El apresamiento de Cristian Pozo, quien está acusado de tráfico de drogas y por quien alegadamente ha sido removida parte de la dotación policial de San Cristóbal, ha generado un “fuego cruzado” entre el jefe de la Policía, Manuel Castro Castillo, y el procurador general de la República, Francisco Domínguez Brito.
Ambos funcionarios han salido a defender el desempeño de las instituciones que dirigen, mientras se acusan entre ellos de tener la culpa de “la forma de operación de Pozo”.
En ese sentido, Domínguez Brito ha criticado el procedimiento de investigación que sigue la Policía y dijo que es lamentable que miembros de esa entidad estén involucrados en el narcotráfico.
Manifestó que se necesita tener agentes policiales preparados, confiables y que no se vendan, al tiempo que cuestionó que miembros de la Policía estén dando tiros y poniendo plancha caliente a las personas para obtener confesiones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario