Durante los tres años de gestión del ex jefe de la Policía Nacional, mayor general Rafael Guillermo Guzmán Fermín, 1,800 personas perdieron la vida en los supuestos intercambios de disparos, y de esa cifra sólo 75 muertes corresponden a agentes policiales, de acuerdo a la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH).
Desde su función como comandante de la región Nordeste con asiento en San Francisco de Macorís, Guzmán Fermín es conocido como 'El cirujano”, por la gran cantidad de personas muertas a manos de policías y una estela de jóvenes lisiados que dejó en esa ciudad.
De acuerdo al presidente de la CNDH, Manuel María Mercedes, Guzmán Fermín se va de la Policía Nacional con el “mérito” de ser uno de los jefes policiales más represivos y sanguinarios, sólo detrás de Pedro de Jesús Candelier. Le siguirían las gestiones de Pérez Sánchez y Santana Páez, de acuerdo a la escala de valor de Mercedes. Sin embargo, hay quienes valoran la gestión de Guzmán Fermín como la más represiva.
Ahora que el militar es asesor en materia policial del Poder Ejecutivo, se podría inferir que seguirá protegido por el presidente Leonel Fernández, aunque Mercedes dijo que los sometimientos que entabló esa institución y otras contra él seguirán su curso.
“El hecho de que él sea el asesor policial no lo desvincula en nada de lo que fue su gestión hasta el día de ayer (16 de agosto)”, dijo Mercedes.
A la gestión de Guzmán Fermín se le atribuye el asesinato a mansalva de Cecilio Díaz y William Batista Checo, acusados del cuestionado secuestro de Eduardo Baldera Gómez; también una estrecha relación con el ciudadano español Arturo del Tiempo Marques, dueño de la Torre Atiemar preso en España por un cargamento de drogas que llevó desde República Dominicana.
Lista de los supuestos secuestradores de Eduardo Baldera Gómez, según la Policía Nacional.
Casos como el de Cecilio Díaz y William Batista Checho llueven sobre la gestión de Guzmán Fermín, sólo que este es el más emblemático para graficar su facultad sanguinaria, ya que el alcalde pedáneo de Sabana Cruz, en Montecristi, Lino Socio González Morel, hasta devolvió los RD$ 5,000 que supuestamente le envió el ex jefe policial para que quienes capturaron a los dos hombres con vida se quedaran callados.
Sobre su relación con Arturo del Tiempo Marques, se denunció que Guzmán Fermín compraría un apartamento en la Torre Atiemar valorados hasta en US$ 1,5 millones, es decir, RD$ 50 millones. El ex jefe de la Policía se desvinculó diciendo que quien compró el inmueble fue su padre, de quien tiene el mismo nombre.
Casi al final de la gestión de éste, se intensificaron los asesinatos a manos de policías de ciudadanos que no obedecieron la orden de 'pare', como Abraham Ramos Morel, joven estudiante, de 23 años, que no obedeció esa orden porque la patrulla policial estaba en un tramo oscuro de la calle Pedro Livio Cedeño.
Guzmán Fermín se defendió alegando que en la Policía Nacional estaban operando “manos invisibles” que procuraban su destitución.
Fue cuestionado por líderes de opinión y sectores sociales por no abandonar la función, ya que un año atrás se había vencido el plazo de dos años en el puesto consignado para el jefe de la Policía Nacional en la ley orgánica de esa institución.
Ahora bien, con todo y que Guzmán Fermín sale de la Policía Nacional sin ser sometido por los crímenes que se le imputan, para la CNDH y Participación Ciudadana (PC) su salida del puesto constituye un primer paso para el avance de una institución llamada a garantizar la seguridad ciudadana por encima de todo.
“El cambio del Jefe de la Policía Nacional era necesario, pero no suficiente, en relación al conjunto de medidas que tienen que ser tomadas para hacer de la Policía Nacional una institución eficiente y con capacidad de combatir el crimen y la delincuencia, sobre la base del respeto de los derechos humanos”, dijo a wwwz101digital.com Javier Cabreja, director ejecutivo de PC.
Participación Ciudadana también propone la depuración de toda la Policía, “integrando nuevos miembros con capacidad técnica y honestidad”, para lo que propugna por mejorías laborales y salariales sustanciales para esos servidores públicos.
PC propugna por una Policía Nacional comunitaria y al servicio de la ciudadanía, no como un cuerpo militar y represivo, como sucede en la actualidad; también que sea un cuerpo de investigación bajo la coordinación del Ministerio Público.
“Esto supone que los miembros de la Policía deben desempeñar las funciones para las que fueron contratados, no estar prestando servicios a particulares, como pasa en el país”, dijo Cabreja, quien también entiende necesario dotar a esa institución de los recursos humanos, financieros y tecnológicos para esos cambios.
Manuel María Mercedes también va en ese sentido: “Esperamos que este nuevo jefe policial respete, haga respetar y cumplir la Constitución y, por lo tanto, los derechos humanos en el país, y que -de una vez y por todas- destierre de ese organismo policial lo que son los desacreditados intercambios de disparos, al igual que esperamos de él la eliminación total de la tortura, de los apresamientos ilegales a través de las redadas policiales”.
Mercedes coincidió con Cabreja en la necesidad de una amplia depuración en la Policía Nacional, y prosiguió diciendo, en cuanto al nuevo jefe policial, mayor general José Amado Polanco Gómez: “Entre lo ideal y lo posible, es lo posible. No es lo que se va a producir una revolución con la llegada del nuevo jefe de la Policía Nacional, dijo Mercedes.
Una postura vertical frente a esa gestión
Es una jugada más del Presidente, ligado también al escándalo de la Torre Atiemar, sacrificar “ligeramente” al jefe de la Policía y colocarlo como asesor policial, para distanciar el caso de los medios de comunicación, dijo el dirigente de izquierda Narciso Isa Conde a www.z101digital.com.
“Dejándole, además, el control, la relación directa con el jefe de la DNCD, porque se sabe que (Rolando) Rosado Mateo es un hombre muy ligado a él (a Guzmán Fermín)”.
“El cambio en la Policía Nacional a mí me parece que no es sustancial porque el problema de la Policía no es un problema de cambio simplemente de jefatura, porque cada jefe le imprime su característica. Éste (José Amado Polanco Gómez) viene también de una trayectoria muy represiva, según las informaciones que tengo”, dijo Isa Conde.
Para el dirigente de izquierda, las declaraciones de Polanco Gómez de que la Policía no sucumbirá ante la delincuencia es un eufemismo, ya que -para él- esa institución es parte de la delincuencia, compite con ella o la protege.
“El cambio no puede implicar ninguna esperanza en términos de lo que es la característica represiva, criminal, delictiva de la Policía Nacional. Es una jugada más, en el marco de una jefatura que se agotó”.
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