NUEVA YORK.- La Cosa Nostra no es invencible. La infame red mafiosa acaba de recibir en Estados Unidos el que puede ser uno de los mayores golpes de la historia, con el arresto de 127 miembros de siete familias.
La macrooperación del FBI se ha realizado el jueves en la costa este del país, desde Nueva Jersey, pasando por Nueva York hasta Rhode Island, bajo cargos que van desde la extorsión, el chantaje, pasando por el tráfico de drogas hasta el asesinato selectivo.
El impenetrable código de silencio que protegió durante casi un siglo la acción criminal de estas familias voló literalmente por los aires. La acción del FBI, que se ha desplegado durante la madrugada de este jueves, en estrecha coordinación con los cuerpos de policía locales, es fruto de las revelaciones a la Justicia de antiguos miembros de la red, que fueron detenidos la pasada década.
Eric Holder, fiscal general de EE UU -equivalente al ministro de Justicia-, ha viajado a primera hora desde Washington hasta Brooklyn para dar detalle de la operación contra la mafia, en la que participaron 800 agentes. Una comparecencia con la que quiso dar especial relevancia a los arrestos. Junto a él estaba Janice Fedarcyk, director del FBI en Nueva York.
Las 16 acusaciones presentadas por el Departamento de Justicia cubren a casi un centenar de personas detenidas en el entorno del popular barrio neoyorquino. Se trata de miembros de las cinco familias mafiosas que operan en Nueva York, los Genovese, Gambino, Colombo, Lucchese y Bonanno. A estos se les suman los De Cavalcante en la vecina Nueva Jersey.
Las familias que integraban la Cosa Nostra, que operaban esencialmente en el área metropolitana de Nueva York y en la región de Nueva Inglaterra, controlaron durante décadas muchos de los negocios de la económica local, como la construcción. El declive de la mafia italiana comenzó cuando las redes criminales rusas, mexicanas y asiáticas empezaron a infiltrase en su terreno.
La serie televisiva Los Soprano y la película El Padrino contribuyeron a alimentar entre el público esa idea de que la mafia italiana era impenetrable e imbatible. Pero eso empezó a acabarse cuando uno de sus grandes figuras, Alphonse D'Arco, de la familia Lucchese, empezó a colaborar hace dos décadas con las autoridades federales y destapar a sus camaradas. Salvatore Gravano lo haría después contra los Gambino, lo que permitió el arresto de John Gotti.
El fiscal general de EE UU ha dicho que la última acción contra la mafia "es un paso importante y que anima a seguir en la lucha". Sin embargo ha admitido que "la realidad es que se está lejos" de erradicar el crimen organizado. "Seguiremos destinando recursos para juzgar a los responsables", ha concluido.
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