AFP
TRÍPOLI
El líder libio Muamar Kadhafi ordenó el martes al ejército y la policía retomar el control de la situación del país, enfrentado a una revuelta popular, y amenazó a los manifestantes armados con la "pena de muerte", en un discurso retransmitido por la televisión.
Vestido con una túnica marrón, Kadhafi llamó a sus fuerzas a aplastar las protestas y amenazó a los rebeldes con una respuesta "similar a Tiananmen (China) y Faluya (Irak).
Amenazando con "purgar Libia casa por casa" para aplastar la rebelión, Kadhafi llamó a sus seguidores a "capturar a las ratas" en referencia a los que desde hace una semana se manifiestan contra el régimen.
"Cualquier libio que lleve armas contra otros libios será castigado con la "pena de muerte", agregó.
"Lucharé hasta la última gota de mi sangre", afirmó durante un discurso que duró una hora y 20 minutos y terminó a las 17H10 GMT.
"Muamar Kadhafi no tiene un cargo oficial del que pueda dimitir. Muamar Kadhafi es el líder de la revolución, sinónimo de sacrificios hasta el fin de los días. Este es mi país, el de mis padres y el de mis antepasados", afirmó, rechazando de lleno los llamamientos para que deje el poder.
El coronel Kadhafi llegó al poder en Libia tras derrocar el 1 de septiembre de 1969 al rey Idriss.
En 1977, proclamó la "Jamahiriya" ("República de las Masas" gobernada por comités populares electos) y se atribuyó el título de "Guía de la revolución".
Kadhafi, que tenía en la mano su Libro Verde, compendio de sus doctrinas publicado en los años 1970 y que sirve de Constitución al país, llamó también a sus partidarios a manifestarse a partir del miércoles...Maggie Michael | AP
El Cairo
El líder libio Moamar Gadafi juró el martes combatir a los manifestantes que buscan derrocarlo y morir como "mártir", vociferando y agitando el puño en un discurso furioso por la televisión estatal.
Envuelto en túnica y turbante color marrón claro, Gadafi habló desde un podio instalado en la entrada de un edificio semidestruido que parecía ser su residencia alcanzada por bombas estadounidenses en la década de 1980 y que se dejó sin reparar como monumento.
A los gritos, dijo que era "un guerrero" y proclamó, "Libia quiere la gloria, Libia quiere estar en el pináculo, en el pináculo del mundo".
"Soy un combatiente, un revolucionario de las carpas... Al final moriré como un mártir", vociferó. El líder libio también pidió a sus simpatizantes que le arrebaten las calles a sus opositores.
Gadafi, el líder árabe con más tiempo en el poder, también apareció brevemente por televisión el martes por la mañana para disipar los rumores de que había huido. Sentado en un auto frente a la que parecía ser su residencia y asomado bajo un paraguas por la puerta del pasajero, dijo a un entrevistador que había querido ir a la Plaza Verde de la capital para dirigirse a sus partidarios, pero que la lluvia se lo impidió.
"Estoy aquí para demostrar que estoy en Trípoli y no en Venezuela. No crean a esos perros de las emisoras mentirosas", dijo Gadafi en alusión a los informes de prensa de que había abandonado el país. La escena y las declaraciones duraron menos de un minuto, algo inusual para el temperamental líder, conocido por sus discursos llenos de divagaciones que a veces duran horas.El líder libio habló luego que testigos dijeron que los cuerpos de manifestantes muertos a tiros por fuerzas leales al gobierno libio quedaron abandonados en las calles de un barrio de la capital el martes.
La extensión de los disturbios a la capital tras una semana de protestas y cruentos enfrentamientos en las ciudades del este revela una fuerte agudización de la crisis. Las fuerzas de seguridad desataron la represión más fuerte de cualquier país árabe tras la ola de protestas que barre la región y ha provocado la caída de los gobiernos tunecino y Egipcio.
La Alta Comisión de la ONU por los Derechos Humanos dijo que, de acuerdo con fuentes del país, la represión había causado más de 250 muertos y centenares de heridos. La organización Human Rights Watch, con sede en Nueva York, dijo que los muertos sumaban ya 233. Era imposible precisar la cifra debido a la dificultad para tener acceso a la información.
La titular de la ACNUDH, Navi Pillay, reclamó una investigación y dijo que los ataques sistemáticos a la población civil "podrían constituir delitos de lesa humanidad".
Líderes mundiales expresaron indignación. La secretaria de Estado norteamericana Hillary Rodham Clinton pidió a Gadafi que detenga el "derramamiento de sangre inaceptable" y dijo que el mundo seguía los sucesos "con consternación".
