El caso de la dominicana Franchesca Duarte, quien perdió las piernas al ser atropellada por su exnovio, sentenciado a solo tres años de cárcel, ha destapado el problema de la violencia doméstica que sufren las mujeres de esa nacionalidad en Puerto Rico.
La jueza Nerisvel Durán sentenció el miércoles a tres años de cárcel al agresor, el puertorriqueño Jorge Ramos, encontrado culpable solo de un delito de lesión negligente bajo la Ley 22 de Tránsito -equivalente a una infracción de circulación- y que no tuvo en cuenta los cargos de agresión agravada que pesaban en su contra.
Aunque al haber sido encontrado culpable solo de un delito de lesión negligente se conocía que la condena máxima era de tres años, la lectura de la sentencia ha servido para que salga a la luz la situación que padece la mayoría de las cerca de 150.000 dominicanas que viven en Puerto Rico.
La directora del Centro para la Mujer Dominicana en Puerto Rico, Romelinda Grullón, señaló hoy a Efe que en el caso de Franchesca Duarte se trató la agresión como una mera infracción de tráfico y no se vio el caso en su justa magnitud, como, dijo, "uno de violencia doméstica".
Señaló que la sentencia esconde prejuicios raciales -Franchesca Duarte es una mujer de raza negra-, además de asegurar que si el agresor hubiera sido dominicano y la víctima puertorriqueña la jueza hubiera tratado el caso de manera muy diferente.
"Desde el principio hubo negligencia. El sistema ha fallado y se trata de una condena de cadena perpetua para Franchesca", indicó por el estado en el que quedó la joven mujer dominicana tras la agresión que sufrió a manos de su antigua pareja sentimental.
La jueza dijo en su momento para justificar la decisión que el Ministerio Público no probó que Jorge Ramos Rodríguez, padre de la pequeña hija de ambos, tuvo la intención de causar daño con su vehículo al atropellar a la joven madre.
La controversia del caso alcanzó al propio gobernador Luis Fortuño, quien mostró públicamente su preocupación por la decisión de la jueza.
Grullón apuntó que aunque la sentencia no se puede revocar, la organización que dirige seguirá de cerca el proceso, después de apuntar que el de Franchesca Duarte es solo un ejemplo de los innumerables casos de violencia doméstica que sufren la mujeres dominicanas en Puerto Rico.
Aseguró que 8 de cada 10 dominicanas que viven en Puerto Rico son o han sido víctimas de violencia doméstica o sexual.
Grullón aclaró que esa cifra sale de un estudio llevado a cabo sobre 100 entrevistas realizado a mediados de la pasada década por el Centro para la Mujer Dominicana en Puerto Rico en el distrito de Río Piedras de la capital de la isla.
Explicó que los abusadores son, casi al 50 por ciento, hombres de nacionalidad dominicana y puertorriqueña.
Grullón adelantó que hay en marcha otro estudio, elaborado también por el Centro para la Mujer Dominicana en Puerto Rico y que se dará a conocer el próximo mes de marzo, en el que los resultados muestran una situación tan preocupante como el que arrojó el de hace años.
La directora del Centro para la Mujer Dominicana en Puerto Rico no dio una cifra concreta de mujeres que sufren violencia doméstica, aunque recordó que las féminas suponen cerca de la mitad de los 300.000 dominicanos que calculó viven en la isla caribeña.
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