Visitar el lugar destinado acoger por siempre los restos de quienes formaron parte importante en nuestras vidas y a quienes recordaremos aún lejos de ahí, debería ser un ritual que amerita de toda solemnidad, sin embargo, esto se ha convertido en una mortificación y un disgusto para los deudos, quienes lamentan no poder visitar las tumbas de sus parientes en paz.
Un ejemplo palpable de ello es el cementerio Cristo Redentor. Al arribar a la entrada de este camposanto, lo primero que se visualiza son las tumbas de los expresidentes de la República José Francisco Peña Gómez y Joaquín Balaguer, las cuales quizás no han sido víctimas de la delincuencia por estar custodiadas día y noche.
No obstante, decenas de nichos en este cementerio han sido saqueados por desaprensivos, quienes rompen las tapas de concreto para robar las varillas que se utilizan en su construcción, muchas veces aprovechando la oscuridad de la noche para hacer sus fechorías.
Pero el robo de varillas no es la única preocupación para las familias que tienen a sus seres queridos sepultados en este camposanto, los delincuentes también sustraen de allí las puertas de hierro de los panteones, las cadenas de seguridad, los candados, incluso, los candelabros.
El albañil Johnny Bautista explicó que como medida de precaución, los más de 80 albañiles que trabajan en el cementerio están construyendo los nichos con mallas ciclónicas, evitando así utilizar varillas.
Otra técnica que están implementando es no ponerle la terminación superior, hasta tanto no vaya a ser utilizada. Esto es posible, debido a que muchas personas construyen su sepultura antes de morir.
“Porque da vergüenza y pena que usted me pague un trabajo y mañana usted viene y no encuentra la tapa. Usted no va a pensar que es otra gente, sino que es la misma persona que se los hizo que se robó la tapa”, dijo.
Bautista aseguró que otro de los problemas que enfrentan es que cuando logran atrapar a una persona robando algún objeto del lugar, lo conducen al cuartel policial que está ubicado frente al cementerio, pero que son liberados muy fácilmente.
“A veces uno lo que se busca es problemas, porque encuentra una persona con el hecho en la mano, lo lleva a la Policía y al otro día tu lo ves en la calle, entonces lo que uno tiene es un enemigo en la calle”.
Mientras que el administrador del cementerio Cristo Redentor, José de la Rosa, asegura que, además de utilizar mallas ciclónicas, están a la espera de que se les incremente el patrullaje de la Policía Municipal en el camposanto.
De la Rosa dijo que: “también tenemos el respaldo de la Policía que entran a patrullar en la tarde”, por lo que fue cuestionado por LISTÍN DIARIO sobre el hecho de que los policías patrullan en la tarde pero que los robos mayormente ocurren en horario nocturno.
Dijo que en la actualidad tienen tres policiales municipales patrullando, quienes deben recorrer 20 manzanas por turno en la mañana y en la tarde. “Hay un motor, pero la gente escucha el ruido y se dan cuenta que están patrullando, por eso mejor caminan. En la madrugada es que mayormente entran, pero es que también el lugar es muy grande y, además de eso, los alrededores están llenos de barrios”, dice.
El administrador también se quejó de que los fiscales liberen a las personas que son apresadas por cometer actos ilícitos en este cementerio.
“Uno lo somete, pero si los fiscales los sueltan ¿qué uno va hacer? Agarramos uno el sábado y estaba preso y ya el martes lo soltaron. Ese se había robado una puerta de un panteón para ponerla en otro panteón aquí mismo. Nosotros mandamos a buscar los querellantes pero muchas veces no quieren querellarse”.
Dice que en todo el tiempo que tiene administrando el lugar, unos tres años, las autoridades han dado un solo ejemplo con una persona que enviaron a la cárcel durante tres meses por robar candados en ese cementerio.
“Yo siempre digo que el único sitio que no deberían robar es en un cementerio y mira como son los delincuentes”, se lamenta De la Rosa.
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