viernes, 3 de febrero de 2012

“Mi niña no se me ha borrado de mi mente”


Dolor. Miguel Arquímedes Pacheco, padre de la joven que murió calcinada junto a su ex novio, habla con dolor de la tragedia.                                                                                                                                                   Santo Domingo
“Mi niña no se me ha borrado de mi mente”, afirma en su lecho del hospital Salvador B. Gautier, Miguel Arquímedes Pacheco, de 66 años, padre de la joven de 24 años que murió calcinada el pasado martes en su habitación junto a su ex novio, luego de que éste penetrara al cuarto a escondidas, le rociara gasolina y provocara el incendio, supuestamente despechado, porque ella se negaba a reconciliarse con él.
Pacheco dice que se siente recuperado de las quemaduras de primer y segundo grado que sufrió en el siete por ciento de su cara intentando salvar a su hija, pero que del dolor que siente en el corazón no sabe si algún día podrá hacerlo.
“Esa muchacha era loca conmigo y yo con ella”, reflexiona, al mostrar la foto tomada en su celular de la segunda de sus tres hijas, recientemente graduada en Administración de Empresas.
El hecho ocurrió el pasado martes, alrededor de las ocho de la mañana en el sector Herrera, cuando Eddy Figueroa, de 28 años, entró al cuarto donde dormía Miguelina en la casa de sus padres, cerró por dentro la puerta, roció gasolina al colchón y la encendió. Los jóvenes mantenían una relación de unos siete años. “Yo he quedado desbaratado con esto, nunca esperábamos que ese tipo iba a hacer eso. Ese tipo nos engañó, nos hizo creer que era una persona sincera, digna, pero gente así es engañosa de Dios y de todo el mundo, son parásitos, gente así son ratas”, repetía don Miguel a todo el que iba a visitarlo en una de las salas de internamiento del Servicio de Cirugía Plástica y Reconstructiva del hospital Salvador B. Gautier.
Del momento funesto recuerda que estaba aún acostado cuando escuchó que su hija tiró un grito, por lo que salió corriendo de su habitación, pero al llegar a la de ella la encontró cerrada por dentro, con la ayuda de un vecino lograron tirar la puerta, y aunque las llamas estaban sumamente altas, intentó entrar a salvarla. Señaló que en ese momento el mismo vecino lo haló y lo tiró al suelo porque sabía que se quemaría también, por lo que recibió un golpe en la pierna. Agregó que pese a ello se levantó nuevamente y quiso entrar al cuarto, y que en ese entonces vio a su hija totalmente calcinada. Dijo que hacía seis meses que su hija había terminado el noviazgo porque él estaba adoptando una actitud de celos que lo llevaban incluso a querer revisarle el celular e insinuarle que ella tenía otro novio.

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