Poco a poco las principales ciudades o municipios cabeceras de provincias del país han ido quedando aisladas del contacto de aquellos viajeros cuyos destinos están en la misma ruta, pero que visitar esos lugares no está dentro de sus planes de viaje.
Siendo el turismo la principal fuente generadora de divisas y empleos directos e indirectos del país, se ha definido como una prioridad la construcción de carreteras seguras, de bajos costos operacionales para los usuarios y una alta movilidad, a fin de hacer posible la integración de los principales polos turísticos con los centros primarios generadores de actividades.
En ese sentido, las carreteras troncales o principales del país se han ido modificando y/o construyendo con el objetivo de impulsar el desarrollo del turismo y partiendo de la premisa de acortar distancia y ahorrar combustible.
Esto ha traído aparejado el hecho de que, además de reducir el contacto con los viajeros, los municipios cabeceras se han aislados más de los polos turísticos.
Los casos más palpables en ese sentido son los municipios de Higüey y La Romana, en la región Este; Samaná en el Noreste; en el Cibao, Bonao y La Vega, con la Autopista Duarte, San Cristóbal en el Sur, con la Autopista 6 de Noviembre.
También se podrían ver los casos de Santiago, con la Circunvalación Norte, así como el Distrito Nacional, ahora con la Avenida de Circunvalación, pero dadas las primacías políticas y económicas de ambos casos las hacen destinos obligados.
¿A qué responden?
La realidad plantea si las nuevas carreteras o las readecuaciones de las antiguas vías troncales benefician o perjudican a los municipios cabeceras que aíslan, o si sus diseños corresponden a una real estrategia de desarrollo fundamentado en un plan de reordenamiento territorial.
Esto, porque una carretera de circunvalación, ronda, anillo periférico o anillo vial es una autopista, carretera o avenida que circula alrededor o dentro de una ciudad o área metropolitana, rodeándola total o parcialmente, con el fin de que los vehículos que realicen una ruta, sin intención de entrar en ella, eviten atravesarla en esa travesía.
Además de que los vehículos usan este tipo de vías para elegir el acceso que más les interese para penetrar en la ciudad, o incluso para ir de un sitio a otro de una gran ciudad.
También cabe plantearse si estas vías troncales obedecen al concepto lato de circunvalación, como se les ha llamado a algunas de ellas, o si por el contrario son de “by-pass” o evitamiento, que se construyen específicamente para evitar el tránsito por determinados centros urbanos.
Las carreteras
Las carreteras y los caminos son las principales infraestructura para el transporte terrestre del país, siendo un bien público estimado en alrededor de US$7,000 millones, de acuerdo con el Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones.
Según Obras Públicas, la red vial de la República Dominicana consta de una longitud del orden de 18,075 kilómetros, de los cuales 5,403 kilómetros son de carreteras, 8,672 kilómetros son caminos vecinales y 4,000 kilómetros de caminos temporales y trochas, lo que se considera adecuada para la extensión territorial de 48,442 kilómetros cuadrados que tiene el país y para los más de 10 millones de habitantes que lo habitan.
De estos, el 25% son carreteras troncales o principales, el 48% son carreteras regionales o secundarias y 27% corresponden a carreteras locales.
Las carreteras troncales o principales se codifican de la 1 a la 7 y proporcionan un elevado nivel de movilidad para grandes volúmenes de tráfico y atienden el tránsito de larga distancia, a la vez que conectan las principales ciudades o centros generadores de actividades, básicamente económicas.
Las carreteras regionales sirven a la demanda de tráfico de una región, entre ciudades o centros de menor actividad no servidos por la red troncal, con volúmenes de vehículos inferiores a 4,000 por día y a su vez alimentan el sistema troncal.
Las locales sirven a la demanda de tráfico de corta distancia y a un área homogénea, ya sea un municipio o distrito municipal, sirviendo de nexo, entre las pequeñas localidades o poblados con el sistema secundario. Con volúmenes vehiculares bajos, es decir, menores de 2,000 vehículos por día, las carreteras locales se codifican desde el número 200 al 999.
