viernes, 14 de enero de 2011

Taxista dominicano actúa como partero salvando madre y criatura

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NUEVA YORK._ Coincidencialmente, el taxista dominicano Carlos Javier es la unidad 911 de la base Broad Dickman en el Alto Manhattan. Como de costumbre salió a las calles a trabajar y fue abordado por una mujer a punto de dar a luz, quien le pidió llevarla al hospital. En trayecto, la señora Dayanara Arroyo, le dijo que se estaba pariendo y que la ayudara. Sin ninguna experiencia médica y sin nunca antes haber parteado mujer alguna, el chofer no dudó en asistir a la madre, ayudándola a parir una hermosa niña en el interior de su Lincoln Town Car de color negro.

Para él, ese fue hasta ahora el desafió más grande de su vida. La parturienta estaba acompañada por su esposo, pero el hombre estaba muy nervioso y no supo qué hacer. El taxista detuvo una ambulancia que llevaba un enfermo y los paramédicos le recomendaron llamar al 911.

No había tiempo, la señora Arroyo estaba a pocos minutos de dar a luz y fue entonces cuando el conductor del taxi, decidió “jugársela”, tomando control de la situación.

“Sabía que las vidas de la madre y la bebé estaban en inminente peligro”, dijo Javier. Relató que después de ayudar a la mujer a parir a la niña, la que sacó del vientre con el ombligo umbilical ensangrentado, aumentó la velocidad a más de 100 millas por hora, bajo riesgo de que la policía lo detuviera en el camino.

Pero todo lo que pensó fue salvar a la madre y la criatura.

Ella agradeció al taxista lo que hizo y señaló que sintió mucho temor por la situación. “Una siempre cree que en esas situaciones, algo malo va pasar, pero gracias a la intervención del taxista, pudimos salvarnos yo y mi hija, llegando a tiempo al hospital”, agregó Arroyo.

“Ya tengo más experiencia cuando se me presente otro parto y quizás me ponga a atender a mi mujer, en ese momento pensé que era una hija mía que estaba naciendo”, sostuvo el taxista dominicano.

Arroyo dijo creer que Dios le mandó a Carlos para que pudiera ayudarla en uno de sus momentos más difíciles. Ahora, el taxista dominicano es uno de los héroes de la ciudad y la comunidad está reconociendo su valor y solidaridad con el prójimo.

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