QUITO (AP) — El presidente de Ecuador Rafael Correa condicionó el sábado una eventual visita de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos para conocer la situación de la libertad de expresión en la nación andina.
"Cualquier comisionada si viene de turista, bienvenida, pero si viene a inspeccionarnos también bienvenida, pero con una condición, primero pues ratifique el pacto de San José Estados Unidos, para que tenga algo de legitimidad para venirnos a inspeccionar a nosotros", dijo el jefe de Estado en su programa de radio y televisión "Diálogo con el presidente".
La CIDH emitió medidas cautelares en favor del asambleísta de la oposición Cléver Jiménez, quien fue sentenciado a 18 meses de cárcel por injurias. La medida fue criticada por sectores que la tacharon de atentatoria a la libertad de expresión.
Correa criticó las medidas emitidas por la comisión al señalar que "ahora resulta que una denuncia penal en la Fiscalía, acusando al presidente de criminal de lesa humanidad, mintiendo descaradamente... con firma de abogado, con testigos falsos, ha sido libertad de expresión para la CIDH y hay que dejarlos en la libertad a estos angelitos".
Agregó que "cuando se abusa del sistema judicial con tanta mala fe, tiene que haber una ley que sancione estos comportamientos".
En 2011, Jiménez, su asesor y un dirigente de un gremio médico acusaron a Correa de delitos de lesa humanidad por haber ordenado su rescate militar de un hospital de la policía, donde estuvo más de 10 horas por una revuelta policial que dejó muertos y heridos. El hecho ocurrió el 30 de septiembre de 2010.
El mandatario aseguró que "la CIDH no tiene capacidad para dictar medidas cautelares y si las tuviera ni siquiera dice que no se ha respetado el debido proceso sino que está criticando la ley de Ecuador, quieren legislar en Ecuador", acotó.
Correa añadió que la CIDH se ha convertido en una "farsa" y la acusó de ser responsable de la destrucción del sistema interamericano de derechos humanos al tiempo que llamó a buscar con urgencia un nuevo sistema de defensa a través de la Unasur y los países caribeños.
En tanto, el canciller Ricardo Patiño acusó al organismo de manejar una "doble moral" y agregó que en la CIDH un 30% de los empleados son norteamericanos pese a que Estados Unidos no ha ratificado el pacto de San José.
El jueves, el canciller había anunciado que el gobierno ecuatoriano no asistiría a la sesión número 150 de la CIDH, que se realizó el viernes en Washington y a la cual calificó de "show político", pero dejó las puertas abiertas para que la comisión venga al país.DE AP
La CIDH emitió medidas cautelares en favor del asambleísta de la oposición Cléver Jiménez, quien fue sentenciado a 18 meses de cárcel por injurias. La medida fue criticada por sectores que la tacharon de atentatoria a la libertad de expresión.
Correa criticó las medidas emitidas por la comisión al señalar que "ahora resulta que una denuncia penal en la Fiscalía, acusando al presidente de criminal de lesa humanidad, mintiendo descaradamente... con firma de abogado, con testigos falsos, ha sido libertad de expresión para la CIDH y hay que dejarlos en la libertad a estos angelitos".
Agregó que "cuando se abusa del sistema judicial con tanta mala fe, tiene que haber una ley que sancione estos comportamientos".
En 2011, Jiménez, su asesor y un dirigente de un gremio médico acusaron a Correa de delitos de lesa humanidad por haber ordenado su rescate militar de un hospital de la policía, donde estuvo más de 10 horas por una revuelta policial que dejó muertos y heridos. El hecho ocurrió el 30 de septiembre de 2010.
El mandatario aseguró que "la CIDH no tiene capacidad para dictar medidas cautelares y si las tuviera ni siquiera dice que no se ha respetado el debido proceso sino que está criticando la ley de Ecuador, quieren legislar en Ecuador", acotó.
Correa añadió que la CIDH se ha convertido en una "farsa" y la acusó de ser responsable de la destrucción del sistema interamericano de derechos humanos al tiempo que llamó a buscar con urgencia un nuevo sistema de defensa a través de la Unasur y los países caribeños.
En tanto, el canciller Ricardo Patiño acusó al organismo de manejar una "doble moral" y agregó que en la CIDH un 30% de los empleados son norteamericanos pese a que Estados Unidos no ha ratificado el pacto de San José.
El jueves, el canciller había anunciado que el gobierno ecuatoriano no asistiría a la sesión número 150 de la CIDH, que se realizó el viernes en Washington y a la cual calificó de "show político", pero dejó las puertas abiertas para que la comisión venga al país.DE AP
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