El doble medallista olímpico Félix Sánchez, puso límite a su carrera como especialista en carreras de los 400 metros con vallas. A sus 35 años, Sánchez estará en las pistas por los siguientes 24 meses, período en el que estará buscando un tercer título mundial en su especialidad de los 400 metros con vallas, cuando el próximo año asista al Campeonato Mundial a celebrarse en Moscú.
Durante ese período intentará una presea dorada en los Juegos Centroamericanos y del Caribe de Veracruz, México (2014), único evento en el que no ha podido subir a lo más alto del pódium. Asimismo, participará en los eventos de la Liga Dorada y otros circuitos de interés.
“Amo mi deporte (el atletismo), pero ya estoy cansado”, reveló Sánchez, durante una visita hecha a Listín Diario en la tarde de ayer, donde compartió con el director Miguel Franjul, así como Javier Valdivia y Juan Alberto Salazar, ejecutivos de Listín Diario. También Héctor J. Cruz, editor deportivo y Ramón Rodríguez, redactor.
El mejor momentoEl doble campeón olímpico ha vivido muchos momentos de frustración por las lesiones que en un tiempo lo afectaron, pero también muchas ocasiones han venido para reír y celebrar.
Cuenta que su primera medalla de oro obtenida el 28 de agosto de 2004, “fue algo emocionante”. “Atenas, aunque era algo seguro, porque tenía cuatro años sin perder, no me dio tanta emoción como la medalla de oro de 2003”, en ocasión de los Juegos Panamericanos celebrados en esta capital.
“Nunca había vivido algo igual. Ese ambiente, ese calor que le dio todo el estadio” olímpico que hoy lleva su nombre. Relata que fue la primera vez que compitió ante el público dominicano y que ello lo llenó de mucha emoción.
Añade que tras ganar su más reciente medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Londres, “la mayoría de la gente pensaba que si llegaba a ganar una medalla sería la de bronce”, por lo que no le daban mucho chance para optar por el oro.
Esto, porque pasaron cerca de siete años, tocado por las lesiones, y lo mejor que había logrado era una medalla de plata en el campeonato mundial de Osaka, Japón en 2007, bronce en los Juegos Panamericanos de Guadalajara, México en 2011.
“Tuve que luchar mucho más fuerte porque eran mis últimos juegos (olímpicos). Fue un momento inolvidable”, afirma Sánchez, que coloca esa vivencia como la más importante en su vida deportiva, situando después la noche que ganó el oro panamericano en esta capital en 2003 y luego su primer oro en Atenas.
Su mayor logro fue el 28 de agosto de 2004 cuando ganó en Atenas la primera medalla de oro olímpica de la historia de la República Dominicana. Sánchez, quien vino acompañado de su manager Carlotti Peralta y de su relacionista público Dagoberto Galán, desea ser un embajador para seguir representando al país, mostrando los valores deportivos y culturales de la nación, y seguir siendo un ejemplo. No descarta convertirse en entrenador o agente de atletas.
ORGULLO
Sánchez, quien por primera vez representó al país en 1999, en ocasión de los Juegos Panamericanos de Winnipec, Canadá, hoy está orgulloso de ver que el país tiene varias pistas sintéticas, lo que según dijo ha ayudado a desarrollar el atletismo.
“Aquí tenemos mucho talentos”, dijo el velocista quien pasa los meses de noviembre y diciembre entrenando en la pista del Estadio Olímpico que lleva su nombre.
Explica que por existir pistas sintéticas en el país es que se han ido desarrollando muchos nuevos talentos, entre estos Luguelín Santos, quien viene de ganar medalla de plata en los 400 metros planos en Londres.
“Sin pista sintética un país puede tener los mejores talentos del mundo, pero no se desarrollan”, afirma Sánchez, quien dice que se llena de alegría ver que tantos jóvenes talentos están en la pista.
Sánchez, quien se inició en el atletismo a los 15 años y tiene a Edwin Moses para inspirarse en su carrera atlética, rinde tributo a su abuela Lilian Peña, la mujer que luchó durante su niñez hasta convertirlo en un adolescente sumido en los estudios y el deporte. Su madre había confiado en su abuela el cuidado de Sánchez, pues ella debía trabajar de día y de noche para llevar el sustento al hogar en San Diego.
Por eso, el momento del deceso de su abuela le causó tanto dolor durante su presencia en las olimpiadas de Beijing 2008.
Ya en Londres 2012, tras ganar la medalla de oro, sacó una fotografía de él y su abuela y la besó, luego miró al cielo, rindiéndole homenaje con su rostro bañado en lágrimas. La recuerda con mucha nostalgia.
Sánchez, quien ha viajado por los cinco continentes, ha hecho una pausa. Está de vacaciones para en noviembre adentrarse de nuevo en su plan de preparación que de 170 libras que pesa ahora, debe llegar “al peso ideal de 155 libras”, para la próxima temporada de 2013, cuya participación debe discutir con su preparador, pero el campeonato mundial, a celebrarse en agosto, no lo negocia, quiere estar allí para tratar de conseguir su tercer oro en esa cita.
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