jueves, 2 de febrero de 2012

El fin del mundo llegará, pero no en 2012


Una mala lectura del calendario maya habría llevado a fijar el próximo 21 de diciembre como fecha límite. Un experto corrije el cálculo y asegura que a la Tierra le queda un buen tiempo máEl fin del mundo llegará, pero no en 2012s.Contra la difundida teoría que anuncia el Apocalipsis para el 21 de diciembre de 2012, David Stuart (foto relacionada), epigrafista de la Universidad de Texas (Austin, Estados Unidos) y especialista en sistemas mesoamericanos de numeración y medición, asegura que esa fecha no significaba en modo alguno el fin de los tiempos para los Mayas, según un informe del diario francés Le Monde. ¿De dónde viene el error entonces? ¿Y cuándo se acabará el mundo según estos nuevos cálculos?
A partir de una consulta con Stuart, Stéphane Foucart, el autor del artículo, resume los complejos mecanismos de medición del tiempo a que apelaba esta civilización extinta.
En primer lugar, los sistemas de cronometría maya no eran lineales -ni infinitos- como los actuales, sino cíclicos. Varios ciclos de diferente duración se imbricaban o contenían. El más corto era de 52 años.
El año del calendario maya -llamado tzolk'in- tenía 260 días. Pero los mayas sabían que el año solar medía en realidad 365. Por lo tanto, junto al calendario ritual tenían otro, llamado haab y dividido en 18 meses de 20 días cada uno. Esto da 360 días, a los cuales agregaban un período liminar de 5 días para que el haab coincidiese con el año solar.
¿Cómo funcionaban estos dos ciclos -uno de 260 días y otro de 365- que los mayas usaban en forma paralela? Hacía falta un ciclo de 52 años solares para que el primer día de un calendario coincidiese con el del otro: 18.980 días. Para anotar una fecha, usaban ambos calendarios. Por ejemplo: 1 Imix 1Pop. Los especialistas llaman a este ciclo la "cuenta corta".
Pero había otra, la "cuenta larga", que se basaba en anotar el paso de los días en 5 unidades superpuestas: el k'in (un día), el winal (período de 20 días), el tun (360 días), el k'atun (7.200 días, o sea, 20 tun) y el bak'tun (144.000 días ó 20 k'atun).
El ejemplo que da David Stuart es el del nacimiento de K'inich Janab Pakal, gran rey de Palenque (México). Según el calendario actual, nació el 23 de marzo del año 603 d.C. En el calendario tzolk'in, el 8 Ahaw, y en el haab, el 13 Pop. Ahora bien, en la cuenta larga, los mayas anotaban la fecha como el transcurso de 9 bak'tun, 8 k'atun, 9 tun, 13 winal y cero k'in (o sea un total de 1.357.100 días).
Este ciclo largo se inicia el 13 de agosto del año 3.114 antes de Cristo. "La elección de esta referencia sigue siendo un misterio. Los textos mayas que describen lo que supuestamente ocurrió en ese momento son bastante vagos, pero uno de ellos dice que ese día 'los dioses fueron puestos en orden', dando a entender una suerte de reorganización de las fuerzas del cosmos", explica Stuart.
Pero el problema de la cuenta larga no es su inicio sino su fin programado, ése que supuestamente le da a la humanidad apenas 300 días más de existencia.
La cuenta larga contiene 13 bak'tun, o sea algo más de 5.125 años. Como empezó en el 3.114 antes de la era cristiana, "el 21 de diciembre próximo verá, en efecto, el fin del 13º bak'tun, lo que habría sido sin duda importante para los antiguos mayas", dice Stuart. Sin embargo, en su opinión, no se trata del apocalipsis: "No tenemos ningún texto que prediga el fin del mundo para ese momento y el tiempo maya no se detiene en esa fecha".
De acuerdo a este experto, existe otra medición maya: la "gran cuenta larga", según lo atestiguan nuevos descubrimientos de estelas, como una encontrada en Cobá, México. Esta cuenta posee 19 unidades más de tiempo, de acuerdo a este especialista. Y, para pasar de una unidad de este ciclo a la superior, se debe multiplicar por 20 (la unidad de cuenta de los mayas). De este modo, el piktun, ubicado por encima del bak'tun, tiene 7.890 años. Y así sigue el cálculo.
Esto lleva a Stuart a afirmar que "el tiempo maya es mucho más vasto que todo lo concebido por otras cosmologías o por nuestra propia ciencia, por lo que algunos acontecimientos mitológicos están situados en fechas que, si se las calculan, remiten a mucho antes del Big Bang", o sea, a más de 13.700 millones de años.
Stuart intentó medir la capacidad total del tiempo maya. Su conclusión es que, aunque la cuenta larga dura unos 5.125 años, la gran cuenta larga no se agotará hasta que transcurran... ¡72 848 437 894 736 842 105 263 157 200 años solares! Un número que cuesta leer y hasta imaginar.
Un tiempo tan largo que no justifica preocuparse por un fin del mundo que no verá ninguno de los habitantes actuales del planeta, ni sus descendientes por miles y miles de generaciones. Si los cálculos de Stuart son correctos, claro.

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