jueves, 20 de septiembre de 2012

¿Cómo recuperar los hábitos de estudio en los adolescentes? LAS DISTRACCIONES A LAS QUE SE EXPONEN LOS JÓVENES GENERAN PÉRDIDA DE UNA SANA RUTINA


Falta de motivación. El sueño previo a la jornada de estudio en la mayoría de los casos es generado por la falta de motivación.                                                                                                                                                                 Santo Domingo
En nuestro país se ha generalizado la frase: “Quien es bueno en la escuela, no lo es en la universidad”. Al inquirir con algunos especialistas sobre la veracidad de esta hipótesis, muchos argumentan que es frecuente en algunos estudiantes, pero que esto sucede porque han perdido sus hábitos de estudio.
Los factores que inciden en la pérdida de los hábitos de estudio son diversos. Según explican algunos psiquiatras, esto se puede producir por las distracciones, cambio de ambiente o el tipo de relaciones que establezcan.
Aunque en algunos casos se puede generar por depresión o problemas de tipo afectivo.
“Un adolescente puede perder sus hábitos hasta por el cambio de escuela. Muchas veces, cuando un padre traslada a sus hijos a un lugar donde no se sienten identificados o se sienten ajenos a dicho ambiente, pueden generarse algunas complicaciones en cuanto a su rendimiento escolar”, explica el presidente de la Sociedad Dominicana de Psiquiatría, José Miguel Gómez.
Perla Toribio es una joven de 16 años que acaba de culminar sus estudios de bachillerato.
Graduada con honores, esta adolescente dice que en un momento de su vida llegó a perder el hábito de estudio, influenciada por las malas amistades, pero que tras ver cómo habían bajado sus calificaciones volvió a retomar su rutina de estudio.
“No siempre es bueno tomar los malos ejemplos como paradigma. Muchos de mis amigos me decían que no había que estudiar tanto y yo me llevé de ellos por un tiempo, pero cuando vi que mis notas comenzaron a bajar volví a juntarme con los chicos estudiosos, dejando a un lado las malas juntas”, expresa Toribio.
Consecuencias Los problemas generados por la pérdida de los hábitos suelen variar, aunque en los casos más comunes estos producen: bajo rendimiento escolar, repetir el grado, quemar materias o retiro de asignaturas en el caso de los universitarios, sostienen los expertos.
Hoy día se ha hecho frecuente el uso de medicamentos, como forma de encarar el bajo rendimiento estudiantil.
De acuerdo al psiquiatra José Dunker, esto no es recomendable, pues el cerebro tiene sus propios estimulantes.
“Lo que necesitamos es manejar las herramientas apropiadas, que son tres: el ejemplo de los padres, el estímulo ante la buena conducta y el escarmiento cuando se salen del carril”.
El catedrático universitario Manuel Matos Moquete dice que la alta presencia de distractores en los hogares, como la internet, la televisión y los videojuegos, contribuyen a alejar a los adolescentes de sus responsabilidades escolares.
Para el doctor Gómez, la existencia de profesores poco motivadores, o sin una buena metodología de enseñanza, puede dar lugar a que sus alumnos pierdan la disciplina de estudio.
Recuperando el hábito
Desde la perspectiva de Gómez, el hábito se puede recuperar una vez se ha determinado la causa que generó su pérdida. Muchos coinciden en que la participación de los padres y la búsqueda de ayuda profesional son determinantes para que quienes han dejado a un lado la disciplina de estudio puedan recuperarla.
Gómez señala que recuperar los hábitos de estudio suele ser más difícil en los adultos que en los adolescentes.
“En los adultos jóvenes es más difícil, pues los padres no tienen el mismo control sobre ellos que en los adolescente”.
Según Dunker, para que los jóvenes recuperen su rutina de estudio habría que comenzar celebrando los éxitos, levantarles la moral con felicitaciones, esto significa prestar atención a sus logros. En opinión del psiquiatra, este es el estímulo más poderoso para influir en la conducta infantil. De acuerdo a Matos Moquete, en el país hay pocas políticas gubernamentales que incentiven el estudio.“Aquí existen pocos programas de incentivo a la lectura, las bibliotecas están muy distantes una de la otra y las tecnologías son utilizadas para realizar actividades lúdicas”, manifiesta el catedrático.

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