jueves, 27 de septiembre de 2012

Encuentro religioso en el Museo de La Altagracia EN SEIS SALAS SE CUENTA LA HISTORIA DE LA RELIGIOSIDAD DOMINICANA


Espacio. El museo enaltece las raíces de la fe cristiana en el Nuevo Mundo.                                                            Santo Domingo
Los deseos de mantener viva las raíces cristianas no se detienen. Muestra de ello es el Museo de La Altagracia, una iniciativa que busca  rescatar la cultura y poner en valor una destacada porción del patrimonio nacional, según expresa Gisela Lizarazo, directora del museo. “En este recinto el visitante conocerá un legado artístico que data de la época de la colonia y que permanece vivo en los dominicanos”, indica la directora. Añade que se trata de un viaje por la devoción mariana más antigua de América, que enaltece las raíces de la fe cristiana en el Nuevo Mundo.
Este reciente aporte museístico es un testimonio histórico, expresa, es arte colonial, es el sentir religioso del pueblo; en definitiva, es una muestra de la identidad dominicana.
Huella de Dios
Según Lizarazo, las devociones marianas de la Europa latina y de España en particular, han dejado una importante impronta cultural en América Latina. Asegura que cada una de esas devociones tiene una historia que refleja la identificación de los pueblos latinoamericanos con el cristianismo. “En el caso de República Dominicana, se da la particularidad de venerar la figura de la Virgen bajo dos advocaciones: la de las Mercedes y la de la Altagracia. Esta última es la de mayor devoción y la más visitada por los dominicanos”, dice.
Lizarazo manifiesta que Higüey fue siempre lugar de peregrinación para miles de creyentes y en los últimos tiempos, también de turistas que buscan de atractivos culturales y espirituales para enriquecer su visita a nuestra isla.
Expresa que desde el mes de julio el polo turístico de la región Este cuenta con un lugar que salvaguarda una parte considerable del patrimonio artístico y religioso de nuestro país: el Museo de la Altagracia que conforma y da pleno sentido a la oferta cultural disponible en esta región. Cuenta que el museo exhibe una hermosa herencia religiosa y cultural dominicana, producto de la devoción mariana.
Lizarazo asegura que la aspiración principal delo museo es proyectar internacionalmente la devoción de miles de dominicanos por su patrona, entendiendo el aporte cultural que los tesoros altagracianos suponen dentro del mapa de la fe católica en el mundo. Agrega que este espacio museístico también viene a dar cumplimiento a una recomendación que había dado el fenecido papa Juan Pablo II.
SALAS DE MUESTRAS ESPECIALES
De acuerdo con Gisela Lizarazo, directora del museo,  las últimas salas se reservan para los exvotos. Se trata de manifestaciones materiales de gratitud por los favores recibidos de parte de la Virgen. Indica que los miles de exvotos o promesas conservados en el santuario son testimonios tangibles de la fe de los dominicanos. Lizarazo considera que esta costumbre milenaria no ha perdido vigencia y ha llegado hasta la actualidad.
Explica que los exvotos generalmente son confeccionados en plata y oro, aunque también los hay realizados con habilidades diversas y en los más variados materiales. Todos han sido eficaces muestras de agradecimiento, sostiene, y responden a distintas épocas y concepciones artísticas.
“El canónigo Luis Gerónimo Alcocer cita el dato de que en 1650 los peregrinos hacían pintar sus ofrendas en los muros de la iglesia.
En este espacio, el más grande, se expone una síntesis de las miles de ofrendas a la Virgen”, expresa. También se exhiben imágenes fotográficas que muestran en detalle la habilidad e imaginación de los artesanos de la fe que confeccionan estas ofrendas.DE LISTIN DIARIO.COM

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