El papa Francisco instó el miércoles a los cardenales a cooperar con su reforma de la atrasada y disfuncional burocracia vaticana, diciendo que los cambios le ayudarán a gobernar mejor la Iglesia católica, que tiene 1.200 millones de fieles, y a extender su fe de forma más eficaz.
Francisco convocó a los cardenales de todo el mundo para escuchar sus propuestas de reforma del gobierno central de la Iglesia. Las propuestas incluyen fusionar oficinas y reducir el despilfarro.
Al inaugurar la cumbre el jueves, Francisco dijo que el objetivo es fomentar una mayor armonía y colaboración en "absoluta transparencia" para ayudar a la Iglesia a extender su fe y llegar a otros.
"Desde luego, alcanzar ese objetivo no será fácil. Requiere tiempo, determinación y sobre todo la colaboración de todo el mundo", dijo.
El pontífice dejó claro lo que le parecía mal de la curia vaticana el pasado diciembre, cuando mencionó 15 problemas que afectaban a sus miembros, incluyendo el "Alzheimer espiritual" y el "terrorismo del chismorreo" como enfermedades a curar para que la Iglesia se transforme en un lugar más sano y sagrado.
Tras su nombramiento hace dos años, Francisco, emprendió un mandato con aspiraciones de reforma de la jerarquía vaticana, que durante el último año de papado de Benedicto XVI quedó expuesta como un nido de intrigas internas lastrado por el anacronismo, la corrupción y el despilfarro.
Un mes más tarde de ser elegido, Francisco comenzó con un proyecto que según dijo no terminará antes de 2016.
Entre tanto ha dado pasos para crear un ministerio de Economía con amplios poderes para asegurar unas finanzas más ajustadas y transparentes en todo el Vaticano. Pero en un indicio de los crecientes problemas del proceso, que probablemente se agravarán conforme avancen las reformas, incluso ese departamento está tardando en aprobar sus estatutos, entre disputas sobre el alcance de su autoridad.
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