Guatemala, 7 nov (EFE).- El sismo que sacudió hoy Guatemala se ha cobrado la vida de al menos 48 personas y ha causado heridas a 155, según el último reporte oficial dado a conocer por el presidente Otto Pérez Molina, quien viajó a la zona del desastre.
El mandatario dijo en conferencia de prensa que 39 personas murieron en el departamento de San Marcos, el más afectado por el sismo, ocho más en Quetzaltengo y uno en Sololá, los tres en la zona del oeste y noroeste del país.
Además, indicó que al menos 23 personas permanecen desaparecidas, otras 155 sufrieron heridas y más de 17.000 fueron afectadas como consecuencia del terremoto.
Pérez Molina decretó tres días de duelo nacional por las víctimas del sismo e hizo un llamamiento a los guatemaltecos para que a partir de mañana, jueves, retomen sus actividades normales, pero dijo que se mantiene el estado de "alerta roja" a nivel nacional.
Entre las víctimas se encuentran diez miembros de una misma familia de la comunidad de San Cristóbal Cucho, que murieron al quedar bajo los escombros de su vivienda derribada por el temblor.
Pérez Molina viajó a San Marcos acompañado de varios de sus ministros para constatar los daños provocados por el sismo, de magnitud 7,2 en la escala abierta de Richter, que este miércoles hacia las 10.35 hora local (16.35 GMT) sacudió el territorio guatemalteco.
El movimiento telúrico provocó la interrupción de los servicios de electricidad, agua potable y telecomunicaciones en las zonas del oeste del país, que seguían suspendidos a finales de la tarde de este miércoles.
También causó sendos derrumbes en la carretera Interamericana, lo que impide el paso de vehículos hacia las áreas afectadas.
Aroldo Rivera, gobernador de San Marcos, dijo que el terremoto derribó más de 30 residencias en las ciudades de San Marcos y San Pedro Sacatepéquez y que los edificios de Gobernación Departamental, el Palacio Maya y la Policía Nacional Civil, "quedaron totalmente inhabitables".
Además de San Marcos, el terremoto afectó los departamentos de Quetzaltenango, Huehuetenango, Quiché, Sololá y Totonicapán, en las zonas del este y noroeste del país.
Desde estos lugares medios locales han reportado varios fallecidos, pero los mismos no han sido oficializados por las autoridades, mientras que los bomberos voluntarios departamentales reportan más de un centenar de llamados de auxilio.
Pérez Molina dijo que la prioridad de las autoridades es rescatar a las personas que se encuentran soterradas y buscar a los desaparecidos, así como atender a los heridos y brindar atención humanitaria de emergencia a los miles de damnificados.
Aseguró que su Gobierno cuenta con los recursos suficientes para atender la emergencia, y su agradeció condescendencia a Venezuela, Colombia, Panamá y España, los primeros países que se han comunicado oficialmente para ofrecer ayuda.
Por su parte, los organismos de socorro de Honduras y El Salvador ofrecieron colaborar en las labores de rescate y reconstrucción en Guatemala, mientras que Costa Rica expresó su solidaridad a su vecino centroamericano.
Más de 2.000 miembros de Ejército y medio millar de agentes de la Policía Nacional Civil fueron enviados a la zona del desastre para colaborar con las tareas de rescate y resguardar la seguridad de los pobladores.
El movimiento telúrico, el más fuerte que se registra en este país centroamericano desde el terremoto de 1976 que se cobró la vida de más de 25.000 personas, tuvo una intensidad V en la escala de Mercalli, que va del uno al doce.
Su epicentro fue ubicado a 200 kilómetros al suroeste de la capital, frente a las playas de Champerico, en el departamento sureño de Retalhuleu.
Según el Instituto Nacional de Sismología, Vulcanología, Meteorología e Hidrología (Insivumeh), el sismo fue provocado por un movimiento de la "placa de Cocos", una falla sísmica ubicada a 75 kilómetros de profundidad en las costas del Pacífico.
El temblor también se sintió con fuerza en El Salvador y en zonas del sureste de México. EFE
Además, indicó que al menos 23 personas permanecen desaparecidas, otras 155 sufrieron heridas y más de 17.000 fueron afectadas como consecuencia del terremoto.
Pérez Molina decretó tres días de duelo nacional por las víctimas del sismo e hizo un llamamiento a los guatemaltecos para que a partir de mañana, jueves, retomen sus actividades normales, pero dijo que se mantiene el estado de "alerta roja" a nivel nacional.
Entre las víctimas se encuentran diez miembros de una misma familia de la comunidad de San Cristóbal Cucho, que murieron al quedar bajo los escombros de su vivienda derribada por el temblor.
Pérez Molina viajó a San Marcos acompañado de varios de sus ministros para constatar los daños provocados por el sismo, de magnitud 7,2 en la escala abierta de Richter, que este miércoles hacia las 10.35 hora local (16.35 GMT) sacudió el territorio guatemalteco.
El movimiento telúrico provocó la interrupción de los servicios de electricidad, agua potable y telecomunicaciones en las zonas del oeste del país, que seguían suspendidos a finales de la tarde de este miércoles.
También causó sendos derrumbes en la carretera Interamericana, lo que impide el paso de vehículos hacia las áreas afectadas.
Aroldo Rivera, gobernador de San Marcos, dijo que el terremoto derribó más de 30 residencias en las ciudades de San Marcos y San Pedro Sacatepéquez y que los edificios de Gobernación Departamental, el Palacio Maya y la Policía Nacional Civil, "quedaron totalmente inhabitables".
Además de San Marcos, el terremoto afectó los departamentos de Quetzaltenango, Huehuetenango, Quiché, Sololá y Totonicapán, en las zonas del este y noroeste del país.
Desde estos lugares medios locales han reportado varios fallecidos, pero los mismos no han sido oficializados por las autoridades, mientras que los bomberos voluntarios departamentales reportan más de un centenar de llamados de auxilio.
Pérez Molina dijo que la prioridad de las autoridades es rescatar a las personas que se encuentran soterradas y buscar a los desaparecidos, así como atender a los heridos y brindar atención humanitaria de emergencia a los miles de damnificados.
Aseguró que su Gobierno cuenta con los recursos suficientes para atender la emergencia, y su agradeció condescendencia a Venezuela, Colombia, Panamá y España, los primeros países que se han comunicado oficialmente para ofrecer ayuda.
Por su parte, los organismos de socorro de Honduras y El Salvador ofrecieron colaborar en las labores de rescate y reconstrucción en Guatemala, mientras que Costa Rica expresó su solidaridad a su vecino centroamericano.
Más de 2.000 miembros de Ejército y medio millar de agentes de la Policía Nacional Civil fueron enviados a la zona del desastre para colaborar con las tareas de rescate y resguardar la seguridad de los pobladores.
El movimiento telúrico, el más fuerte que se registra en este país centroamericano desde el terremoto de 1976 que se cobró la vida de más de 25.000 personas, tuvo una intensidad V en la escala de Mercalli, que va del uno al doce.
Su epicentro fue ubicado a 200 kilómetros al suroeste de la capital, frente a las playas de Champerico, en el departamento sureño de Retalhuleu.
Según el Instituto Nacional de Sismología, Vulcanología, Meteorología e Hidrología (Insivumeh), el sismo fue provocado por un movimiento de la "placa de Cocos", una falla sísmica ubicada a 75 kilómetros de profundidad en las costas del Pacífico.
El temblor también se sintió con fuerza en El Salvador y en zonas del sureste de México. EFE
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