BOGOTÁ, Colombia (EFE).- La presidenta argentina, Cristina Fernández, es de todos los mandatarios latinoamericanos la única que ha apoyado abiertamente el matrimonio homosexual, una cuestión que levanta pasiones y puede sumar o restar votos significativamente.
En 2010, un año antes de su reelección y casi dos antes de que el presidente de EE.UU, Barack Obama, se declarara a favor de los matrimonios entre personas del mismo sexo, Fernández impulsó un proyecto legal que hizo que Argentina se convirtiera el 15 de julio de ese año en el primer país de América Latina en reconocerlos.
Con la ley aprobada ese día, Argentina pasó a ser "una sociedad más igualitaria", según las palabras de Fernández.
Aparte de la mandataria argentina pocos presidentes latinoamericanos se han pronunciado y entre los que lo han hecho son más los contrarios a equiparar los derechos de las parejas homosexuales a los de las heterosexuales que los partidarios.
Hoy mismo el gobernador de Puerto Rico, Luis Fortuño, se manifestó en contra de la opinión del presidente Obama de favorecer la legalización del matrimonio entre homosexuales.
"Me reafirmo en que el matrimonio es la unión entre un hombre y una mujer", dijo el también presidente del Partido Nuevo Progresista, que al igual que Obama busca revalidar el cargo en las urnas en noviembre próximo.
En Perú, el actual presidente, Ollanta Humala, prometió durante su campaña electoral que garantizaría los derechos humanos de las personas con diferente orientación sexual, pero por ahora no ha habido avances en esa dirección
Como candidato presidencial demócrata en 2008 Obama dio su apoyo a las uniones civiles entre personas del mismo sexo, pero expresó su oposición al matrimonio. No obstante, a finales de 2010 comentó que su postura sobre el tema "estaba evolucionando" y finalmente ayer se pronunció a favor, lo que los analistas han considerado una apuesta arriesgada de cara a las próximas elecciones.
Las felicitaciones y las críticas se han sucedido desde que Obama hizo el anuncio de su cambio de parecer.
Entre los que han recibido con alegría y agradecimiento el pronunciamiento de Obama está el cantante puertorriqueño Ricky Martin, quien no esconde su homosexualidad y calificó de "históricas" las palabras del presidente.
Entre los que han puesto el grito en el cielo está el cardenal de Nueva York, Timothy Dolan, quien ya advirtió de que los obispos católicos "no van a permanecer callados".
La Iglesia católica, con su gran influencia en América Latina, es la principal voz en esa región contra el matrimonio gay.
En Argentina, el cardenal Jorge Bergoglio calificó como una "guerra de Dios" la campaña que la Iglesia desplegó en 2010 contra la ley de matrimonio homosexual, que fue aprobada por el Senado con 33 votos a favor, 27 en contra y 3 abstenciones.
En EE.UU. el matrimonio homosexual es solo reconocido en algunos pocos estados. En Carolina del Norte se aprobó este martes una enmienda a la Constitución estatal para prohibir expresamente los enlaces entre personas del mismo sexo.
El matrimonio homosexual está reconocido en Canadá desde 2005 en todo su territorio y nadie, ni siquiera el gobierno del conservador Stephen Harper, que fue reelegido primer ministro en 2011, quiere cambiar las cosas.
El propio Harper ha dicho que "los canadienses no están interesados en reabrir el debate" y el fiscal general Rob Nicholson recientemente aseguró que tampoco el Gobierno tiene intención de hacerlo.
El presidente de Chile, el conservador Sebastián Piñera, aunque cree que el matrimonio debe ser entre un hombre y una mujer, es impulsor de un proyecto de ley conocido como Acuerdo de Vida en Pareja (AVP), ya en el Parlamento, que legaliza las uniones de hecho, incluidas aquellas entre personas del mismo sexo.
"No existe un sólo tipo de familia, existen múltiples formas y expresiones de familia (...) Todas esas familias merecen respeto, merecen dignidad y merecen y van a tener el apoyo del Estado", dijo el mandatario cuando firmó el proyecto en agosto de 2011.
El presidente de México, Felipe Calderón, también conservador, afirma respetar las preferencias sexuales de cada persona y en cuanto al matrimonio gay se remite a la Constitución de su país.
"La Constitución de la República habla explícitamente del matrimonio entre hombre y mujer y ahí simplemente hay un debate legal que tiene que ser resuelto por la Corte, no tiene ninguna intencionalidad política, ni parte de ningún prejuicio", dijo.
El matrimonio entre personas del mismo sexo en México solo es posible en el distrito federal, donde fueron legalizados en 2010.
En Cuba, donde en los años 60 y comienzos de los 70 la homosexualidad era perseguida y los homosexuales internados en campos especiales, el Centro Nacional de Educación Sexual (Cenesex), que dirige Mariela Castro, hija del presidente Raúl Castro, lucha por el respeto a la diversidad sexual.
El Cenesex no ha logrado por ahora que el Parlamento cubano trate su proyecto de ley para modificar el Código de Familia con aspectos como la unión legal entre parejas homosexuales.
En Perú, el actual presidente, Ollanta Humala, prometió durante su campaña electoral que garantizaría los derechos humanos de las personas con diferente orientación sexual, pero por ahora no ha habido avances en esa dirección.
Cuando todavía era candidata presidencial, la brasileña Dilma Rousseff, dijo estar a favor de la unión civil entre personas del mismo sexo y de los derechos civiles.
Ya como presidenta, anunció que su gobierno combatirá la homofobia, pero "no permitirá que un organismo (público) haga propaganda de opciones sexuales".
Ningún presidente centroamericano se ha pronunciado a favor ni en contra del matrimonio gay, salvo el guatemalteco Otto Pérez, que en octubre pasado, cuando era todavía candidato, dijo que no estaba a favor por considerar que "no es algo natural". EFE
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