jueves, 14 de julio de 2011

Descuartizador de niño judío guardó piernas en congelador y tiró restos en la basura

-NUEVA YORK._ A la izquierda, Leiby Kletzky, el niño desaparecido y descuartizado y a la derecha su asesino Aron Levi, ambos judíos ortodoxos. Abajo, cientos de rabinos en el funeral de la víctima. (Fotos Daily News y NY Times)
El crimen consterna a la comunidad hasídico ortodoxa y es repudiado en toda la ciudad

NUEVA YORK._ Levi Aron, el confeso descuartizar de un niño judío de 8 años de edad, que había desaparecido desde el lunes en la noche y cuyos restos fueron hallados por la policía, metió las dos piernas de la víctimas en el congelador de su nevera y el resto del cuerpo desmembrado en una maleta, la que envolvió en bolsas plásticas y la tiró en un contenedor de basura en Brooklyn. El niño Leiby Kleztky había desaparecido cuando se dirigía a su casa y aparentemente se extravió en el trayecto, encontrando a su verdugo, de la misma raza y al que le pidió ayuda para que lo orientara en la dirección correcta. La desaparición del menor generó una frenética búsqueda de las autoridades y su familia, cuyos padres ofrecieron $125.000 dólares de recompensa, con el fatal resultado. Los pies cortados del niño estaban en el refrigerador de Aron y el resto de su cuerpo desmembrado en un contenedor de basura.

Aron fue arrestado a las 2:40 de la madrugada en su casa de la calle Segunda Este en el sector de Kesinton en Brooklyn. Tiene 35 años de edad. El muchacho desapareció la noche del lunes de un parque a su casa y cámaras de vigilancia mostraron una imagen de él caminando junto al asesino.

Había salido de un campamento de verano al que asistía para tomar clases extras. El Comisionado de la Policía, Raymond Kelly dijo que el macabro hallazgo fue una casualidad que se conectó al terrible destino del niño.

Cuando la policía preguntó a Aron dónde estaba el niño, el sospechoso hizo una seña a los agentes para que miraran en la cocina, en la que guardaba tres cuchillos ensangrentados y una tabla de cortar carne que tenía escondidos en la nevera.

Los pies del menor estaban en el congelador.

Los demás restos los metió en una maleta color rojo y la envolvió en una bolsa plástica, tirándola en un contenedor de basura en el vecindario de Greenwood Heights, añadió el comisionado. El homicida es un judío ortodoxo, religión a la que pertenecía también la víctima. Confesó que mató al niño por “pánico” luego de que viera la intensa búsqueda que las autoridades, la familia y la comunidad hacían para encontrar al muchacho.

Investigadores que rehusaron identificarse, dijeron que el acusado no sabe porqué asesinó al menor y no tiene ninguna excusa. La investigación descartó el abuso sexual contra el niño, antes de ser asesinado.

Los cargos específicos contra Aron están pendientes y no se especificó cuándo exactamente fue asesinado el menor. Aron, trabajaba como chofer en una compañía de entrega de suministros para mantenimiento por 12 años, fue a trabajar el martes y aparentaba “normal”, dijeron sus compañeros de labores.

En su juventud, sufrió lesiones cerebrales y fue descrito por algunos de sus conocidos como “retardado” o “lento”. Su jefe en el trabajo respondió que respetó la ley de igualdad de oportunidades en el empleo, al responder si sabía sobre el retardo de Aron. “Nunca lo hubiera creído, trabajó muchos años aquí”, añadió el empresario que no quiso revelar su nombre.

Un compañero de trabajo de Aron, lo describió como temperamental, pero buen trabajador. “Era un tipo divertido, sabíamos que algo estaba mal con él, pero se desempeñaba muy bien en sus labores”, añadió. “Pero, si lo hubiera visto ayer, cuando hallaron al niño, lo hubiera matado sin pensarlo dos veces”, sostuvo el empleado que participó en una cuadrilla comunitaria para la búsqueda del menor asesinado.

Jacob Daskel, quien coordinó una patrulla comunitaria de búsqueda en Borough Park dijo haber conocido a Aron, señalando que era un solitario que vivía con sus padres. La desaparición de Kleztky activó la alerta Ambar, un sistema que moviliza autoridades en toda la nación cuando desaparece un niño o una niña y se promueve en vayas electrónicas y otros medios en carreteras, puentes, peajes y centros de gran concurrencia de público.

Los funerales se realizaron ayer en una sinagoga de Brooklyn, en los que participaron cientos de judíos y gente de la comunidad.

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