SANTIAGO.- Con el lema “Qué relajo tienen con nuestra comida”, más de 50 niños de la empobrecida barriada de Cienfuegos reaccionaron indignados ante la suspensión del desayuno escolar.
Los miembros del programa Niños por una Esperanza, salieron por las calles de Cienfuegos con cantinas, cucharas y pailas.
El coordinador de la marcha, el pastor evangélico Pablo Ureña, consideró que es una vergüenza que un simple desayuno escolar, en el que se invierte una elevada suma de dinero, haya seguido ofreciendo problemas en la clase pobre estudiantil.
“Reaccionamos a la decisión simplista, al relajo del desayuno escolar. Estamos cansados de que empiece tarde y de que haya tanta irresponsabilidad de las autoridades. Se ve claramente que no les interesa resolver el problema”, dijo Ureña.
Indicó que “lo que tienen que hacer es mejorar la calidad y si no pueden, esos recursos que los distribuyan entre personas por barrios y que se haga un buen desayuno con mangú y huevos y ya veremos que este problema se resuelve. Lo que nosotros queremos es que se termine de una vez y por todas este relajo”.
Aclaró que esta guerra de intereses que hay aquí, “en donde no les importa si los niños se desayunan o no, sino que ellos obtengan mejor beneficio”, es una guerra que el Presidente de la República es quien tiene que ponerle fin.
Entiende que el ministro de Educación, Melanio Paredes, debe asumir con más responsabilidad la encomienda de distribución del desayuno escolar.
“Y si él no está en la capacidad de resolver, entonces tiene que poner una persona allí que no se la ponga tan difícil a los niños de este país”, dijo el pastor Ureña.
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