Nueva York
A sólo 18 días de ser exaltado al Salón de la Fama y unirse a Juan Marichal como los únicos dominicanos con placa en Cooperstown, Pedro Martínez afirmó que estará "hablando de corazón" durante la ceremonia y que espera mucho calor de su país durante la ceremonia el 26 de julio.
"Será lo que yo sienta en ese momento", dijo Martínez durante una llamada por conferencia como parte de sus responsabilidades como comentarista de la cadena TBS.
"Sí tenía algo escrito, cosas que quería mencionar y que no podían olvidarse, de la gente que más influencia han tenido sobre mi vida. Sí escribí algunas cosas, pero de verdad voy a hablar de corazón y de lo que vea. Ya quiero ver cómo va a ser.
"Para los dominicanos y los latinos, no son todos los días que ven a un jugador (de los suyos) ser exaltado al Salón de la Fama. Son 32 años de espera.
El primero (Marichal, exaltado en 1983) tuvo el apogeo de su carrera al final de los años 60 y no fueron muchas las personas que vieron todo eso, así que es importante reconocer eso.
"Tal vez digan presente muchos dominicanos en Cooperstown. Somos una cultura diferente. Somos ruidosos, tenemos tamboras y tocamos merengue. Me interesa ver esas cosas".
Ron Darling, compañero de Martínez en TBS y ex lanzador de Grandes Ligas cuya carrera coincidió por unos pocos años con la del dominicano, también quiere ver la reacción de la fanaticada dominicana en el estado de Nueva York.
"En este pueblo tranquilo de Cooperstown, ya quiero ver a los dominicanos y el merengue allí. Va a ser bien cómico".
Se espera que Martínez sea uno de varios dominicanos en ingresar al Salón de la Fama en los próximos años, tales como Albert Pujols y David Ortiz.
Este año, Martínez será exaltado junto a Craig Biggio, Randy Johnson y John Smoltz.
En la llamada por conferencia también estuvo Cal Ripken Jr., el inmortal de Cooperstown que recordó el Juego de Estrellas de 1999 en el Fenway Park.
En dicho evento, Martínez-rumbo al segundo de los tres Cy Young en su carrera-inició el partido por la Liga Americana y ponchó a cinco de los primeros seis bateadores.
Ripken jugaba en la tercera base por el Joven Circuito y vio al serpentinero de los Medias Rojas ponchar a los tres bateadores del primer inning y abrir el segundo capítulo abanicando a Mark McGwire, quien estaba en el segundo de sus épicas temporadas jonroneras.
"Ese Juego de Estrellas en Boston tuvo varios momentos memorables", dijo Ripken. "La adrenalina estaba ahí. Me alegro de haber estado de su lado y de no haber tenido que enfrentarlo (en ese juego)".
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