Durante una conversación con Joaquín Balaguer, Altagracia Ramírez, esposa del periodista Narciso González, un firme opositor de los gobiernos de ese mandatario, se dio cuenta de que su marido estaba muerto.
Fue una simple pregunta realizada por el mandatario que le dio luz sobre el destino de su compañero: ¿Qué edad tenía?, le preguntó.
“Ya el doctor Joaquín Balaguer me había dicho que Narciso no estaba con vida”, agregó.
Cuenta que aunque quiso corregir la interrogante de forma instantánea, ya Balaguer había revelado la respuesta que Ramírez buscaba desde hace tiempo y el día de su cumpleaños... “yo supe que mi compañero, Narciso González, no estaba”.
“Tati”, como le dicen cariñosamente, quiso con su anécdota retratar la importancia de la comunicación política durante una intervención realizada el pasado 15 de marzo en un conversatorio que efectuó la Defensoría del Pueblo sobre la importancia de la comunicación política para la construcción de un Estado social y democrático de derecho.
¿Qué edad tenía?
Rafael Herrera, entonces director de este periódico Listín Diario, le invitó a la redacción del decano de la prensa. Allí le preguntó por qué nunca había visitado al presidente Balaguer.
“¿Y ese señor me conoce?”, fue su respuesta inmediata a Herrera. “Yo lo conozco a él como presidente, pero él no me conoce a mí”.
Días después de despedir el encuentro con un “no se preocupe”, Rafael Herrera le llamó para avisarle que le había concertado una cita con el jefe de Estado y que le recibiría el 4 de julio, día del cumpleaños de doña Altagracia, a las 5:00 de la tarde.
Altagracia Ramírez se presentó en el Palacio con una carta en mano y junto al exrector de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), Roberto Santana, además de sus dos hijos mayores.
Para aquella época se conocía que Balaguer estaba ciego y Tati lo confirmó al observar que recibió dos llamadas y, sin cambiar la dirección de su mirada o girar su cuerpo, las tomó. Esto fue motivo de preocupación para Altagracia, pues creía que “no le van a leer la carta como debe de ser, (pues) es de verdad que está ciego”.
Esta docente de educación inicial comenzó entonces a leer su misiva y fue mientras ella recitaba las líneas que él le interrumpió preguntándole “qué edad tenía Narcisaso”.
En seco se detuvo, olvidó los protocolos y se dejó guiar por las emociones que le provocó esa expresión.
“¿Cómo usted me dice que qué edad tenía?”, le respondió de vuelta a la vez que se le acercó hasta dónde estaba sentado, pero fue halada por su acompañante, Roberto Santana. A pesar de la disculpa del presidente y el cambio de interrogante por “¿qué edad tiene el profesor?”, ya había salido a la luz lo que le ocultaban por meses.
“Yo ahí supe que mi compañero, Narciso González, no estaba con vida; yo salí de ahí, no era yo, me fui para mi casa con una fiebre altísima”, contó.
Oficialmente, Narciso González tiene desaparecido 27 años y el próximo 26 de mayo cumple otro año más. Su caso es el único que ha calado a la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), la cual condenó a República Dominicana por desaparición forzada.
Era opositor del gobierno de Balaguer y en una asamblea realizada en la UASD, criticó al entonces presidente Balaguer y acusó de haber triunfado de manera fraudulenta en las elecciones presidenciales celebradas en 1994. Desde el 26 de mayo de ese año lleva desaparecido.
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