“Con el merengue atado a su cintura” es la frase que define en estos momentos a Míriam Cruz. Y lo cierto es que ella “echó los dientes” cantando merengue. Desde los 13 años ingresó a Las Chican con Belkys Concepción (1982) y, desde entonces, no ha dejado de interpretarlo.
Su historia en la música recrea importantes episodios que muy bien podrían convertirse en un guión para el cine. Siendo una adolescente, y con la guía de la Corporación de Wilfrido Vargas, tuvo en sus hombros sacar a camino el proyecto de Las Chicas del Can, convirtiéndose, durante diez años, en una de las agrupaciones más representativas del ritmo en mercados internacionales.
Diez años más tarde decide emprender vuelo en solitario y marcharse del lado de Wilfrido Vargas, provocando que la agrupación completa también corriera a su lado y decidiera comenzar una nueva aventura junto a su líder. La historia de “La Diva del Merengue” encontraría otros interesantes capítulos que llenar para deleite de sus seguidores.
MÍRIAM CRUZ TIENE EL ESPOSO “SOÑADO”Míriam Cruz nunca se imaginó que quedar en un quinto lugar en el festival de la voz que organizaba Yaqui Núñez del Risco, en “El Show del Mediodía” (1982), sólo significaría su primer contacto con el público y el espectáculo.
Ante la avasallante Glennis Díaz, a Míriam solo le quedó regresar a su casa y seguir viviendo su vida apacible en el Ensanche Luperón junto a su familia.
Fue precisamente ese año que su primo lejano Wilfrido Vargas la contactó para que formara parte de una agrupación musical. Míriam recuerda que esperaba entrar a un grupo como Menudo, pero se llevó la sorpresa de que era a una orquesta de merengue: Las Chicas del Can.
Su voz y su carisma encantaron al público, que por primera vez, veía con asombro una orquesta compuesta solamente por mujeres. Luego de un tiempo Wilfrido decide romper relaciones comerciales con Belkys Concepción y deja a Míriam como la voz líder y figura de la agrupación.
En ese período Míriam grabó la mayoría de los éxitos de Las Chican como “El africano”, “Juana la cubana”, “Las pequeñas cosas”, “Pegando fuego”, “Estúpido”, “Besos callejeros”, “Ta¥ pillao”, entre otros. Llega a países como Estados Unidos, Holanda, Alemania, Bélgica, Suiza, España, Francia, Italia, Japón y varias naciones de América del Sur.
Sintiéndose estancada, la intérprete decide formar tienda aparte (1992), haciendo que Wilfrido Vargas formara entonces Las Monumentales Chicas del Can. “La verdadera historia es que hacía un año le había comunicado a Wilfrido que quería dejar la agrupación y ellos no me tomaron la palabra en serio. Durante una presentación en Perú me despedí y al otro día tomé un vuelo a Santo Domingo. Cuando las muchachas llegaron a Panamá entonces se dieron cuenta de que yo había abandonado el grupo y decidieron seguirme. Durante casi tres años nos mantuvimos viajando y cumpliendo compromisos que el grupo de Wilfrido no podía hacer porque era a nosotras que nos requerían”. En 1994 Míriam regresa al país y contacta a Luis Medrano, quien fue su mánager durante 4 años, quien la nombró como “La diva del merengue” y proyectó su imagen como una verdadera artista. “En esta etapa nos catapultó el éxito de La loba y logré en dos ocasiones llenar el anfiteatro Altos de Chavón y tener una importante participación en el festival OTI”, recuerda.
Luego Míriam decide contraer matrimonio, llegaron los hijos y vivió una especie de letargo que la mantuvo prácticamente ausente en la radio y la actividad artística.
“Durante ese tiempo yo me mantuve trabajando, pero no pasaba nada. Entonces aproveché y me matriculé en la Universidad Pedro Henríquez Ureña (UNPHU) y logré el título de licenciada en decoración de interior y exterior”, confiesa.
Su esposo Engelbert Landolfi lo dice con orgullo: “La gente no sabe que Míriam estudió una carrera en la universidad y que la ha ejercido muy bien en nuestra casa”. Míriam abundó: “A mí me encanta la decoración. Estar en mi casa, ocuparme de mi hogar, atender a mi esposo y a mis hijos, es lo que realmente me encanta porque me distrae”.
