Nos alejamos del borde del precipicio, gracias a la contribución de las fuerzas políticas y de los sacrificios de los italianos, pero el cráter del precipicio se ha ampliado y nos está persiguiendo, nos encontramos de nuevo en una crisis"
Roma.- El primer ministro italiano, Mario Monti, dijo hoy que el país logró en los últimos meses alejarse "del borde del precipicio", pero que ahora "el cráter" de éste "se ha ampliado" e Italia "se encuentra de nuevo en una crisis".
"Nos alejamos del borde del precipicio, gracias a la contribución de las fuerzas políticas y de los sacrificios de los italianos, pero el cráter del precipicio se ha ampliado y nos está persiguiendo, nos encontramos de nuevo en una crisis", indicó Monti durante un acto en Milán (norte de Italia).
Defendió las medidas y actuaciones de su Gobierno para relanzar el crecimiento en el país y explicó que el Ejecutivo ha entrado en la que denominó "la fase dos", con la adopción de políticas para fomentar el "crecimiento".
Aunque advirtió de que se trata de un camino "largo y difícil", afirmó que "pronto" se podrán ver "algunos efectos" de esas iniciativas, "pero no son cosas que pueden ser medidas en un mes o un trimestre".
"El crecimiento es un fenómeno que necesita mucho tiempo, no quiero dar ilusiones ni quitar esperanzas", añadió.
Las declaraciones de Monti se producen un día después de que el Ejecutivo aprobara en Consejo de Ministros un decreto ley para el desarrollo con nuevas medidas destinadas a relanzar el crecimiento de Italia, así como la venta de parte de acciones y de patrimonio inmobiliario en manos del Estado a fin de recaudar fondos destinados a sanear las cuentas públicas.
Mientras Monti participaba en ese acto en Milán, en Roma miles de personas se manifestaron para pedir al Ejecutivo cambios en su política económica y nuevas actuaciones en favor del crecimiento y el empleo.
En la marcha -convocada por los sindicatos de base CGIL, CISL y UIL- participaron cerca de 200.000 personas, según datos facilitados por los organizadores, que pedían un cambio en la agenda del Ejecutivo y de las políticas de austeridad.
La secretaria general de la CGIL, Susanna Camusso, subrayó que el cambio es necesario, ya que con sus políticas el Ejecutivo ha fomentado "una fuerte recesión".
Desde su llegada al Gobierno el pasado mes de noviembre en un momento difícil con Italia situada en el punto de mira de los mercados, Monti ha impulsado, entre otras medidas, un plan de ajuste por valor de 30.000 millones de euros y ha aprobado reformas en favor de la liberalización dentro de diferentes sectores de la economía italiana y para simplificar la burocracia del país.
Entre las políticas más criticadas por los sindicatos figuran la reforma laboral, con la que se pretende "flexibilizar" la entrada y la salida de los trabajadores de las empresas y que actualmente se encuentra en trámite parlamentario, y la del sistema de pensiones, ya que consideran que ambas recaen sobre los sectores más débiles.
"Nos alejamos del borde del precipicio, gracias a la contribución de las fuerzas políticas y de los sacrificios de los italianos, pero el cráter del precipicio se ha ampliado y nos está persiguiendo, nos encontramos de nuevo en una crisis", indicó Monti durante un acto en Milán (norte de Italia).
Defendió las medidas y actuaciones de su Gobierno para relanzar el crecimiento en el país y explicó que el Ejecutivo ha entrado en la que denominó "la fase dos", con la adopción de políticas para fomentar el "crecimiento".
Aunque advirtió de que se trata de un camino "largo y difícil", afirmó que "pronto" se podrán ver "algunos efectos" de esas iniciativas, "pero no son cosas que pueden ser medidas en un mes o un trimestre".
"El crecimiento es un fenómeno que necesita mucho tiempo, no quiero dar ilusiones ni quitar esperanzas", añadió.
Las declaraciones de Monti se producen un día después de que el Ejecutivo aprobara en Consejo de Ministros un decreto ley para el desarrollo con nuevas medidas destinadas a relanzar el crecimiento de Italia, así como la venta de parte de acciones y de patrimonio inmobiliario en manos del Estado a fin de recaudar fondos destinados a sanear las cuentas públicas.
Mientras Monti participaba en ese acto en Milán, en Roma miles de personas se manifestaron para pedir al Ejecutivo cambios en su política económica y nuevas actuaciones en favor del crecimiento y el empleo.
En la marcha -convocada por los sindicatos de base CGIL, CISL y UIL- participaron cerca de 200.000 personas, según datos facilitados por los organizadores, que pedían un cambio en la agenda del Ejecutivo y de las políticas de austeridad.
La secretaria general de la CGIL, Susanna Camusso, subrayó que el cambio es necesario, ya que con sus políticas el Ejecutivo ha fomentado "una fuerte recesión".
Desde su llegada al Gobierno el pasado mes de noviembre en un momento difícil con Italia situada en el punto de mira de los mercados, Monti ha impulsado, entre otras medidas, un plan de ajuste por valor de 30.000 millones de euros y ha aprobado reformas en favor de la liberalización dentro de diferentes sectores de la economía italiana y para simplificar la burocracia del país.
Entre las políticas más criticadas por los sindicatos figuran la reforma laboral, con la que se pretende "flexibilizar" la entrada y la salida de los trabajadores de las empresas y que actualmente se encuentra en trámite parlamentario, y la del sistema de pensiones, ya que consideran que ambas recaen sobre los sectores más débiles.
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