Creen se alejan posibilidades unidad en PRD

Los desmentidos del ingeniero Miguel Vargas Maldonado de un acuerdo entre él y el expresidente Hipólito Mejía y las declaraciones del licenciado Hatuey De Camps en el sentido de que las diferencias en el PRD tocaron fondo, enfrían las esperanzas de los que aspiran a la unidad  y reaviva la llama de los que plantean la división en esa organización. Cada vez que aparece un destello de esperanza de solución a los problemas entre Vargas Maldonado y Mejía se apaga por intransigencia o indelicadeza de una de las partes.

Los mediadores en la crisis del PRD, doctor Guido Gómez Mazara, ingeniero Eligio Jáquez y el licenciado Tony Peña Guaba, informaron que esta semana anunciarían los acuerdos de solución a la crisis del PRD.

Vargas Maldonado les enmendó la plana y dijo que desconocía ese acuerdo, porque con él no se había conversado.

Los mediadores respondieron diciendo que Vargas Maldonado designó al doctor José José Joaquín Puello y a Peggy Cabral viuda Peña Gómez para que le represente en las negociaciones con Mejía.

Analistas de la política entienden que después de esa desautorización, tendría poco sentido el trabajo de la comisión mediadora.

Consideran como asunto elemental que si en una negociación, una de las partes se niega a participar. no tiene sentido continuar.

No obstante a esa desautorización de Vargas Maldonado, Gómez Mazara, Jáquez y Peña Guaba, entusiasmados y optimistas, no se dan por vencidos y anuncian que continuarán su labor de buscar un punto de advenencia entre Mejía y Vargas Maldonado.

El expresidente del PRD, licenciado Hatuey De Camps Jiménez, que ha actuado en ocasiones como mediador en la crisis del partido que abandonó ha dicho que las diferencias han tocado fondo.

De Camps gran  conocedor de la cultura perredeísta, consciente quizás del abismo que separa a Mejía y Vargas Maldonado, planteó la posibilidad de una división, como una de las fórmulas de resolver la crisis en el PRD.

Hace varias semanas, el doctor Hugo Tolentino Dipp, sugirió ese remedio por entender que los enfoques y actuaciones de Mejía y Vargas Maldonado son opuestos y no tienen punto de coincidencia.