El magistrado Miguel Ramos, fiscal adjunto al servicio del departamento Contra Homicidios de la Policía en esta ciudad y quien participa en las investigaciones, informó este lunes que los comisionados avanzan en las pesquisas, pero que todavía no se cuentan con pistas concluyentes que puedan permitir la solución del cuádruple asesinato.
Las víctimas fueron los colombianos Carlos Arturo Pedrosa, Héctor Elías García y Serafín Alvarado, así como el venezolano Silvio César Sánchez. Sus cuerpos fueron descubiertos en la casa marcada con el número 3, de la calle José Herrera, del sector Gurabo III.
Los cuatro residían en la Kyrie, ubicada en la calle Erick Ekman, a pocos metros de la casa donde se produjo el macabro hallazgo, en las primeras horas de la tarde del sábado.
Se ha establecido que los cuatro fueron raptados por personas que se hicieron pasar como miembros de la Dirección Nacional de Control de Drogas (DNCD) y llevados de inmediato al segundo nivel de esa residencia, donde los ataron y asesinaron la tarde del viernes.
Ayer, las autoridades dijeron tener la creencia de que ese múltiple asesinato estaría conectado con el realizado la tarde del jueves contra el español Pablo Fanal García, mientras caminaba por los alrededores del parque E. León Jimenes.
Se sustenta la teoría de que ambos hechos tuvieron su origen en reclamo de deudas por concepto de transacciones millonarias en la venta de drogas, en vista de las circunstancias en que se produjeron. Este lunes los cuerpos de los tres colombianos y el venezolano permanecían en el Instituto Nacional de Ciencias Forenses (Inacif) de esta ciudad y se ignora si han aparecido parientes para retirarlos y llevarlos a sus países de orígenes.
Mientras continúan bajo investigación cuatro personas, entre ellas algunos trabajadores de la torre donde vivían las víctimas, quienes se estima pudieron presenciar a los sujetos que, haciéndose pasar como miembros de la DNCD, raptaron a los extranjeros.
Inquietud
La matanza de los tres colombianos y el venezolano la semana pasada, sumada al asesinato del español, en un intervalo de 24 horas, mantiene en ascuas la sociedad de Santiago, prevaleciendo la percepción de que tuvieron su origen en transacciones de drogas con escala internacional.
No hay comentarios:
Publicar un comentario