Hasta hoy ha prevalecido la versión de que el profesor universitario Narciso González, desaparecido en 1994, fue secuestrado y asesinado por llamar a la desobediencia civil en respuesta al último fraude del presidente Joaquín Balaguer. Sin embargo, Pasados 16 años, la hipótesis de un posible suicidio coloca de nuevo la atención de los dominicanos en el hecho.
El periodista Oscar López Reyes, en su libro Crímenes Contra la Prensa, es quien hace el planteamiento. Dice estar seguro de que “Narcisazo”, también escritor, periodista, humorista y revolucionario, se quitó la vida.
“Interpretó justamente la historia, en ese momento, su suicidio significaba crearle un problema a Balaguer y tirarle un cadáver en sus propios pies”, expresa López para sostener su propuesta.
Una epilepsia crónica, problemas económicos y familiares completan los argumentos que según López Reyes, llevaron a González a la inmolación la noche del 26 de mayo de 1994.
Se recuerda que para las elecciones de 1994, Narciso González era colaborador cercano del candidato presidencial José Francisco Peña Gómez.
Rechazo a la hipótesis
En opinión de Juan Bolívar Díaz, la animadversión contra Balaguer no luce una razón capaz de haber llevado a “Narcisazo” a un acto suicida.
“En ese periodo yo también recibí amenazas. La última vez que yo sentí inseguridad fue precisamente cuando estábamos denunciando el fraude electoral del 94”, señala poniendo en duda las ideas de López.
Por eso, como Mario Suriel, miembro de la Comisión de la Verdad que aún investiga el caso, está convencido de que Narciso González fue otra de las víctimas de la represión “balaguerista”.
El secreto de Leonel y Balaguer
El columnista José Díaz niega también la atrevida hipótesis de López Reyes. En su libro “Narcisazo, ¿dónde estás?”, apunta hacia posibles cómplices de la misteriosa desaparición.
Uno de los señalados es el Teniente Gerenal retirado, Juan Bautista Rojas Tabar, ex secretario de las Fuerzas Armadas, a quien le propuso escribir en la obra todo lo que sabe sobre el caso, según reveló.
Díaz cita unos 20 testigos de cómo Narciso González era trasladado de un recinto militar a otro, en estado agónico. “Creo que una de las condiciones del frente patriótico era que este caso no se averiguara jamás”.
Habla del pacto político entre los Partidos de la Liberación Dominicana y el Reformista Social Cristiano que terminó dándole la victoria al primero, y llevando al poder al presidente Fernández, razón por la cual, el asesinato de Narcisazo ha sido encubierto, según argumenta.
“Leonel Fernández, amigo de Narcisazo, alumno de él y profesor compañero de él, en el 96 se comprometió a indagar el caso y lo que ha hecho es encubrirlo más”, añade.
Supuesta carta de “Narcisazo”
Para Oscar López Reyes, esas opiniones no son relevantes. Afirma que estuvo a punto de tener en sus manos una carta en la que “Narcisazo explicó a sus parientes las razones de su triste decisión”.
Asegura que Francia González, una de las hijas del “desaparecido”, es la que tiene el documento y aunque prometió que se lo mostraría, nunca le permitió leerlo
Cual haya sido el destino de Narciso González, o de su cadáver, en lo adelante las autoridades dominicanas tendrán que responder a la Corte Interamericana de los Derechos Humanos por la sospechosa morosidad de las indagatorias del caso.
O más bien, por resistirse a explicar la verdad de lo ocurrido con el hombre que se atrevió a otorgar al presidente Balaguer el trono del más perverso en la historia del continente.
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