Una nueva etapa
Hace ocho años que la merenguera y Engelbert Landolfi, su actual manager, contrajeron matrimonio. La primera vez que se vieron fue en un restaurant de su propiedad y a Míriam le encantó cómo se ocupaba de los clientes. En cambio a Landolfi le impresionó la humildad que Míriam exhibía.
Hace ocho años que la merenguera y Engelbert Landolfi, su actual manager, contrajeron matrimonio. La primera vez que se vieron fue en un restaurant de su propiedad y a Míriam le encantó cómo se ocupaba de los clientes. En cambio a Landolfi le impresionó la humildad que Míriam exhibía.
“Yo me enamoré de Míriam la mujer. No sabía su dimensión como artista y me encantó su forma de ser”, dijo Landolfi.
La nueva etapa musical de Míriam comienza junto a su esposo y como si hubiera sido un anuncio profético o un mandato divino una noche Míriam regresó de la iglesia y le platicó a Landolfi que sintió mucha vergüenza cuando una persona le preguntó que “¿cuándo era que su esposo le iba a ayudar con su carrera?”
“Esas palabras calaron en mi mente y mi corazón, y no pude dormir esa noche. Al otro día decidí sentarme con ella y comenzar el nuevo proyecto”, recordó su compañero.
Landolfi es mercadólogo de profesión y decidió trabajar en el proyecto artístico de su esposa. La primera regla en aclarar fue que Míriam no se inmiscuyera en su trabajo, que el respetaría a la artista en el suyo. Landolfi se convertiría en el inversionista y mánager, y formó un equipo de trabajo que se lanzó a la calle a vender a la artista.
La primera estrategia fue basarse en el último éxito de Míriam, “La loba” y sobre esa línea se lanzó el tema “Cosa de él”, un éxito que la devolvió de inmediato al gusto popular y a las estaciones radiales.
Historia de “Cosa de él”
“Ese tema venía grabándolo desde hacía años, yo se lo mostraba a mi esposo pero él no escuchaba bien, porque no estaba mezclado. Se buscó al compositor Manuel Morais para que escribiera “Sigo siendo loba”, recordó la artista. Estando en el estudio de grabación de Marcos Feliz, éste dijo que Míriam tenía el tema que Landolfi buscaba y le mostró “Cosa de él”.
“Ese tema venía grabándolo desde hacía años, yo se lo mostraba a mi esposo pero él no escuchaba bien, porque no estaba mezclado. Se buscó al compositor Manuel Morais para que escribiera “Sigo siendo loba”, recordó la artista. Estando en el estudio de grabación de Marcos Feliz, éste dijo que Míriam tenía el tema que Landolfi buscaba y le mostró “Cosa de él”.
“Salimos al siguiente lunes en la radio con Cosa de él y lo demás es historia. Todavía no hemos lanzado Sigo siendo loba”, agregó Landolfi.
Así continuaron éxitos como “Es necesario”, “La carnada”, “Esa loca” y “Pobre de ella”, entre otros.
Hace una semana Míriam arrancó en la radio con el merengue “Que perdone tu señora”, original de la cantante Manoella Torres y arreglos musicales de Israel Casado.
En esta nueva etapa Míriam ha ganado en cuatro ocasiones la categoría Merengue del Año del premio El Soberano y ha mantenido un ritmo de trabajo sistemático, haciendo que el merengue se mantenga en el gusto de la gente gracias a sus interpretaciones.
Se prepara para iniciar una extensa gira internacional y celebrar sus 30 años de carrera artística en el United Palace de Nueva York, el 25 de abril, con una producción de Alberto Zayas.
“Por falta de escenario no tenemos fechas para presentar nuestro show de aniversario en el país. Será un recorrido por nuestra historia musical y contará con novedosos elementos de producción”, adelantó la merenguera en su entrevista con periodistas de LISTÍN DIARIO.
Para Míriam y Landolfi la clave del éxito ha sido el trabajo conjunto, la planificación y el respeto que existe por el trabajo de todo el equipo.
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