Carreteras troncales
La red vial troncal del país la componen 7 carreteras que en total tienen una longitud de 1,342.06 kilómetros, siendo la más larga la No. 1, o autopista Duarte, con 261.10 kilómetros, y la más corta la 6 de Noviembre o No. 6, con 21.30 kilómetros.
La carretera No. 1 tiene una extensión de 261.10 kilómetros y nace en Santo Domingo con el nombre de Autopista Duarte y se prolonga al noroeste y en el kilómetro 25 atraviesa Pedro Brand, esquiva Villa Altagracia y bordea las ciudades de Bonao y La Vega, para atravesar Santiago hacia Navarrete, para continuar hacia el noroeste hasta terminar en el centro de la ciudad fronteriza de Montecristi.
La carretera No. 2 nace en la capital como carretera Sánchez, atraviesa Haina, San Cristóbal y Baní, continuando hasta Tábara Abajo, en Azua, donde gira hacia el norte y continúa atravesando San Juan de la Maguana y terminado en Elías Piña. Tiene una longitud de 222.43 kilómetros.
La carretera No. 3 inicia en el municipio Santo Domingo Este con el nombre de Autopista Las Américas y a la altura de Boca Chica se convierte en la Autovía del Este. La Autovía del Ese bordea San Pedro de Macorís y La Romana, y a la altura de la prolongación Santa Rosa se convierte en la Autopista del Coral, la que continúa hacia el aeropuerto de Punta Cana, completando 259.62 kilómetros y evitando tocar la ciudad de Higüey.
La carretera No. 4 o carretera Mella completa 193.97 kilómetros y nace en el municipio San Rafael de Yuma, atraviesa las ciudades de Higüey, El Seibo y Hato Mayor, donde se desvía hacia el Sur; esquiva la ciudad de San Pedro de Macorís para seguir hasta la avenida Sabana Larga, en el municipio Santo Domingo Este.
La carretera No. 5 o Luperón tiene 281.58 kilómetros y nace en Las Galeras de Samaná, y bordea esa ciudad al sur y se convierte en la Autopista Nagua-Samaná, atravesando el centro de la ciudad de Nagua, primero, luego Puerto Plata hasta terminar en Cofresí, donde se convierte en la autopista Navarrete Puerto Plata.
La carretera No. 6 o 6 de Noviembre es la más corta de las carreteras troncales, ya que tiene solo 21.30 kilómetros. Nace en el municipio de Herrera y se prolonga hacia el suroeste, evadiendo San Cristóbal, hasta el kilómetro 5, donde se une a la carretera Sánchez.
La carretera No. 7 o Autopista Juan Pablo II nace en la avenida Los Palmeros, que es paralela a la Autopista Las Américas, en el kilómetro 22, y se prolonga hasta atravesar el Parque Nacional Los Haitises, esquivando las ciudades de Monte Plata y Sabana Grande de Boyá, para terminar en el Cruce Rincón de Molinillos, Samaná.
¿Respuestas al aislamiento?
Hoy día se hace notorio el cerco que poco a poco se va haciendo a las carreteras troncales por parte de habitantes de las comunidades aisladas.
Ante el aislamiento producido por las nuevas carreteras troncales o el rediseño de las ya existentes, son las mismas comunidades las que comienzan a acercarse a las vías principales, sobre todo motivadas por las instalaciones de establecimientos comerciales en los alrededores de éstas, como estaciones de peajes, combustibles o de comida.
Las actividades comerciales en estas carreteras tienen cada vez más presencia, y surgen pequeños poblados que a la postre podrían quitar a esas vías troncoles o principales las funciones esenciales para las que fueron diseñadas.
Siendo el turismo la principal fuente generadora de divisas y empleos directos e indirectos del país, se ha definido como una prioridad la construcción de carreteras seguras, de bajos costos operacionales para los usuarios y una alta movilidad, a fin de hacer posible la integración de los principales polos turísticos con los centros primarios generadores de actividades.
En ese sentido, las carreteras troncales o principales del país se han ido modificando y/o construyendo con el objetivo de impulsar el desarrollo del turismo y partiendo de la premisa de acortar distancia y ahorrar combustible.
