Meses de tensión entre la Policía y los jóvenes de un barrio empobrecido del norte de Francia estallaron ayer martes, cuando decenas de ellos chocaron con los agentes antidisturbios en una noche de violencia.
Diecisiete policías resultaron heridos, una escuela preescolar y un gimnasio público ardieron en llamas y la turba sacó a varios conductores de sus automóviles.
Si bien la identidad de los manifestantes y las causas inmediatas no están claras, el panorama económico de la zona en cuestión sí lo está. El desempleo es más alto en el norte de Francia y entre los jóvenes del país.
Hace menos de dos semanas, el gobierno francés declaró a la ciudad de Amiens como una de las 15 zonas empobrecidas que recibirían más dinero y seguridad.
La erupción de la violencia muestra lo poco que han cambiado las relaciones entre la Policía y los jóvenes que viven en complejos públicos de vivienda desde los disturbios que sacudieron por casi un mes el país en 2005, cuando barrios enteros ardieron en llamas en los suburbios periféricos.
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