viernes, 4 de febrero de 2011

Nueva canasta arroja cambios en el consumo

CUANDO MEJORA EL INGRESO BAJA LA PONDERACIÓN DEL GASTO EN ALIMENTOS”
Santo Domingo
El hábito de consumo de los dominicanos está cambiando y así ha sido durante los últimos diez años.

El auge de las telecomunicaciones, la televisión por paga, la cantidad de establecimientos de comida rápida y restaurantes, así como la construcción de vías de comunicación más modernas y que en gran medida buscan descongestionar el tránsito, son algunas de las variantes que han experimentado la población. La apertura de grandes plazas en las principales ciudades testifica una transformación radical en cómo y qué se consume.

La actualización de la canasta familiar en base a diciembre de 2010, publicada esta semana por el Banco Central, trajo consigo una serie de informaciones que dan cuenta de que la ponderación de algunos rubros y la inclusión de otros demuestra que los dominicanos consumen bienes y servicios que diez años atrás ni se consideraban.

“En esta nueva canasta hemos descubierto que ha habido un cambio de hábito en el consumo”
Olga Díaz Mora, asesora económica de la gobernación del Banco Central.Olga Díaz Mora, asesora de la gobernación del Banco Central, explicó que para determinar el valor de la canasta familiar hay contratados a 96 encuestadores que diariamente investigan a 7,963 establecimientos.

El levantamiento de datos es sobre la base de criterios definidos internacionalmente. Los bienes seleccionados deben ser de consumo habitual de la población, permanencia en el mercado y que los precios sean fácilmente observables.

Los principales establecimientos investigados son: supermercados, hipermercados, tiendas por departamentos, colmados, farmacias, ferreterías, carnicerías, colegios privados, salones de belleza, hoteles, restaurantes, venta de comida rápida, tiendas de vehículos y repuestos, entre otros.

Metodología
Según Díaz Mora, la recolección de precios se realiza acorde con el mercado incluyendo los impuestos, mientras que la captación es a través de entrevistas directas, pero también vía telefónica, correo eléctrico y fax. Se excluyen del Índice de Precios al Consumidor (IPC) las mercancías defectuosas y que están rebajadas, pero que no están en ofertas generalizadas.

Tampoco se incluyen el alquiler de viviendas propias, remodelación y construcciones de viviendas porque son inversiones y por lo tanto no es parte del consumo habitual o regular de la familia, así como el pago de impuestos e intereses personales.

También se excluyen las transferencias sociales que el gobierno hace a los hogares, por ejemplo, los gastos de salud y educación pública no están dentro de la canasta de bienes y servicios porque no los paga la familia.

De acuerdo con la asesora del BC, una idea del nivel de desagregación que tiene el IPC actualizado es que los artículos que se recogen originalmente están lo más detallado o desagregado posible, ya que, por ejemplo, se recogen precios de pan sobado, rebanado, de agua y otros, los cuales se agregan a una subclase que se llama “Pan”, que a su vez se lleva a “Pan y cereales” y ésta al grupo de “Alimentos”, para llegar a “Alimentos y bebidas no alcohólicas”.

“Para mantener la comparabilidad de la serie los técnicos calcularon un coeficiente de enlace y mantener uniformidad”, dijo la asesora económica del BC.

Cambios
Otro de los cambios que se notan en esta nueva canasta, según detalla, es que el grupo “Alimentos y bebidas alcohólicas” anteriormente tenía una ponderación de 30.79% y ahora es de 25.10%, por lo que infiere que las familias han mejorado su poder adquisitivo, ya que lo primero que una familia cubre son sus necesidades básicas.

Destaca que en la medida en que va bajando la ponderación del gasto en alimentos es porque la familia tiene más recursos para gastarlos en otros bienes y servicios que a veces no son tan prioritarios. A partir de esta nueva canasta, sostiene, se descubrió que ha bajado la proporción del gasto en alimentos, pero ha subido el gasto en otros grupos de bienes y servicios, como son transporte, viviendas y los alimentos consumidos fuera del hogar o en restaurantes, así como los bienes y servicios.

“Esto da una idea de los cambios en los patrones de consumo en República Dominicana en los últimos diez años”, expresa.

La experta destaca que en la nueva canasta se nota un aumento en el grupo “Transporte” de 16.01% a 17.95%, lo que significan casi dos puntos porcentuales, lo cual se debe, según explica, a cuando se hizo la encuesta el rubro que más pesó dentro de los gastos de la familia fue la compra de automóviles. “Los dominicanos deben recordar que en 2006 y 2007 fueron los años de mayor crecimiento económico después de la crisis 2003-2004, lo que significa que en esos años hubo una compra significativa sobre todo vehículos de alto cilindraje”.

CRECIMIENTO DEL PARQUE VEHICULAR
GOBERNADOR:
El gobernador del Banco Central, Héctor Valdez Albizu, destacó que el parque vehicular pasó de 332,204, en 1995, a un millón 382,382 vehículos este año, lo que implica más de un millón de incrementos. En el caso de las Yipetas pasaron de 15,464 a 253,004 unidades, es decir, de alguna forma el campo vehicular se ha extendido extraordinariamente, contribuyendo a que los cambios de los precios de los combustibles tengan un peso importante en la canasta.

De acuerdo con Olga Díaz Mora, el IPC no sólo está compuesto por Alimentos y Transporte como siempre se comenta cuando hay un cambio, sino que hay una cantidad inmensa de bienes que se investigan y que se incluyen en los 12 grupos que están clasificados por los 305 bienes investigados.

Según la experta, en el caso de viviendas se observa que el rubro de mayor ponderación en esta nueva canasta es electricidad, gas y agua, a diferencia de la canasta anterior ha aumentado su ponderación porque antes estaban subsidiados y los precios de los combustibles en ese período.

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