miércoles, 26 de septiembre de 2012

Reconocimiento de refugiados ha fallado por años ESTIMACIONES DE ACNUR INDICAN QUE RESTAN POR RESPONDER ENTRE 180 Y 200 CASOS, DE LOS CUALES SE DESPRENDEN FAMILIARES


Oportunidad. Empezar una nueva vida no es fácil. Más cuando se trata de un nuevo país, al que se ha llegado con las más mínimas condiciones, como son las de los solicitantes de refugio.                                                         Santo Domingo
Cuando tomaron la decisión de exiliarse en República Dominicana su principal preocupación era su seguridad, y la de sus familiares. Temían por sus vidas. En sus países no tenían la protección debida ante determinados procesos políticos que se suscitaban.
Y lo consiguieron, estabilizaron sus vidas. Sus peligros se alejaron, aunque para gran parte de estos sus amenazas estaban solo a cientos de kilómetros. Pero cuando pensaron que sus vidas podrían reencausarse surgió otro detalle. Uno que si bien no atentaba de forma violenta contra su existencia, lo hacía a largo plazo: su documentación.
En República Dominicana residen 1,561 personas que necesitan de protección internacional, un número que a juicio del Jefe de Misión del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), Gonzalo Vargas Llosa, representa una comunidad pequeña, sobre todo cuando se ubica junto a otros países de la región.
El 99% de este total, de acuerdo a un censo realizado por el Acnur en el primer cuatrimestre del año, procede de Haití, y el restante uno por ciento es de una variedad de países como Cuba, Siria, Iraq, Irán y Sri Lanka.
725 personas, distribuidas en 144 hogares, son refugiadas, la mayoría de estas reconocidas bajo el mandato de la Acnur entre 1980 y la década de los noventa. Las restantes 836 son solicitantes de asilo, quienes llegaron al país entre 1997 y el año 2005, un período en el que el Acnur se había retirado del país y devuelto al Estado dominicano las responsabilidades de decisión.
Fue en este período en que Leila llegó al país. Su hermano tenía problemas políticos en Haití por pertenecer a Lavalas, el partido del expresidente haitiano Jean Bertrand Aristide. Fue un año después del derrocamiento de este último que se agravaron los conflictos. Un día, dice, su mamá estaba sola en casa y llegó un grupo armado amenazándoles. Fue la ocasión más cercana que tuvo su familia contra la inestabilidad política.
Y huyeron. Llegaron a República Dominicana en 2006, donde permanecen con un documento de solicitante de asilo, emitido por la Oficina Nacional de Refugiados (ONR), de la Dirección de Migración, que vence cada tres meses y, por tanto, deben renovarlo.
Es aquí donde residen los temores de quienes esperan una respuesta a su solicitud de refugio. Algunos temen hasta el caminar por calles principales, debido a que los agentes de Migración no les reconocen el documento como válido, para lo que necesitan la intervención del Acnur, que se comunica con la institución agenciando su puesta en libertad.
Además, el largo tiempo de espera a sus solicitudes les dificulta tener un trabajo formal, y la posibilidad de emprender pequeños negocios a raíz de préstamos en instituciones financieras.
Las estimaciones de la misión del Acnur en el país es que quedan pendientes entre 180 y 200 casos de solicitantes de asilo, de los que se desprenden los familiares de la persona solicitante, lo cual aumenta la cantidad de personas en espera.
Lo ideal, de acuerdo a Federico Martínez, de la misión de la Acnur en el país, es que los Estados tengan mecanismos justos y eficientes, a fin de determinar con tiempo quien es o no un refugiado.
La última reunión de la Comisión Nacional para los Refugiados se produjo el miércoles 13 de junio, pero previo a esto no se había reunido desde el año 2005, y antes tampoco había realizado más de 20 decisiones desde el año 1997, cuando el Acnur le devolvió las responsabilidades de decisión.“Algunas personas han esperado más de diez años para la respuesta de su solicitud de asilo”, señala el resumen “Los Refugiados y Solicitantes de Asilo, República Dominicana”, preparado a raíz del censo por el Acnur.
Esta situación motivó que en el pasado mes de junio el vocero internacional del organismo, Adrian Edwards, expresará su esperanza de que las autoridades nacionales continuaran reduciendo el listado de solicitudes.
Incluso, la mayoría de los 725 reconocidos como refugiados, según el informe, no cuenta con un permiso de residencia vigente, “el cual es un elemento indispensable para la consecución de soluciones duraderas para estas personas”.
“El decreto No. 2330 establece que una vez se determine que un individuo califica como refugiado, el/ella y su familia recibirán residencia legal en la República Dominicana”, refiere el documento de Acnur.
¿Llegará?
A la espera de respuesta siguen Leila, sus dos hijos, (la niña padece epilepsia) y su mamá. Su hermano se las arregló para llegar hasta Miami, desde donde les sustentaba económicamente parte de sus gastos, pero, como si todo conspirara para desfavorecerlos, quedó en paro laboral por la crisis económica.
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AYUDAS A LA COMUNIDAD

Georges Romain, de Petion Ville, llegó al país huyendo de la dictadura de los Duvalier. Los “Tonton Macoute” son el recuerdo más próximo a su última estadía en casa. “Ellos hacían una mesa redonda para ellos. Una pistola o ametralladora enganchada.
Decían me huele a civil y sacaban sus armas y ¡bang, bang, bang!”, recuerda.
Desde su escapada no ha vuelto a su país, aunque deseos no le faltan. Aun tiene temor. “Uno teme, cuando viene a ver uno pisa mal y ahí mismo lo liquidan a uno”, explica. Al menos puede comunicarse por la vía telefónica con sus familiares, y es cuando las añoranzas vuelven.
“A veces me da deseos de ver cómo está eso allá, porque me dicen que todavía está sucio, (en referencia al terremoto del 12 de enero de 2010) que no se ha limpiado por completo”. Él es pintor y accedió a uno de los créditos de la Fundación Dominicana para el Desarrollo, que es una de las instituciones que se han preocupado por auxiliar a la población refugiada en el país. Para esto han ideado proyectos de capacitación y les han facilitado préstamos para emprender pequeños comercios. El primer curso incluyó a 25 familias de Haina, que enviaban a una persona por casa. De este taller se otorgaron tres préstamos. El crédito promedio es de RD$13,000.
Preparan la segunda edición del curso que incluiría a unas 125 personas en Los Alcarrizos.
Migración 
Ayer, el director de Migración, José Ricardo Taveras, aseguró que los casos de solicitantes se han reducido al mínimo en el país y se comprometió a demostrarlo con estadísticas. Sin embargo, los datos no fueron suministrados a este diario.

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