SANTO DOMINGO. La destrucción de Loma Miranda representará una pérdida irreparable para el pueblo dominicano, cuyos impactos ambientales y humanos serían impredecibles, ahora más con las amenazas de los fenómenos causados por los efectos del cambio climático, y al cabo de las seis años que ellos planean operar, será mucho peor.
Afirmar, como lo hizo Xstrata Nickel en un periodo de amplia circulación, de que en Loma Miranda no existe nada de importancia que conservar, es un desprecio a la riqueza natural, hídrica y ambiental que atesora esa montaña, y es además un presagio de la manera brutal e insostenible de como intervendrán en sus operaciones, que no serán distintas a las realizadas en Loma La Peguera, Caribe, Pontón y Ortega, que en los último 40 años de explotación en estas montañas no han remediado el 25% de la zona intervenida.
El Estado no debe premiar con el otorgamiento de una Licencia Ambiental a una empresa que no le cumplió al país con lo pactado, que fue restaurar el ambiente en las montañas bajo explotación y no han remediado el pasivo ambiental que hoy afecta a las provincias de Bonao y La Vega.
Alertamos a los señores senadores de la República a no dejarse intimidar con las amenazas y advertencias de una empresa que nada le duele el futuro de la República Dominicana, y que muy poco ha hecho por el desarrollo económico y social de los moradores de las provincias aledañas a los yacimientos de ferroníquel.
Nos preguntamos, ¿si no han contribuido con el desarrollo de Bonao, La Vega y Maimón en 40 años?, no se puede esperar que lo hagan en estos próximos seis años, tiempo en el que deben estar implementando las labores de cierre, como lo estipulan las leyes dominicanas.
Afirmar, como lo hizo Xstrata Nickel en un periodo de amplia circulación, de que en Loma Miranda no existe nada de importancia que conservar, es un desprecio a la riqueza natural, hídrica y ambiental que atesora esa montaña, y es además un presagio de la manera brutal e insostenible de como intervendrán en sus operaciones, que no serán distintas a las realizadas en Loma La Peguera, Caribe, Pontón y Ortega, que en los último 40 años de explotación en estas montañas no han remediado el 25% de la zona intervenida.
El Estado no debe premiar con el otorgamiento de una Licencia Ambiental a una empresa que no le cumplió al país con lo pactado, que fue restaurar el ambiente en las montañas bajo explotación y no han remediado el pasivo ambiental que hoy afecta a las provincias de Bonao y La Vega.
Alertamos a los señores senadores de la República a no dejarse intimidar con las amenazas y advertencias de una empresa que nada le duele el futuro de la República Dominicana, y que muy poco ha hecho por el desarrollo económico y social de los moradores de las provincias aledañas a los yacimientos de ferroníquel.
Nos preguntamos, ¿si no han contribuido con el desarrollo de Bonao, La Vega y Maimón en 40 años?, no se puede esperar que lo hagan en estos próximos seis años, tiempo en el que deben estar implementando las labores de cierre, como lo estipulan las leyes dominicanas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario