EFE
Copenhague
Un somalí de 29 años fue declarado hoy culpable por un tribunal de Aarhus (oeste de Dinamarca) de un delito de terrorismo y de intento de asesinato del dibujante danés Kurt Westergaard, autor de una famosa caricatura de Mahoma.
El jurado popular consideró de forma unánime probado que el acusado quería asesinar a Westergaard y que esa acción debe de ser considerada como un acto terrorista, asumiendo la tesis de la fiscal de que aquel pretendía causar el “caos” en Dinamarca.
La legislación danesa considera terrorismo, un delito que puede castigarse con una pena máxima de cadena perpetua, un acto que pretende “aterrorizar a una población de forma grave” o “desestabilizar o destruir las estructuras políticas, constitucionales, económicas o sociales”.
El tribunal, formado además por tres magistrados, deberá determinar ahora la duración de la pena, aunque se espera que las deliberaciones se prolonguen hasta mañana.
El jurado absolvió al somalí, cuya identidad está protegida, de la acusación de intento de asesinato de uno de los agentes de policía que acudió a casa del dibujante al hacer este saltar la alarma, aunque lo condenó por “agresión grave”.
Durante el juicio, celebrado en medio de medidas de seguridad extremas, la fiscalía había insistido en la acusación de terrorismo, sostenida porque, según ella, el somalí actuó inspirado por organizaciones fundamentalistas como Al-Qaeda y Al-Shahab.
La defensa había alegado en cambio que la intención del agresor era sólo hacer daño al septuagenario dibujante y no a la población danesa, por lo que la acusación de terrorismo no se sostenía.
El acusado había admitido únicamente un delito de allanamiento de morada y de posesión ilegal de armas, un hacha y un cuchillo, lo que hizo que Westergaard le llamara durante el juicio “pequeño cobarde mentiroso”.
Los hechos se produjeron la noche del 1 de enero de 2010, cuando el somalí, que había viajado ese día en tren desde Copenhague, entró en la casa del dibujante en Viby, a las afueras de Aarhus.
Alarmado por el ruido, Westergaard, que estaba cuidando a su nieta de 5 años, logró refugiarse en un baño que tiene convertido en búnker de seguridad y desde allí llamó a la policía, mientras el somalí intentaba romper la puerta a hachazos.
Al llegar la policía pocos minutos después, el agresor atacó a uno de los agentes, que respondieron con disparos y le hirieron en una pierna y en una mano.
Desde septiembre de 2005, cuando se publicaron las caricaturas de Mahoma en el diario “Jyllands-Posten”, Westergaard ha recibido amenazas de muerte y sufrido varios intentos de atentado, al igual que la sede del diario, y vive bajo protección policial.
Las viñetas del diario danés, entre las que figura la de Westergaard caracterizando a Mahoma con una bomba en su turbante, provocaron meses después fuertes protestas en el mundo islámico, con disturbios en varios países en los que murieron alrededor de 150 personas y un boicot comercial a productos daneses.
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