Lo prometido siempre es deuda. Robinson Canó le prometió a su fanaticada de San Pedro de Macorís cinco partidos y le cumplió. El estelar segunda base de los Marineros de Seattle confirmó antes del partido de este lunes que no se le fue concedido el permiso de jugar toda la Serie Final del béisbol dominicano, pero que se mantendrá apoyando al equipo desde el dugout.
Canó habló previo al tercer partido de la final luego de realizar unas largas sesiones de bateo. “Pedirle a Dios que nos deje ganar los partidos que nos restan luego de este trago amargo. Estaré aquí toda la final, ya me entregué y lo que comienzo lo terminó, pero el permiso no fue alargado”, declaró.
Al ser cuestionado sobre qué es lo que más ha disfrutado en su estadía con las Estrellas, dijo que “yo diría que todo; los fanáticos, los compañeros, el pueblo. Yo nací y crecí aquí”.
Sobre el buen inicio de las Estrellas en esta final, el estelar jugador dijo que no siente que han ganado, pero que ya están más cerca. “En nosotros hay que confiar, no hemos ganado la serie, pero ya estamos arriba y solo nos quedan tres partidos”, sostuvo.
“Yo diría que tenemos que destacar todo; aquí hay gran química, los coaches, el dirigente, la armonía dentro del dugout con los compañeros del equipo. Lo que está pasando este año es una bendición de Dios”, agregó.
Las Estrella tienen 46 años que no prueban el néctar de un campeonato, sin embargo, Canó piensa que en esta ocasión ellos marcaran la diferencia.
“El pensar de nosotros es ser la diferencia, ustedes han visto lo que ha pasado, pero debemos seguir jugando con el mismo ánimo, con el mismo entusiasmo, la pelota no se acaba hasta que no se saca el último out, debemos seguir fajado”, terminó diciendo.
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