La mayor parte del satélite se desintegrará, pero 26 trozos, con un peso total de 545 kilos (1.200 libras), caerán a Tierra.
CABO CAÑAVERAL, Florida, EE.UU.— El satélite de 6 toneladas de la NASA en curso de colisión con la Tierra se aferró el viernes al espacio, al cambiar su posición y así demorar su caída.
Los expertos de la agencia espacial habían pronosticado que el obsoleto artefacto se estrellaría contra la atmósfera en las últimas horas del viernes o primeras del sábado, hora del este de Estados Unidos.
"Simplemente no quiere caer", dijo Jonathan McDowell, del Centro Harvard-Smithsoniano de Astrofísica.
McDowell dijo que la precipitación retardada del satélite demuestra lo poco fiables que pueden ser las predicciones. Dicho esto, "la mejor conjetura es que todavía caerá en el mar, simplemente porque hay más océano en la superficie".
Hasta el viernes, el aumento de la actividad solar estaba causando que la atmósfera se expandiera y el satélite de 11 metros (35 pies) cayera en picada más rápidamente.
Pero el viernes la NASA dijo que el sol ya no era el factor más importante en la velocidad de descenso y que la posición del satélite, su forma o ambas habían cambiado para el momento en que descendió a una órbita de 160 kilómetros (100 millas).
"En las últimas 24 horas, algo le ha sucedido a la nave", dijo el científico de desechos orbitales de la NASA Mark Matney.
La NASA advirtió que existen algunas probabilidades de que la chatarra caiga en Estados Unidos. Previamente había dicho que no caería sobre América del Norte.
La mayor parte del satélite se desintegrará, pero 26 trozos, con un peso total de 545 kilos (1.200 libras), caerán a Tierra.
El satélite de estudios atmosféricos entró en órbita hace 20 años.
Los expertos de la agencia espacial habían pronosticado que el obsoleto artefacto se estrellaría contra la atmósfera en las últimas horas del viernes o primeras del sábado, hora del este de Estados Unidos.
"Simplemente no quiere caer", dijo Jonathan McDowell, del Centro Harvard-Smithsoniano de Astrofísica.
McDowell dijo que la precipitación retardada del satélite demuestra lo poco fiables que pueden ser las predicciones. Dicho esto, "la mejor conjetura es que todavía caerá en el mar, simplemente porque hay más océano en la superficie".
Hasta el viernes, el aumento de la actividad solar estaba causando que la atmósfera se expandiera y el satélite de 11 metros (35 pies) cayera en picada más rápidamente.
Pero el viernes la NASA dijo que el sol ya no era el factor más importante en la velocidad de descenso y que la posición del satélite, su forma o ambas habían cambiado para el momento en que descendió a una órbita de 160 kilómetros (100 millas).
"En las últimas 24 horas, algo le ha sucedido a la nave", dijo el científico de desechos orbitales de la NASA Mark Matney.
La NASA advirtió que existen algunas probabilidades de que la chatarra caiga en Estados Unidos. Previamente había dicho que no caería sobre América del Norte.
La mayor parte del satélite se desintegrará, pero 26 trozos, con un peso total de 545 kilos (1.200 libras), caerán a Tierra.
El satélite de estudios atmosféricos entró en órbita hace 20 años.
De AP
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