SAN CRISTÓBAL, República Dominicana.- Las declaraciones del Ministro de Obras Públicas en el acto de inauguración de obras pendientes desde el huracán Irene no fueron bien aceptadas por los habitantes de la ciudad de esta ciudad. El hecho se produjo en presencia del Presidente de la República quien asistió en supervisión de las obras.
La población de Barrio Nuevo, en San Cristóbal, luego del acto de inauguración de la reconstrucción de sus calles, se amotinó ante la presencia del presidente Fernández, luego de que el ministro de Obras Públicas, Víctor Díaz Rúa, proclamara que el muro del río Nigua estaba terminado.
No es costumbre que en actos públicos de inauguraciones de obras, según el protocolo, el presidente hable, pero un desliz de Díaz Rúa en el discurso creó una reacción de rechazo reflejada en protestas y abucheos de los allí presentes, quienes desmintieron la versión de la terminación de la obra.Esto provocó que el funcionario se viera obligado a pasarle la pablara al Presidente de la República.
Díaz Rua trató de enmendar su error una y otra vez pero los parroquianos no se calmaron hasta que por fin subió al podium el presidente.
En el acto de inauguración habló el gobernador provincial y una representante de la comunidad.
Otra escena que deslució el acto fue el mal trato que recibiera el diputado del PLD por Haina Tulio Jiménez, quien fue impedido de llegar hasta el presidente.
En el acto el Gobierno inauguró más de 15 kilómetros de calles asfaltadas, la reparación de decenas de viviendas y continúa la construcción de los muros de contención de los ríos Yubazo y Nizao. Debido a la falta de estos muros el pasado 24 de agosto las aguas dejadas por la cola de la tormenta Irene, la población de Barrio Lindo quedó sepultada en el lodo, por lo que el gobierno determinara mitigar los efectos de los torrenciales aguaceros.
Quedan pendientes también otras obras prometidas por más de 125 millones de pesos en la comunidad de Jamey, donde el contratista Leandro Grillo tiene pautado terminar varias demandas.
“Irene”, el primer huracán de la temporada del Atlántico, causó la muerte de tres personas en República Dominicana y de otras dos en Haití a su paso por las costas norte y noreste de la La Española, isla que comparten ambas naciones.
La población de San Cristóbal fue de las más afectadas por las intensas lluvias de la tormenta tropical Irene, que en agosto del año en curso provocó el desborde del río Nigua y arrasó con miles de viviendas de personas de escasos recursos.
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