Alimentación para el músculo cardíaco SE DEBE LLEVAR UNA DIETA BAJA EN GRASAS SATURADAS

Comer. Evitar las carnes, especialmente la de cerdo, y reducir drásticamente el consumo de sal y azúcar es recomendable.                                                                                                                                         Santiago

Alimentarse es imprescindible para que el cuerpo mantenga el bombeo de sangre, respiración y regulación de la temperatura, las funciones vitales en sí. Este tema se vuelve aún más delicado para las personas que han experimentado un proceso quirúrgico de alto riesgo, como el de corazón abierto.

Explica el cardiólogo Rafael López Luciano que, dependiendo del tipo de cirugía, el paciente deberá prestar atención especial al contenido nutricional de los alimentos que ingiera.

López Luciano resalta que toda persona debe procurar llevar una dieta equilibrada, baja en grasas saturadas, sal y azúcares, para así practicar lo que en términos médicos llaman prevención primaria (cuando no hay una condición específica que afecte).

En caso de que haya una condición de salud, sobre todo cardiaca, en los pacientes se debe implementar la prevención secundaria, en la que también se incluye una alimentación más estricta.

El especialista recomienda que se eviten las grasas saturadas, porque aumentan el colesterol maligno (HDL), que termina obstruyendo las arterias y desencadenando problemas a la circulación.

Las carnes y sus derivados, en especial la de cerdo, son una gran fuente de colesterol, por lo que Luciano sugiere evitarlas. Los cortes magros (parte del animal que no contiene grasa -lomo, pierna, entre otras-) son los más favorables para el consumo.

El consumo de sal, cafeína, nicotina, alcohol y picante tampoco favorece una buena salud en el organismo. Los ácidos grasos insaturados como el omega 3, proveniente de los pescados, y los derivados de vegetales como el aguacate y oliva favorecen al cuerpo, porque ayuda a sintetizar el colesterol “bueno” o HDL.

PRINCIPALES FACTORES DE RIESGO
• Sedentarismo.
• Dieta rica en azúcares.
• Exceso en el consumo de sal.
• Fumar.
• Alcohol.
• Estrés.

Recomendaciones
• Dieta baja en grasas saturadas y azúcares.
• Ejercicios acordes con la condición de salud.
• Tomar mucha agua.