En su corta alocución desde Riad, donde recibe tratamiento médico desde principios de junio, Saleh aseguró que apoya la participación de todas las fuerzas políticas y el diálogo para salir de la crisis en Yemen.
Tras el discurso, los partidarios del presidente salieron a la calle en varias ciudades yemeníes, como Saná y Taiz, para celebrar con disparos al aire y fuegos artificiales que Saleh sigue con vida, después de los rumores extendidos sobre su fallecimiento.
Saleh viajó el pasado 4 de junio a Arabia Saudí, al día siguiente de resultar herido en un atentado contra el Palacio Presidencial en el que murieron siete guardaespaldas y otros dirigentes sufrieron heridas.
En este tiempo, el presidente ha sido sometido a ocho operaciones en el hospital militar de Riad, según él mismo detalló en su discurso.
En su primera aparición tras el atentado, Saleh, que vestía una galabeya blanca (túnica árabe) y un turbante y llevaba las manos vendadas, se mostró dispuesto a compartir el gobierno con la oposición.
El mandatario yemení hizo un llamamiento a “quienes entendieron erróneamente la democracia”, y subrayó que su Gobierno apoya “la libertad de expresión y las opiniones del otro siempre que sea de manera responsable”.
“Apoyamos el diálogo para alcanzar soluciones satisfactorias y apoyamos la participación de todas las fuerzas políticas sean opositoras o gubernamentales sobre un programa consensuado”, indicó.
En este sentido, Saleh dio la bienvenida a esta participación “dentro del marco de la ley y la Constitución basada en el pluripartidismo” y sin que ningún grupo imponga “sus condiciones o doble el brazo al otro”.
En su discurso, Saleh no hizo ninguna referencia ni a un posible regreso a Yemen ni al traspaso del poder, como recogía una iniciativa de los países del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG) firmada por la oposición yemení pero rechazada por el presidente.
La propuesta del CGG estipula un traspaso del poder al vicepresidente, Abdo Rabu Mansur Hadi, en el plazo de un mes tras su firma y la celebración de elecciones dos meses después.
Yemen es escenario de protestas desde finales de enero, en las que la oposición pide la caída de Saleh y la introducción de reformas políticas en el país, el más pobre de la península Arábiga.
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