Mohamed Alí, miembro del Frente de Salvación Libio y un vecino de Trípoli que habló bajo la condición de anonimato por miedo a las represalias, dijeron que había decenas de cuerpos en las calles de Fashloum, donde los gadafistas abrieron fuego la noche anterior.
Alí, quien habló desde Dubai y el vecino dijeron que los gadafistas dispararon contra ambulancias y que algunos heridos murieron desangrados en las calles.
Ambos dijeron que los habitantes de la capital permanecían en sus casas el martes, después de la advertencia de los gadafistas de que dispararían contra cualquiera que saliese a la calle.
La prensa occidental en general tiene vedado el ingreso al país y no fue posible obtener una confirmación independiente de los informes.Milicianos gadafistas recorrían las calles con altoparlantes y advertían a la gente que no saliera de sus casas, dijeron testigos, mientras las fuerzas de seguridad trataban de impedir que el malestar que comenzó en el este del país —y dejó a Bengasi, la segunda ciudad de país, bajo control de los manifestantes— se apoderara de la capital de 2 millones de habitantes....AFP
Trípoli
El número uno libio, Muamar Kadhafi, se mostró decidido a permanecer en el poder, en momentos en que sus fuerzas de seguridad llevaban a cabo una sangrienta represión para salvar al régimen instaurado hace 42 años de una rebelión que el martes controlaba varias ciudades.
Numerosos países criticaron la virulencia de la represión, y el Consejo de Seguridad de la ONU celebrará este martes una reunión de emergencia para discutir la situación en el país norafricano. Varios diplomáticos libios renunciaron en los últimos días a sus cargos, en señal de reprobación de las masacres cometidas en su país.
El coronel Kadhafi, de 68 años, en el poder desde hace 42, hizo una breve aparición la noche del lunes en la televisión estatal libia, "en directo", según el informe, y atacó a los medios occidentales por haber dicho que había huido a Venezuela.
"Voy a ver a los jóvenes a la plaza Verde. Solo para demostrar que estoy en Trípoli y no en Venezuela y desmentir a las televisiones, esas perras", dijo Kadhafi disponiéndose a subir a un coche, y protegiéndose de la lluvia con un paraguas, delante de su residencia-cuartel de Bab Al Aziziya.
En Trípoli llovía la noche del lunes.
Pese a esa aparición de 22 segundos en las pantallas, el poder de Kadhafi se tambalea: la rebelión se extendió el domingo a la capital -donde los manifestantes saquearon una televisión y una radio oficialistas- y las deserciones se multiplicaron, incluyendo la de pilotos que se negaron a bombardear a los manifestantes.La televisión estatal informó el lunes de un operativo de las fuerzas de seguridad "contra los saboteadores y quienes siembran el terror", en el que "varias personas murieron", sin más precisiones.
Residentes en Trípoli denunciaron una "masacre" en los barrios de Tayura y Fashlum.
En este barrio, los residentes denunciaron la llegada en helicópteros de mercenarios africanos que abrieron fuego indiscriminadamente contra la población.
Por el contrario, la televisión oficial libia desmintió este martes informaciones sobre "masacres" y denunció "mentiras y rumores".
Antes de los enfrentamientos del lunes, organizaciones internacionales de defensa de los derechos humanos evaluaban entre 200 y 400 el número de víctimas de la sublevación iniciada el 15 de febrero.
Esto es el fin del régimen. Nunca hemos visto algo así. Rezamos para que se acabe pronto", dijo a la AFP por teléfono un residente de Trípoli contactado por teléfono desde El Cairo.
Un latinoamericano que vive en Gargaresh, un barrio de Trípoli algo alejado del centro, refirió haber oído "tiros toda la noche" del domingo al lunes a proximidad de su domicilio.
El expatriado, que trabaja para una empresa europea, relató asimismo, en una entrevista por Skype, que camino al aeropuerto había varios controles "de tipos armados con kalashnikovs" y que asistió al arresto de varios africanos.
Agregó que varios de sus colegas se habían instalado con mujeres e hijos en las oficinas de la empresa para la cual trabajan, a la espera de ser evacuados.
El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, convocó para este martes a las 14H00 GMT una reunión en Nueva York del Consejo de Seguridad, y dio parte de una conversación telefónica de 40 minutos con Kadhafi, durante la cual instó al líder libio a "cesar la violencia contra los manifestantes".
La jefa de la diplomacia estadounidense, Hillary Clinton, reclamó por su parte "el cese del baño de sangre inaceptable" en Libia.Diplomáticos libios ante la ONU se sumaron a los pedidos de renuncia de Kadhafi. El número dos de la misión libia, Ibrahim Dabashi, acusó a Kadhafi de haber "declarado la guerra" contra su propio pueblo y de estar cometiendo un "genocidio".
