En su homilia, el Purpurado recordó a los más de 170 presbíteros que participaron en el oficio del Jueves Santo, que están comprometidos a compartir el Ministerio de Cristo.
En la celebración que se llevó a cabo por primera vez en el citado lugar, el Arzobispo Primado de América lavó los pies a 12 sacerdotes, en señal de amor y servicio, tal como hiciera Jesús en la última cena con sus discípulos.
López Rodríguez bendijo, además, los óleos o aceites que se utilizarán durante todo el año litúrgico en las celebraciones que se lleven a cabo en la Iglesia y para la unción de los enfermos.
A la Misa Crismal asistieron, además, religiosas, consagradas y representantes de las diferentes zonas pastorales que conforman la Arquidiócesis de Santo Domingo.
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