La familia de Yoselyn Ortega en República Dominicana considera simplemente que la mujer no pudo haber asesinado a dos niños cuyo cuidado se le había encomendado.
Pero en Nueva York, otros parientes y amigos refieren que la niñera dominicana pareció tener recientemente problemas emocionales y financieros.
Unos y otros no pueden ofrecer una explicación sobre lo que pudo haber ocasionado que atacara a los pequeños.
Yoselyn Ortega “adoraba a esos niños”, aseguró su hermana mayor, Miladys, quien al igual que su familia en República Dominicana considera a su pariente “incapaz de hacer eso”.
“Sólo pido al Señor que aclare todo esto porque Yoselyn es justa, es amorosa, amoro- sa con esos niños, los adoraba”, dijo Miladys en entrevista con The Associated Press mientras se preparaba en su casa de Santiago de los Caballeros, 150 kilómetros al norte de Santo Domingo, para asistir a misa, luego de visitar el sábado la tumba de su madre, donde elevó una oración para pedir por su hermana y por las víctimas.
Miladys destacó que toda su familia, la mayoría de la cual reside en Estados Unidos, está en “shock” desde que se enteraron de que Yoselyn, la menor de seis hermanos, es sospechosa del doble homicidio y de que fue hallada en estado crítico en el apartamento donde ocurrió el crimen.
“¡Imagínese a mi papá, un hombre de 88 años, cómo se puso cuando se enteró!”, comentó con los ojos llorosos Miladys Ortega, quien también aprovechó parte del sábado para visitar a su padre y llevarle consuelo. Pero en Nueva York, otra hermana refirió problemas emocionales recientes de Yoselyn.
“Ella sufrió una crisis nerviosa”, dijo Celia Ortega, a The New York Post. “No comprendemos qué ocurrió a su mente”.
Ortega, de 50 años, seguía hospitalizada el sábado por heridas que supuestamente se ocasionó con un cuchillo, incluido un corte profundo en su garganta.
La policía dijo que la madre de Manhattan que empleó a Ortega regresó a su apartamento en Upper West Side la noche del jueves y encontró a dos de sus hijos, de 2 y 6 años, muertos por heridas de cuchillo y a la niñera acuchillándose.
El móvil de Yoselyn Ortega sigue siendo un misterio, incluso para quienes la conocen, pero desde los homicidios ha comenzado a emerger el retrato de una vida de aflicción.
“Al parecer, en el último mes, ella no se estuvo comportando como siempre”, dijo Paul Browne, vocero del Departamento de Policía.DE AP
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