SANTIAGO, CUBA.- Cuando el Papa Benedicto XVI levante su mirada durante su primera misa en Cuba verá miles de personas, pero también frente a sí en un cartel histórico instalado en el lugar, una fotografía gigante del ex presidente Fidel Castro con su traje verde olivo y su puño en alto.
La segunda visita de un pontífice en menos de 15 años al país menos católico del continente dará inicio el lunes por esta ciudad, donde los habitantes comenzaron a hacer gala de hospitalidad.
"Como santiaguera, estoy orgullosa de poder recibirlo con alegría", dijo a The Associated Press LLuzmilka Barza, de 35 años, y quien se confesó, con un toque de picardía, "sólo un poco católica, como muchos aquí".
También una de las varias personas entrevistadas por AP que expresaron que el Papa traerá bendiciones para "la buena salud de la familia", "prosperidad" y hasta necesarias "energías positivas".
La ciudad de Santiago, a unos 900 kilómetros al oriente de la capital isleña, la segunda del país y la más tropical, lucía el domingo lista para recibir a Benedicto XVI.
El Papa llegará procedente de México y se espera que el día esté tan caluroso y agobiante como el domingo. Tendrá una bienvenida por parte del presidente Raúl Castro y se dirigirá al Arzobispado, donde descansará antes de la misa en la Plaza Antonio Maceo.
En el parque, usualmente sede de manifestaciones de simpatizantes gubernamentales y mítines revolucionarios, se colocó un altar donde se realizará la sacra ceremonia.
Los arquitectos prepararon un escenario con una estructura metálica en forma de mitra papal. A un costado equipos de sonido y abajo, unas filas de sillas que dan paso a un espacio para la multitud.
Tanques de agua potable, tiendas de campaña de la cruz roja, puestos de ventas de comidas y todo tipo de infraestructura eran colocadas el domingo; mientras se incrementaba el despliegue policial en las calles aledañas tanto de uniformados como de agentes de civil.
Según la agenda, Benedicto se retirará al terminar la misa al pequeño poblado de El Cobre, a unos 20 kilómetros de Santiago y donde se encuentra la imagen de la Virgen de la Caridad cuyo hallazgo cumple 400 años y es el motivo de la presencia de Benedicto en esta zona del país.
El martes partirá La Habana y allí oficiará misa en la Plaza de la Revolución.
Aunque la Catedral de Santiago a unas cuadras de distancia del parque no será escenario de la visita, a pocas horas de la llegada del Pontífice bullía de actividad.
"Esperemos que su presencia sea un mensaje de reconciliación de amor, entre los cubanos", dijo a la AP Abdel Masid un hombre de 38 años que repartía volantes impresos convocando a sus coterráneos a la misa.
En la propia catedral mujeres y hombres trabajaban afanosamente limpiando vasos sagrados de metal, planchando casullas, estolas y bordando otros ornamentos eclesiales para los sacerdotes.
"Esta es la gran sacristía para la visita del Santo Padre, trabajamos todas las comunidades de la arquidiócesis", explicó a la AP, Zoe González de 62 años y a cargo de las labores de decenas de personas. "Todo está listo, esperando que llegue el santo padre", comentó.
Por la noche, centenares de jóvenes católicos se reunieron en una parroquia capitalina para elevar sus oraciones y luego festejar la visita del Pontífice.
"Ha sido una noche de oración por los frutos en nuestra propia vida, los dones del espíritu Santo, para el Papa, pidiendo por nuestra patria, por los cubanos y su unidad y por los de la diáspora", dijo a la AP el sacerdote Rolando Montes de Oca, quien acompañó a los jóvenes en su noche.
A ritmo de salsa y de música pop muchachas y muchachos en su mayoría adolescentes bailaron ataviados con pañuelos en los cuales se leía "Bienvenido Benedicto XVI".
"La gente necesita esperanza en Cuba de una vida más digna, más de Dios y esperan eso del Papa, un mensaje de aquello que ya predijo Juan Pablo II, que Cuba se abra al mundo y que el mundo se abra a Cuba y que los cubanos seamos protagonistas de nuestra historia", agregó el sacerdote.
Según cifras de expertos reconocidas por la propia iglesia, el 10% de la población es católica y al menos un 80% realizan alguna práctica de religiones afrocubanas, por lo que no era extraño ver que muchos hablaban con fluidez de la visita pero no había euforia o un entusiasmo que se transmitiera.
Sin embargo y pese a algunas tensiones entre la institución religioso y el Estado, la iglesia tiene una fuerte influencia en la isla y en ocasiones sirvió de interlocutor en temas sensibles con el gobierno, como las gestiones para la liberación de presos políticos en 2010 y 2011.
