Cientos de personas se agolpaban el viernes en las tribunas del Campeonato de Carreras Aéreas de Reno, una cita anual para amantes de la aviación y las piruetas aéreas, cuando el avión de combate Mustang P-51 de la Segunda Guerra Mundial sorprendió a todos los presentes con una violenta maniobra de elevación. Lo que sucedió fue una inevitable y brusca caída, que mató a siete personas en el momento y dejó a decenas de otras heridas, según confirmó hoy en una conferencia de prensa el subjefe de Policía de Reno, Dave Evans.
El piloto del artefacto, Jimmy Leward, falleció al instante junto a seis de los espectadores que se encontraban en las gradas, y otras dos personas que fueron trasladadas a un hospital local perdieron la vida horas más tarde. El sábado, y después de varias intervenciones quirúrgicas, 24 pacientes habían sido dados de alta de los centros médicos de urgencia, y otros 17 permanecían hospitalizados, confirmó Evans. Un equipo de la Oficina Nacional de Seguridad en el Transporte (NTSB, en inglés) acudió hoy a Reno para asistir a la Policía estatal y a la Administración Federal de Aviación en la investigación de las causas del accidente.
Las imágenes de vídeo y fotografías tomadas en el momento del accidente se presentaban como una pieza clave para determinar qué había fallado en la maniobra, según indicó en una conferencia de prensa el portavoz de NTSB, Terry Williams.
"Todavía estamos en la primera fase de la investigación, la de examinar el lugar de los hechos", dijo. Las autoridades aislaron hoy el área y comenzaron a examinar las piezas de fuselaje del avión esparcidas por la misma, en busca de pistas que apuntaran si se trató de un fallo técnico. En esta fase, aún trataban de determinar si el antiguo avión contaba con algún tipo de mecanismo de grabación o caja negra que les ayudara en el proceso, mientras algunos testigos y expertos en la materia apuntaban a que se trató de una deficiencia en la cola del avión, que impidió al avión mantener el equilibrio.
Mientras, quienes conocían al piloto, un agente inmobiliario de 74 años, lo describían como un hombre "muy experimentado" en el vuelo de aviones antiguos, que había pilotado durante más de 30 años, según su perfil en la red social Facebook. Muchos de los testigos coincidían hoy en presentarlo como un "héroe" que evitó muchas muertes entre quienes contemplaban el espectáculo desde las gradas, con una última maniobra tras perder el control del aparato. "Creo que el piloto trató de llevar el avión hacia arriba en los últimos segundos porque vio las gradas descubiertas, y salvó así a unas 200 o 300 personas", dijo a la cadena CNN Ben Cissell, que se encontraba a unos 30 metros de distancia del área de impacto. "No quiero ofender a los heridos, pero ese piloto es un héroe.
Ha salvado un montón de vidas. Podría haber sido mucho peor", añadió el espectador. Quienes vieron el suceso desde más lejos describían una gran bola de fuego y más tarde a decenas personas tiradas en el suelo, con heridas de gravedad y sangre por todas partes. El accidente no es el primero que se produce en espectáculos aéreos en los últimos años en Estados Unidos, pero sí fue el primero que afectó a espectadores de la famosa competición de Reno, de 47 años de historia, que canceló el resto de actividades tras el suceso. EFE
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