Esto ha traído aparejado el hecho de que, además de reducir el contacto con los viajeros, los municipios cabeceras se han aislados más de los polos turísticos.
Los casos más palpables en ese sentido son los municipios de Higüey y La Romana, en la región Este; Samaná en el Noreste; en el Cibao, Bonao y La Vega, con la Autopista Duarte, San Cristóbal en el Sur, con la Autopista 6 de Noviembre.
También se podrían ver los casos de Santiago, con la Circunvalación Norte, así como el Distrito Nacional, ahora con la Avenida de Circunvalación, pero dadas las primacías políticas y económicas de ambos casos las hacen destinos obligados.
¿A qué responden?
La realidad plantea si las nuevas carreteras o las readecuaciones de las antiguas vías troncales benefician o perjudican a los municipios cabeceras que aíslan, o si sus diseños corresponden a una real estrategia de desarrollo fundamentado en un plan de reordenamiento territorial.
Esto, porque una carretera de circunvalación, ronda, anillo periférico o anillo vial es una autopista, carretera o avenida que circula alrededor o dentro de una ciudad o área metropolitana, rodeándola total o parcialmente, con el fin de que los vehículos que realicen una ruta, sin intención de entrar en ella, eviten atravesarla en esa travesía.
Además de que los vehículos usan este tipo de vías para elegir el acceso que más les interese para penetrar en la ciudad, o incluso para ir de un sitio a otro de una gran ciudad.
También cabe plantearse si estas vías troncales obedecen al concepto lato de circunvalación, como se les ha llamado a algunas de ellas, o si por el contrario son de “by-pass” o evitamiento, que se construyen específicamente para evitar el tránsito por determinados centros urbanos.
Las carreteras
Las carreteras y los caminos son las principales infraestructura para el transporte terrestre del país, siendo un bien público estimado en alrededor de US$7,000 millones, de acuerdo con el Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones.
Según Obras Públicas, la red vial de la República Dominicana consta de una longitud del orden de 18,075 kilómetros, de los cuales 5,403 kilómetros son de carreteras, 8,672 kilómetros son caminos vecinales y 4,000 kilómetros de caminos temporales y trochas, lo que se considera adecuada para la extensión territorial de 48,442 kilómetros cuadrados que tiene el país y para los más de 10 millones de habitantes que lo habitan.
De estos, el 25% son carreteras troncales o principales, el 48% son carreteras regionales o secundarias y 27% corresponden a carreteras locales.
Las carreteras troncales o principales se codifican de la 1 a la 7 y proporcionan un elevado nivel de movilidad para grandes volúmenes de tráfico y atienden el tránsito de larga distancia, a la vez que conectan las principales ciudades o centros generadores de actividades, básicamente económicas.
Las carreteras regionales sirven a la demanda de tráfico de una región, entre ciudades o centros de menor actividad no servidos por la red troncal, con volúmenes de vehículos inferiores a 4,000 por día y a su vez alimentan el sistema troncal.
Las locales sirven a la demanda de tráfico de corta distancia y a un área homogénea, ya sea un municipio o distrito municipal, sirviendo de nexo, entre las pequeñas localidades o poblados con el sistema secundario. Con volúmenes vehiculares bajos, es decir, menores de 2,000 vehículos por día, las carreteras locales se codifican desde el número 200 al 999.
Carreteras troncales
La red vial troncal del país la componen 7 carreteras que en total tienen una longitud de 1,342.06 kilómetros, siendo la más larga la No. 1, o autopista Duarte, con 261.10 kilómetros, y la más corta la 6 de Noviembre o No. 6, con 21.30 kilómetros.
La carretera No. 1 tiene una extensión de 261.10 kilómetros y nace en Santo Domingo con el nombre de Autopista Duarte y se prolonga al noroeste y en el kilómetro 25 atraviesa Pedro Brand, esquiva Villa Altagracia y bordea las ciudades de Bonao y La Vega, para atravesar Santiago hacia Navarrete, para continuar hacia el noroeste hasta terminar en el centro de la ciudad fronteriza de Montecristi.
