sábado, 7 de septiembre de 2013

Señalan motivos impidieron Benedicto XVI viniera a RD INFLUYÓ CONFLICTO DE WESOLOWSKI CON EL ARZOBISPO DE SAN JUAN, PR

  • El Papa Benedicto XVI, que había sido invitado a República Dominicana en 2011 para conmemorar los 500 años de la erección de las primeras diócesis de América, es visto aquí durante su visita a México en marzo de 2012, donde se dejó cautivar por la afabilidad de los mexicanos y consintió a colocarse un enorme sombrero de charro.
Santo Domingo
El ahora Papa Emérito Benedicto XVI desestimó viajar a la República Dominicana en el 2011 para conmemorar los 500 años de la erección de las primeras diócesis de América, porque si lo hacía tenía que incluir también a la vecina Puerto Rico, donde en esos momentos prevalecía un tira y afloje entre el arzobispo de San Juan y el nuncio apostólico Józef Wesolowski por el intento de designar una de las capillas de la catedral puertorriqueña con el nombre de “Altar de la Patria”, en clave independentista, dijeron fuentes eclesiásticas locales.
El promotor de la idea de crear el “altar nacionalista” fue el arzobispo de San Juan, Roberto González Nieves, pero el nuncio Wesolowski (ahora suspendido), no la compartía, y se entendía que si el entonces Papa Benedicto XVI viajaba a la isla, después de hacerlo en Santo Domingo, produciría fricciones con los Estados Unidos, que tiene a Puerto Rico bajo una categoría de Estado Libre Asociado.
Lograr que el Papa Benedicto bendijera esa capilla o “altar de la Patria” expondría a la Santa Sede, se asumía entonces, a las puertas de un conflicto de naturaleza política y diplomática con los Estados Unidos, según las fuentes.
Para evitarse este conflicto, la Santa Sede decidió que era preferible que el Pontífice no fuera a ninguna de las dos capitales caribeñas, aunque sí realizó su viaje apostólico, en el año 2012, por México y Cuba, según datos que han salido a relucir ahora que Wesolowski ha sido retirado de su puesto en República Dominicana y concurrentemente en Puerto Rico.
En esos momentos, Wesolowski mantenía una línea de ataque al arzobispo de San Juan, no solo porque estaba animando la idea de fomentar el independentismo de la isla, sino porque entendía que el prelado boricua había incurrido en faltas graves, y esto hizo que se originara una soterrada pugna entre ambos sacerdotes de la que finalmente salió victorioso el arzobispo González Nieves.
A la posibilidad de venir a la República Dominicana que le mencionó el entonces presidente Leonel Fernández (tal como lo reseñaron el LISTÍN DIARIO y otros medios dominicanos), el Papa indicó que la posibilidad de visitar el país dependería de sus condiciones de salud, si bien no dijo ni que sí ni que no, pero alegó que ya pasaba de los 80 años de edad y sería un viaje muy largo. Eso fue el 21 de mayo del 2010 en Roma. Dos años después Benedicto XVI, en marzo 2012, estuvo en México, primero, y luego en Santiago de Cuba.
Es un dato que indica que ni salud ni fatiga le impidieron, dos años más anciano, viajar a América y el Caribe.
Una nota aparecida en el Vatican Insider, el pasado 4 de mayo, escrita por Andrés Beltramo Álvarez, ilustra la naturaleza del conflicto que enfrentaba al arzobispo puertorriqueño y al destituido nuncio en Dominicana.
Dice así: “Sometido a múltiples acusaciones, Roberto González Nieves ya fue investigado por un visitador pontificio.
En Roma le pidieron que presente su renuncia, pero él no piensa dejar su puesto.
Sostiene su inocencia y está dispuesto a comprobarla”.
“Desde hace varios años El Vaticano mantiene un estire y afloja con el prelado. El prefecto de la Congregación para los Obispos, Marc Ouellet, quiso cortar por lo sano el 15 de diciembre durante una reunión en la cual participó también su secretario Lorenzo Baldisseri. Un encuentro que terminó siendo áspero, tenso. En esa oportunidad el purpurado sugirió a González Nieves que era hora de dar su dimisión y buscar otro puesto en la Iglesia”.
“¿La respuesta? Una larga carta en la cual el acusado se defiende de cada uno de los señalamientos. Fechada el 20 de febrero y dirigida al propio Ouellet, la misiva puso por escrito toda la rabia del arzobispo”.
“El texto, de seis páginas, reveló las cuatro acusaciones: proteger a sacerdotes pedófilos, haber realizado una investigación contra el presbítero Edward Santana sin jurisdicción para ello, haber propuesto las ‘residencias compartidas’ y la promoción de un ‘altar de la patria’ en su catedral”.
“González Nieves tiene defensores y detractores por igual, tanto dentro como fuera de Puerto Rico. Su primer crítico es el delegado apostólico Józef Wesolowski, que durante meses ha presionado para su destitu- ción. Su labor provocó que la Congregación para el Clero ordenase una visita apostólica, una auditoría encargada al arzobispo ecuatoriano de Guayaquil, Antonio Arregui Yarza. Un procedimiento iniciado el 25 de octubre de 2011 y todavía en curso”.
“Simultáneamente la Congregación para el Clero solicitó a la Doctrina de la Fe información relacionada con diversos casos de supuestos abusos sexuales contra menores cometidos por sacerdotes de la arquidiócesis.
Pero, según pudo confirmar el Vatican Insider, ese dicasterio no identificó irregularidades en la actuación de González Nieves”.
“Otros dos puntos lo pondrían en entredicho. El primero es su propuesta de las llamadas ‘residencias compartidas’: una ley que tutele la convivencia de las parejas formadas por personas del mismo sexo (homosexuales o no), que garantice sus derechos de herencia, visitas hospitalarias y acceso a planes médicos, pero sin equiparar sus uniones al matrimonio o al concepto de familia”.
“El segundo corresponde al ‘altar de la patria’, el título dado a una de las capillas de la catedral y que ha desatado apasionadas controversias.
Puerto Rico es un territorio libre pero asociado a los Estados Unidos. Sus políticos se dividen entre quienes quisieran una autonomía total y quienes desean seguir anexados a la unión. En este contexto muchos consideran que el altar es la prueba concreta del involucramiento político ‘independentista’ del arzobispo”.
“Aunque en Roma le pidieron mantener estricta confidencialidad, él decidió confiar sus problemas a varios clérigos de alto nivel. A sus compatriotas puertorriqueños Félix Lázaro, de la diócesis de Ponce y a Álvaro Corrada del Río. Además de los cardenales Bernard Law, William Joseph Levada, Sean O’Malley, Oscar Rodríguez Maradiaga y Timothy Dolan”.FUENTE LISTIN DIARIO.COM

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