Puerto Rico, teniendo como centro de mando y operación la provincia de Santiago.
Establecieron una estructura criminal parecida a la que tradicionalmente siguen la mafia italiana, integrando a la familia como parte esencial de los negocios ilícitos.
Traficaron cientos de miles de kilos de drogas en los referidos países, movilizando más de 500 millones de dólares producto de esa actividad criminal.
Además, estos portaban y traficaban armas de fuego de alto calibre, muchas de ellas solo permitidas para uso de policías y militares como es el caso de fusiles.
Los imputados colocaron los millonarios fondos en efectivo que recibían de sus operaciones ilícitas, como el narcotráfico y el tráfico de armas, a través de empresas dedicadas a la producción, estaciones de combustibles, financieras, dealers, vehículos de lujo, fincas, ganados, cotosos relojes, entre otros negocios.
Transformaron sus transacciones con el objetivo de colocar los fondos en la economía legal y en las instituciones financieras.
Además, trataban de darle apariencia legal a sus actividades a través de documentaciones llenas de falsedades, con la pretensión de ocultar el rastro de su origen ilícito y justificar el rápido incremento de su fortuna.
Luego, en menos de dos meses, el 27 de octubre de ese mismo año, fue desmantelada por la Operación Lava, otra red de lavado de activos provenientes del narcotráfico un poco parecida a la anterior, con la peculiaridad de que los implicados en la red desarticulada en este caso estuvieron vinculados a una estructura criminal a la que el 16 de marzo de 2020, las autoridades le apresaron en flagrante delito, al interceptar una embarcación en la costa de Nigua, San Cristóbal, que provenía desde Colombia y que tenía a bordo 700 paquetes de cocaína clorhidratada.
También se les vinculó al caso por el que el 28 de agosto de 2019 fueron arrestadas, en el Distrito Nacional, dos personas al interceptar dos vehículos, incluyendo una yipeta que tenía un compartimiento secreto en cuyo interior se encontró un fusil, una pistola y dos teléfonos satelitales. En dicho el operativo se ocuparon 20,000 dólares en la vivienda de donde salieron los arrestados.
La procuraduría arrestó a 16 personas con la operación, vinculadas al tráfico, desde Colombia.
El grupo formaba parte de una organización criminal dedicada a operaciones “a gran escala” para el tráfico de drogas y lavado de dinero.
Para lograr su cometido, esta red se auxilió de familiares de los principales miembros de la red, similar a la operación Falcón. Además, de compañías fantasmas.
Una de sus principales tácticas consistía en invertir las grandes sumas de dinero obtenidas de las actividades del narcotráfico en el sector inmobiliario, adquiriendo “inmuebles suntuosos” en sectores exclusivos del Distrito Nacional, Punta Cana y Santiago de los Caballeros.
Las riquezas del grupo no sólo fueron invertidas en edificaciones, sino que también adquirieron vehículos de alta gama y armas de fuego de alto y bajo calibre, como los implicados en el caso Falcón.
Otra de las operaciones es Discovery, un caso reciente puesto en marcha por la procuraduría el 2 de este mes, realizando una serie de allanamientos en diferentes call centers en Santiago.
El centro operativo de la red estaba en Santiago, al igual que Falcón.
Lo que diferencia este caso de Falcón y Larva es que presuntamente los imputados se dedicaron al ciberdelito, a la extorsión sexual y económica, así como al robo de identidad de ciudadanos de Estados Unidos.
Por otra parte, algunas de las características principales es que los inculpados usaron nombres, cualidades, identidades y empresas falsas, y tenían una asociación de malhechores que usurpaba funciones.
Al igual que la operación Larva y Falcón, incurrió en lavado de activos y en el porte y tenencia ilegal de armas de fuego.
Los integrantes de la red realizaban llamadas telefónicas intimidatorias, enviaban medicamentos utilizando “delivery” y llegaron a usurpar funciones oficiales de Estados Unidos, incluyendo la de agentes del FBI.
Aparentemente la red se apoyaba en las criptomonedas y el sistema financiero nacional como medios para el movimiento de capital. Además, se alega que adquirieron bienes millonarios producto de sus acciones criminales.
Actualmente hay 38 implicados en la presunta red aguardando para que se les conozca medida de coerción.
Click aquí para conocer imputados en la operación Discovery.
A diferencia de como operaban los encartados en la red de Falcón y Larva, los presuntos implicados en este tejido operaban bajo un esquema muy organizado donde hacían uso de un “guión preelaborado y por escrito” al que debían ceñirse los abridores (consigue victima) y cerradores (maneja idioma inglés y posee un alto poder de convencimiento) mientras conversaban con la víctima.
Asimismo, también operaban con un “listado”, el cual no es más que una base de datos donde guardaban toda la información personal que recababan de sus víctimas.
Se señaló que los presuntos extorsionadores utilizaron el sistema financiero nacional para movilizar altas sumas de dinero. Asimismo, hicieron uso de las criptomonedas y de centros de envíos de remesas para hacer depósitos al exterior.
Durante los allanamientos, les fueron incautados unos 400 mil dólares, más de 19.2 millones de pesos en efectivo, 30 vehículos de alta gama, 300 equipos electrónicos, siete pistolas y una metralleta Uzi.
Al igual que la operación Larva y Falcón, incurrió en porte y tenencia ilegal de armas de fuego.
Otra de las operaciones antilavado y la última que se ha llevado a cabo es la “FM”, salida a la luz pública el lunes 3 de marzo.
El caso está vinculado a una red internacional dedicada blanquear dinero proveniente de las drogas a la que en agosto de 2020 se le ocupó unos 4.3 millones de dólares traídos a República Dominicana en bocinas.
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