,BBC,MUNDO ., Caracas. Viernes, 5 de octubre de 2012 Tres meses de larga campaña electoral llegaron a su fin en Venezuela. Ya sólo queda esperar el veredicto de las urnas el próximo domingo.
No más marchas, no más discursos, la suerte ya está echada: serán seis años más para Hugo Chávez o una oportunidad para Henrique Capriles.
El presidente cerró su campaña con un llenazo en algunas de las principales avenidas del centro de Caracas bajo un intenso chaparrón, mientras el aspirante opositor, en su línea de llegar casi a cada rincón del país, realizó tres multitudinarios actos en los estados Cojedes, Apure y finalmente Lara.
El domingo se verán las caras en las modernas máquinas de votación venezolanas el socialismo bolivariano que impulsa el carismático Chávez con las promesas de seguridad, empleo y despolitización de la vida pública de Capriles.
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O, en clave económica, el estado comunal socialista como lo quiere Chávez, contra una propuesta de mercado con énfasis en lo social que anuncia Capriles. Lo que en las palabras de los autores de sus respectivos eslóganes viene a ser "Corazón de mi patria" contra "Hay un camino".
Dicen que la planteada por Capriles, que ha contado con ser el candidato unitario de la oposición en bloque, ha sido la más dura de las que ha tenido que enfrentar Chávez, pero el presidente lo niega asegurando que la primera, la de 1998, fue la peor.
Capriles apostó por una estrategia bien similar a la que llevó a Chávez al poder en aquel año, recorriendo virtualmente todo el país en un frenético no parar. Aunque no renunció a los baños de masas, como los que se dio en un estadio de béisbol o en las propias calles de Caracas.
Chávez, que en la recta final hizo una gira por seis estados, tuvo un ritmo mucho más comedido. Por momentos llegó a pasar hasta dos días sin actos públicos. Y aunque comenzó con sus habituales largos discursos, los últimos días estuvieron marcados por alocuciones mucho más cortas, de menos de una hora.
Chávez, en Caracas El presidente, en el poder desde 1999, cerró su campaña marchando en caravana por Caracas. Antes, micrófono en mano sobre el escenario, acabó completamente empapado por la lluvia que arreció sobre la capital venezolana.
"Nos ha caído el agua bendita de San Francisco, esto es un preludio de lo que va a ocurrir el 7 de octubre. ¡Chávez gana el 7 de octubre! ¡Gana la patria!", exclamó para deleite de sus más fervorosos seguidores.
Varias avenidas del centro de la ciudad estaban completamente abarrotadas. "Ahora tenemos que convertirlo en una avalancha de votos el próximo domingo, que no se nos quede ni un solo voto patriota por fuera, todo el mundo a votar por Chávez el 7 de octubre".
Tal era la situación, que el propio Chávez paró su discurso para mostrar su preocupación por la gente agolpada entorno al escenario. "Cuidado con los niños, protejan a esos niños", dijo en más de una ocasión ante el evidente riesgo que corrían algunos. "No empujen, no empujen", pidió en otro momento.
En medio de sus proclamas, también tuvo su momento para Capriles al tacharlo de "neoliberal" y de ser el candidato "de los grandes ricachones", "de los corruptos" y "de los grandes negocios", en oposición a él mismo que es el "del pueblo" y "de la juventud".
Capriles viajando Desde la oposición se ha venido denunciando que muchos de los asistentes fueron traídos de toda Venezuela empleando recursos del Estado. Y a eso se refirió Capriles en sus discursos, arengando y agradeciendo a los suyos que no hayan llegado hasta sus concentraciones "obligados".
El aspirante opositor comenzó su última jornada de campaña en Cojedes, luego estuvo en Apure y terminó en Lara, en la línea de recorrer el país de arriba abajo. En todos se pudo ver a muchísima gente apoyando la alternativa antichavista.
"Vengo a pedirles que esta alegría la convirtamos en millones de votos", dijo Capriles en Apure, donde se volvió a mostrar seguro de que el domingo va a ganar.
"Este triunfo no se trata de poner a otra persona en la presidencia, se trata de que usted señora viva tranquila, de que vengamos a Apure y no haya violencia, no haya miedo", dijo.
"El próximo domingo todos van a tomar una decisión, si están conformes con la vida que tienen o quieren una vida mejor. Yo les digo que hay una vida mejor y les invito a que me den su voto".
Capriles culminó en Barquisimeto, capital de Lara, una frenética campaña que lo ha llevado por 300 localidades.
El candidato comenzó "casa por casa", tocando a la puerta de algunos vecinos de las localidades que visitaba, pasó al "pueblo por pueblo" y terminó con auténticos baños de masas.
Siempre con un discurso conciliador: "No tengo odio para ningún hermano, todos los venezolanos son mis hermanos. Le digo al pueblo oficialista que vamos hacia la victoria del progreso pero el 7 de octubre no habrá pueblo derrotado".
Larga campaña Unos y otros echaron el cierre de una campaña marcada por dos estilos bien diferentes, el de Chávez y Capriles, el experimentado presidente recién salido de un tratamiento de cáncer contra el más joven abogado exgobernador del estado Miranda.
La cuestión de la inseguridad, Venezuela sufre una de las más altas tasas de homicidios del mundo, estuvo presente durante todo el tiempo, sobre todo porque Capriles se encargaba de recordarle al presidente los nefastos números que presenta el país en cuanto a criminalidad.
También se habló mucho de política social, las misiones de Chávez, hasta tal punto su mejor baza electoral, que el propio Capriles se ha comprometido no sólo a mantenerlas sino a mejorarlas y ampliarlas.
Algo que pudo haberse convertido en un hito pero que terminó pasando relativamente sin consecuencias fue el escándalo protagonizado por el diputado Juan Carlos Caldera, que apareció recibiendo dinero en un vídeo grabado con cámara oculta.
Caldera aseguró que era dinero para su próxima campaña de alcalde ofrecido por un empresario vinculado al chavismo. El oficialismo denunció un soborno. Capriles no tardó en desmarcarse del asunto sacando fulminantemente a Caldera de su entorno. El asunto no tardó tres días en pasar a un segundo plano.
La violencia también acaparó titulares después de los enfrentamientos registrados en Puerto Cabello y el tiroteo en que murieron dos simpatizantes de Capriles en Barinas.
Ahora, todo eso ya es cosa del pasado. Desde este jueves, con la entrada en vigor de la ley seca, está prohibido hacer proselitismo, hablar de encuestas, tendencias o incluso hacer referencias a sondeos anteriores.
El domingo, cuando tampoco se podrá acudir a votar ataviado con propaganda de ninguno de los candidatos, los venezolanos dirán.DE BBC MUNDO
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