sábado, 31 de mayo de 2014

Un hábito muy feo El uso prolongado del cigarrillo se refleja tanto en la piel como en la dentadura y arruina, no solo la salud, sino también la apariencia deseable que se pretende.

Santo Domingo
El cigarrillo no sólo arruina poco a poco la salud. Afecta la apariencia del fumador. Las consecuencias del uso prolongado del cigarrillo se reflejan en la piel y la dentadura.
Dientes amarillentos, mal aliento, caries y enfermedad periodontal se encuentran entre los efectos estéticos indeseados que le roban la linda sonrisa al amante del tabaco, de acuerdo con Dorka Jiménez, ortodoncista de OralDent Dominicana.
Mientras que, según Regil Noboa, dermatólogo del Centro Médico Gazcue, las principales consecuencias estéticas para la piel son la aparición de arrugas prematuras, unido a factores del sol y el medio ambiente; piel pálida o grisácea, el cabello áspero y seco, uñas amarillentas, acné y manchas en los dientes.
Piel y uñas
Aparte de cambiar tu linda sonrisa por otra no tan agradable, fumar afecta tu piel y tus uñas. “Los fumadores tienden a padecer fotoenvejecimiento prematuro de la piel”, dice Noboa, dermatólogo del Centro Médico Gazcue.
Entre los daños que presentan los amantes del cigarrillo, Noboa cita cambios en la coloración de la piel, manchas oscuras y piel muy arrugada (elastosis solar), todo lo cual hace que la persona aparente más edad que la que en realidad tiene.
“Otra de las consecuencias estéticas -señala Noboa- ocurre en las uñas, las cuales se tornan amarillentas”. 
El médico comenta que se ha demostrado científicamente que los componentes del humo del cigarrillo producen un aumento en la actividad de la elastasa, enzima que destruye la elastina, proteína responsable de la tensión y tonicidad de la piel. Además debido a esa actividad, la elastasa produce vasoconstricción periférica o una disminución de la circulación de la sangre debajo de la piel, afectando no solo la nutrición del rostro; en casos crónicos puede llegar a producir isquemia o ausencia de sangre.
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UN AVANCE PROGRESIVO
Los cambios: 
La isquemia o ausencia de sangre causada por la elastasa se traducirá en disminución de las fibras elásticas y de la síntesis de colágeno. “Desde luego”, aclara Noboa, “esos cambios producidos por el humo del cigarrillo no son inmediatos, pero luego de un tiempo se comenzará a notar cómo esa piel del fumador va cambiando y envejeciendo”. 
Fumar afea los dientes y la piel Según Dorka Jiménez, ortodoncista de OralDent Dominicana, la coloración amarillenta-marrón que presentan los fumadores en los dientes se debe a la acción de la nicotina y el alquitrán, sustancias que manchan, contenidas en el tabaco.
“Estas manchas empeoran gradualmente con el tiempo”, advierte Jiménez.
El humo de los cigarrillos contiene, además, sustancias químicas que se adhieren fuertemente a las superficies dentales y las pigmenta.
Mal aliento
El fuerte olor del tabaco, así como el de la nicotina, el alquitrán y otras sustancias contenidas en el cigarro, se adhiere a la mucosa de la boca (encías y carrillos), de la lengua y de los dientes. 
Esto, unido a la placa bacteriana y al sarro, genera un olor desagradable que sale por las vías respiratorias y empeora la halitosis o mal aliento, explica Jiménez. 
“Y es tan fuerte -indica la odontóloga-, que es capaz de permanecer por más de un día, luego de fumar”.
Caries
Jiménez informa que la nicotina aumenta el metabolismo o crecimiento de la bacteria que genera la caries, la streptococcus mutans, y genera ácidos corrosivos al esmalte dental. “Por ende”, deduce la experta, “los fumadores tienen mayor riesgo de desarrollar caries”. Esa propensión a las caries se agrava cuando, en aras de camuflar el mal aliento, el fumador consume caramelos y otros productos altos en azúcar.
Enfermedad periodontal
El periodonto o conjunto de tejidos que ayudan a sostener el diente en su lugar (encías, huesos, fibras diversas) también puede verse afectado como consecuencia del tabaquismo. Algunos estudios han concluido que los fumadores son cuatro veces más propensos a desarrollar enfermedad periodontal severa. Esto se debe, de acuerdo con Jiménez, a que la nicotina produce vasoconstricción periférica de los vasos sanguíneos, lo que causa un cúmulo de bacterias y resequedad que favorece la formación de sarro.
“El sarro genera gingivitis, no sangrante en estos casos, y luego avanza, generando daño a los demás tejidos del periodonto, hasta generar movilidades altas en los dientes y retracción de la encía, lo que hace lucir los dientes más largos de lo normal”, comenta.
Jiménez advierte que fumar reseca la boca. ¿Las consecuencias de esta escasez de saliva? “Disminuye la oxigenación y la pequeña limpieza de la saliva”.

¿SON REVERSIBLES ESTAS CONSECUENCIAS?

Si una persona deja de fumar, ¿puede volver a recuperarse su piel? El dermatólogo Regil Noboa dice que los cambios pudieran ser reversibles si no se ha sido un fumador crónico o de larga data.
“Aparte que una buena protección solar podría mitigar un poco esos cambios, pero todo va a depender de cuánto tiempo ha estado usted fumando y la cantidad de cigarrillos que usted acostumbraba a fumar al día”, explica. 
Para que haya recuperación de la piel, aunque sea parcial, sugiere un buen bloqueador solar, evitar exponerse al sol a las horas pico (entre las 11:00 de la mañana y las 3:00 de la tarde), sobre todo en la playa o en la montaña; usar cremas hidratantes, cremas a base de ácido glicólico, vitamina C, ácido retinoico (en las noches), ingerir abundantes líquidos y evitar el uso de jabones abrasivos.

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