El amor por el béisbol le surge a Melky Mesa, de los Leones del Escogido, en el barrio donde creció en Haina, lugar en el cual se jugaba este deporte y de ahí al jardinero de 25 años le nació la pasión por jugar esta disciplina.
“Tuve una trayectoria un poquito larga de pelota, yo empecé jugando en el barrio, y luego pasé a liga de Eugenio Báez, la liga Bonilla en San Cristóbal y de ahí pase al programa de Marcial Martínez, luego los Yankees me escautiaron y comencé a jugar pelota profesional”, expresó Mesa.
El 2 de julio del 2003 a los 16 años fue firmado por Víctor Mata para los Yankees de Nueva York y desde ese momento se ha dedicado a jugar duro aunque “los resultados no han salido tan temprano como quería sino en el tiempo que Dios ha querido”, expresa con una sonrisa en el rostro.
“Siempre me han apoyado no solo mi madre, mi padre y hermanos sino también mis tíos, abuelos, primos. Siempre he sido el niño tranquilo de la familia”, agrega.
El primero de octubre de 2012, Mesa recibió la alineación por parte del manager de los Yankees de Nueva York, Joe Girardi, donde por primera vez tomaría un turno en las grandes ligas reemplazando a la super estrella Alex Rodríguez.
Con los ojos llenos de lágrimas por la emoción, Mesa vio su nombre en el lineup de ese día por fin la espera había terminado y ese turno era el principio de la realización de un sueño.
Esta primera vez al bate ocurrió a las 10 y media de la noche y con su particular sonrisa de alegría, Mesa se enfrentaría a los eternos rivales de su equipo en las mayores, los Medias Rojas de Boston, dando su primer hit en la Gran Carpa y a la vez remolcando su primera carrera.
“Esto solo fue el principio de una buena y prospera carreram, fue un logro y fue uno de tantos que pienso dar en mi carrera”, añadió.
Mesa jugó 121 partidos entre las afiliadas de Doble y Triple A de los Yankees con promedio de .264, 27 jonrones y 67 carreras remolcadas antes de ser llamado a Grandes Ligas a principios de septiembre.
Se quedó en el tercer curso de la educación media y explica que después que empezó a jugar hubo un tiempo que retomó los estudios en horario de la noche pero las horas no le alcanzaban y había que elegir entre uno de las dos y tuvo que irse a jugar, aunque considera que era estudiante meritorio.
“El tiempo de Dios es perfecto. Como a todo ser humano te llega un momento desesperación en tu vida. Hay que ver más lo positivo que lo negativo, fue un proceso medio largo, hubo una etapa en que estuve decaído, pero no me puedo quejar. Por lo menos me mantuve en el juego”, dice.
Mesa opina que los Yankees vendrán con más fuerza la próxima temporada.
Con relación a los Leones “pienso que tenemos las herramientas necesarias para repetir la corona”.
A todos los jóvenes les aconseja que sigan trabajando y que pongan su confianza en Dios sobre todo.
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