El Papa opinó el viernes que la ideología marxista no corresponde a la realidad del mundo actual, mientras el canciller respondió que Benedicto XVI será escuchado con respeto y en cambio hizo énfasis en las coincidencias "entre el proyecto social cubano y los sentimientos cristianos".
La segunda visita de un pontífice en menos de 15 años al país menos católico del continente dará inicio el lunes por esta ciudad, donde los habitantes comenzaron a hacer gala de hospitalidad.
"Como santiaguera, estoy orgullosa de poder recibirlo con alegría", dijo a The Associated Press LLuzmilka Barza, de 35 años, y quien se confesó, con un toque de picardía, "sólo un poco católica, como muchos aquí".
También una de las varias personas entrevistadas por AP que expresaron que el Papa traerá bendiciones para "la buena salud de la familia", "prosperidad" y hasta necesarias "energías positivas".
La ciudad de Santiago, a unos 900 kilómetros al oriente de la capital isleña, la segunda del país y la más tropical, lucía el domingo lista para recibir a Benedicto XVI.
El Papa llegará procedente de México y se espera que el día esté tan caluroso y agobiante como el domingo. Tendrá una bienvenida por parte del presidente Raúl Castro y se dirigirá al Arzobispado, donde descansará antes de la misa en la Plaza Antonio Maceo.
En el parque, usualmente sede de manifestaciones de simpatizantes gubernamentales y mítines revolucionarios, se colocó un altar donde se realizará la sacra ceremonia.
Los arquitectos prepararon un escenario con una estructura metálica en forma de mitra papal. A un costado equipos de sonido y abajo, unas filas de sillas que dan paso a un espacio para la multitud.
Tanques de agua potable, tiendas de campaña de la cruz roja, puestos de ventas de comidas y todo tipo de infraestructura eran colocadas el domingo; mientras se incrementaba el despliegue policial en las calles aledañas tanto de uniformados como de agentes de civil.
Según la agenda, Benedicto se retirará al terminar la misa al pequeño poblado de El Cobre, a unos 20 kilómetros de Santiago y donde se encuentra la imagen de la Virgen de la Caridad cuyo hallazgo cumple 400 años y es el motivo de la presencia de Benedicto en esta zona del país.
El martes partirá La Habana y allí oficiará misa en la Plaza de la Revolución.
Aunque la Catedral de Santiago a unas cuadras de distancia del parque no será escenario de la visita, a pocas horas de la llegada del Pontífice bullía de actividad.
"Esperemos que su presencia sea un mensaje de reconciliación de amor, entre los cubanos", dijo a la AP Abdel Masid un hombre de 38 años que repartía volantes impresos convocando a sus coterráneos a la misa.
En la propia catedral mujeres y hombres trabajaban afanosamente limpiando vasos sagrados de metal, planchando casullas, estolas y bordando otros ornamentos eclesiales para los sacerdotes.
"Esta es la gran sacristía para la visita del Santo Padre, trabajamos todas las comunidades de la arquidiócesis", explicó a la AP, Zoe González de 62 años y a cargo de las labores de decenas de personas. "Todo está listo, esperando que llegue el santo padre", comentó.
Por la noche, centenares de jóvenes católicos se reunieron en una parroquia capitalina para elevar sus oraciones y luego festejar la visita del Pontífice.
"Ha sido una noche de oración por los frutos en nuestra propia vida, los dones del espíritu Santo, para el Papa, pidiendo por nuestra patria, por los cubanos y su unidad y por los de la diáspora", dijo a la AP el sacerdote Rolando Montes de Oca, quien acompañó a los jóvenes en su noche.
A ritmo de salsa y de música pop muchachas y muchachos en su mayoría adolescentes bailaron ataviados con pañuelos en los cuales se leía "Bienvenido Benedicto XVI".
"La gente necesita esperanza en Cuba de una vida más digna, más de Dios y esperan eso del Papa, un mensaje de aquello que ya predijo Juan Pablo II, que Cuba se abra al mundo y que el mundo se abra a Cuba y que los cubanos seamos protagonistas de nuestra historia", agregó el sacerdote.
Según cifras de expertos reconocidas por la propia iglesia, el 10% de la población es católica y al menos un 80% realizan alguna práctica de religiones afrocubanas, por lo que no era extraño ver que muchos hablaban con fluidez de la visita pero no había euforia o un entusiasmo que se transmitiera.
Sin embargo y pese a algunas tensiones entre la institución religioso y el Estado, la iglesia tiene una fuerte influencia en la isla y en ocasiones sirvió de interlocutor en temas sensibles con el gobierno, como las gestiones para la liberación de presos políticos en 2010 y 2011.
El Papa opinó el viernes que la ideología marxista no corresponde a la realidad del mundo actual, mientras el canciller respondió que Benedicto XVI será escuchado con respeto y en cambio hizo énfasis en las coincidencias "entre el proyecto social cubano y los sentimientos cristianos".
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