El embajador libio en India, Ali al Isawi, declaró este martes a la AFP haber dimitido la víspera debido a la violencia "masiva" e "inaceptable" contra civiles en su país, y citó expresamente el bombardeo de manifestantes por la Fuerza Aérea.
Dos pilotos libios -ambos con el grado de coronel- aterrizaron con sus Mirage F1 en Malta, para no cumplir con órdenes de bombardear a manifestantes en Benghazi (este), indicaron fuentes castrenses maltesas a la AFP.
El ministro libio de Justicia, Mustafá Abdeljalil, renunció a su cargo, para denunciar "el uso excesivo de la fuerza" contra las protestas.
Según reportes de la Federación Internacional de Derechos Humanos (FIDH), los manifestantes controlaban varias ciudades, entre ellas Benghazi (la segunda del país), Syrta y Tobruk (todas en el este), así como Misrata, Joms, Tarhuná, Zenten, Al Zawiya y Zuara, cerca de la capital.
El hijo de Kadhafi, Saif al Islam, emplazó la madrugada del lunes a los libios a deponer la rebelión.
"Me dirijo a vosotros por última vez antes de recurrir a las armas", dijo Al Islam, antes de advertir que Libia no es "Túnez ni Egipto", en referencia a las revoluciones que en esos dos países provocaron en las últimas semanas la caída de otros longevos regímenes autoritarios.
Un influyente teólogo qatarí de origen egipcio, el jeque Yusef al Qardaui, de 85 años, emitió el martes una fatua en el canal de televisión Al Jazeera en la que llamó al ejército libio a asesinar a Kadhafi.
"Si alguno del ejército libio puede disparar una bala contra Muamar Kadhafi para que Libia se libre de él, que lo haga", declaró......AP
El Cairo
Profundas grietas surgieron ayer lunes en el régimen de Moamar Gadafi al dimitir funcionarios libios en el país y en el extranjero, desertar pilotos de la fuerza aérea e incendiarse un edificio gubernamental tras choques en Trípoli.
Los manifestantes exhortaron a desafiar una noche más al líder del mundo árabe con más tiempo en el poder a pesar de la intensa represión aplicada por las fuerzas de seguridad.
Gadafi se presentó en la televisón estatal durante menos de un minuto el martes en la madrugada con el fin de acallar los rumores de que había huído de Libia.
Sentado en un automóvil frente a lo que parecía ser su residencia, y sosteniendo un paraguas por la portezuela abierta en el asiento del pasajero, le dijo a un entrevistador que había querido acudir a la Plaza Verde en la capital para hablar con sus partidarios, pero la lluvia se lo impidió.
“Estoy aquí para mostrar que estoy en Trípoli y no en Venezuela. No le crean a esas estaciones perras que engañan”, afirmó, refiriéndose a los reportes noticiosos de que había salido del país.
Al anochecer, la milicia que respalda a Gadafi recorrió las calles de Trípoli y con bocinas dijo a la gente que no saliera de sus casas, indicaron algunos testigos, en momentos en que las fuerzas de seguridad intentan aplacar los disturbios que han recorrido el este del país —los cuales dejaron a Bengasi, la segunda ciudad más grande de la nación, bajo el control de los manifestantes— y que ahora están abrumando la capital de dos millones de habitantes.La televisión estatal anunció que el ejército había “irrumpido en los escondites de los saboteadores” y solicitó al público que apoye a las fuerzas de seguridad. Los manifestantes exhortaron a efectuar una nueva protesta en la Plaza Verde y frente a la residencia de Gadafi.
Sin embargo, algunos testigos en varios barrios describieron una imagen de intimidación: el ejército envió helicópteros que sobrevolaban la principal avenida costera, mientras que hombres armados de la milicia pro Gadafi dispararon desde vehículos en movimiento y contra fachadas de casas para atemorizar a la población.
Los jóvenes que buscaban reunirse en las calles fueron obligados a dispersarse y a buscar protección de los disparos, afirmó uno de los testigos.
LAS COMUNICACIONES FUERON INTERRUMPIDAS
Aparentemente las comunicaciones en la capital habían sido cortadas, y no era posible contactar los teléfonos celulares de los habitantes desde el extranjero. Un video emitido por un canal estatal mostraba a cientos de partidarios de Gadafi marchando en la Plaza Verde mientras agitaban fotografías del líder libio y ramas de palmera.
El hijo de Gadafi, Seif al- Islam, dijo que el ejército llevó a cabo bombardeos en áreas remotas, lejos de barrios residenciales, contra depósitos de municiones, según lo citó la televisión estatal, negando informaciones de que aviones caza habían atacado sectores de Trípoli y Bengasi.
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