La carretera No. 2 nace en la capital como carretera Sánchez, atraviesa Haina, San Cristóbal y Baní, continuando hasta Tábara Abajo, en Azua, donde gira hacia el norte y continúa atravesando San Juan de la Maguana y terminado en Elías Piña. Tiene una longitud de 222.43 kilómetros.
La carretera No. 3 inicia en el municipio Santo Domingo Este con el nombre de Autopista Las Américas y a la altura de Boca Chica se convierte en la Autovía del Este. La Autovía del Ese bordea San Pedro de Macorís y La Romana, y a la altura de la prolongación Santa Rosa se convierte en la Autopista del Coral, la que continúa hacia el aeropuerto de Punta Cana, completando 259.62 kilómetros y evitando tocar la ciudad de Higüey.
La carretera No. 4 o carretera Mella completa 193.97 kilómetros y nace en el municipio San Rafael de Yuma, atraviesa las ciudades de Higüey, El Seibo y Hato Mayor, donde se desvía hacia el Sur; esquiva la ciudad de San Pedro de Macorís para seguir hasta la avenida Sabana Larga, en el municipio Santo Domingo Este.
La carretera No. 5 o Luperón tiene 281.58 kilómetros y nace en Las Galeras de Samaná, y bordea esa ciudad al sur y se convierte en la Autopista Nagua-Samaná, atravesando el centro de la ciudad de Nagua, primero, luego Puerto Plata hasta terminar en Cofresí, donde se convierte en la autopista Navarrete Puerto Plata.
La carretera No. 6 o 6 de Noviembre es la más corta de las carreteras troncales, ya que tiene solo 21.30 kilómetros. Nace en el municipio de Herrera y se prolonga hacia el suroeste, evadiendo San Cristóbal, hasta el kilómetro 5, donde se une a la carretera Sánchez.
La carretera No. 7 o Autopista Juan Pablo II nace en la avenida Los Palmeros, que es paralela a la Autopista Las Américas, en el kilómetro 22, y se prolonga hasta atravesar el Parque Nacional Los Haitises, esquivando las ciudades de Monte Plata y Sabana Grande de Boyá, para terminar en el Cruce Rincón de Molinillos, Samaná.
¿Respuestas al aislamiento?
Hoy día se hace notorio el cerco que poco a poco se va haciendo a las carreteras troncales por parte de habitantes de las comunidades aisladas.
Ante el aislamiento producido por las nuevas carreteras troncales o el rediseño de las ya existentes, son las mismas comunidades las que comienzan a acercarse a las vías principales, sobre todo motivadas por las instalaciones de establecimientos comerciales en los alrededores de éstas, como estaciones de peajes, combustibles o de comida.
Las actividades comerciales en estas carreteras tienen cada vez más presencia, y surgen pequeños poblados que a la postre podrían quitar a esas vías troncoles o principales las funciones esenciales para las que fueron diseñadas.
De Baní a Puerto Plata
Sin embargo, hay ciudades que por la vocación turística de la provincia tienen una importancia vital en la economía del país y que son atravesadas por las carreteras troncales. En la región Sur están los casos de Baní, Azua y Barahona. Las dos primeras son atravesadas por la carretera Sánchez, mientras que a la última la atraviesa la carretera No. 44, que nace en Tábara Abajo, Azua, como prolongación de la carretera No. 2 o carretera Sánchez y muere en la ciudad de Barahona. No obstante, esta misma vía se extiende hacia el Oeste como vía regional hasta conectarse con Pedernales, provincia que tiene un enorme potencial turístico por tener una de las bahías más hermosas de la región del Caribe, Las Águilas. Mientras, en el norte del país está el caso de Puerto Plata, que es atravesada por la Carretera No. 5, que se extiende desde Samaná hasta Cofresí.
18,075 km
Red vial Se estima que los 18,075 kilómetros de carreteras se corresponden con los 48,442 km2 que tiene el país.
Red vial Se estima que los 18,075 kilómetros de carreteras se corresponden con los 48,442 km2 que tiene el país.
1,342
Vías troncales República Dominicana cuenta con una extensión de 1,342 kilómetros de vías troncales.
-Vías troncales República Dominicana cuenta con una extensión de 1,342 kilómetros de vías troncales.
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