El Papa Benedicto XVI llegó el viernes a Líbano con un mensaje de paz para el Medio Oriente.
El pontífice inicia así una visita de tres días, que llega en un momento de crisis en la región: la guerra civil en la vecina Siria y las secuelas del ataque de una turba que mató a varios estadounidenses en Libia, entre ellos el embajador de Estados Unidos.
El Papa dijo a los periodistas en el avión que la exportación de armas a Siria es un "pecado grave".
El Papa llegó a la nación con más porcentaje de cristianos en el Medio Oriente: casi el 40% de los cuatro millones de libaneses, siendo los católicos maronitas la proporción más grande.
Las autoridades libanesas implementaron medidas de seguridad muy estrictas, suspendieron los permisos de armas con excepción de los guardaespaldas de los políticos y limitaron la visita papal al centro de Líbano y las zonas cristianas del norte.
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