,LONDRES, 7 jul (EFE).- El Reino Unido recordó hoy con diversos actos a las 52 personas que murieron en los atentados de Londres hace 10 años, los primeros perpetrados por suicidas en territorio británico, en un momento en el que el país aún vive bajo amenaza terrorista.
El acto central tuvo lugar en la catedral de San Pablo, en Londres, donde se celebró un solemne servicio religioso al que acudieron los familiares de las víctimas, así como el primer ministro británico, David Cameron, y el duque de York, en representación de la reina Isabel II.
En la misa, presidida por el obispo de Londres, Richard Chartres, se leyeron los nombres de las 52 personas que murieron cuando hace hoy diez años explotaron tres bombas en otros tantos trenes del metro de la ciudad y en un autobús cerca del Museo Británico.
"La mayoría de las víctimas eran jóvenes. Procedían de todas partes del Reino Unido y del mundo", dijo Chartres en este servicio especial, en el se lanzaron pétalos de flores y las campanas de la catedral repicaron tras la ceremonia.
"Estamos unidos en nuestra determinación de resistir y superar el mal del terrorismo", dijo el obispo al referirse a personas de distintas religiones unidas en contra del terrorismo.
"Compartimos el dolor común infligido contra tantos hombres y mujeres, aquí y en el extranjero", añadió.
Las víctimas fueron recordadas también hoy en las estaciones donde explotaron las bombas -King's Cross, Edwgare Road y Liverpool Street- y en la plaza Tavistock, próxima al Museo Británico, donde estalló la cuarta en un autobús de doble piso.
En esta plaza y en las estaciones del metro afectadas, familiares y amigos de las víctimas colocaron flores, tarjetas y velas, mientras que los conductores de algunos autobuses pararon sus vehículos sobre las 10.30 GMT para guardar un minuto de silencio.
Además de estos actos, el primer ministro y el alcalde de Londres, Boris Johnson, presidieron esta mañana en Hyde Park la primera ceremonia que recuerda el aniversario.
Cameron y Johnson depositaron ofrendas florales ante el monumento construido en Hyde Park para homenajear a las víctimas.
Este monumento consiste en 52 sencillos pilares de acero que representan a cada una de las víctimas mortales y en ellos están grabados sus nombres y la hora en que se produjo la explosión en la que perdieron la vida el 7 de julio de 2005.
Los dos políticos conservadores, vestidos de luto, caminaron entre estos pilares antes de dejar las flores sobre la placa construida junto a este monumento que da cuenta de los acontecimientos que tuvieron lugar hace diez años, cuando estaba en el poder el laborista Tony Blair (1997-2007).
En la hora punta de la mañana, tres bombas estallaron en forma casi simultánea en otros tantos trenes del metro de Londres, justo cuando Blair se reunía con el entonces presidente de EE.UU., George W. Bush, en Gleneagles (Escocia), durante la cumbre del entonces grupo de los Ocho (G8, los siete países más ricos y Rusia), y poco después explotó el cuarto artefacto en el autobús.
Johnson dijo que los terroristas del 7-J "fracasaron en su objetivo y no pudieron de ninguna manera cambiar lo fundamental de Londres y lo que hace que esta ciudad sea magnífica".
"Creo que mucha gente diría que Londres se ha vuelto más cosmopolita", añadió Johnson a los medios locales.
Cameron dijo que "la amenaza terrorista continúa siendo real y mortal", como ha ocurrido en el atentado de hace unos días en Túnez, en el que murieron 30 británicos cuando un terrorista disparó contra estos ciudadanos en la playa de un hotel de Susa.
Los terroristas del 7-J -Mohammed Sidique Khan, de 30 años; Shehzad Tanweer, de 22; Hasib Hussain, de 18, y Germaine Lindsay, de 19- eran jóvenes musulmanes británicos nacidos en este país.DE EFE
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