El país conmemora hoy el 41 Aniversario de la muerte del coronel Francisco Alberto Caamaño, quien cayó acribillado por el fuego de las fuerzas militares del gobierno el 16 de febrero de 1973, tras encabezar un movimiento guerrillero que duró catorce días. La familia Camaño ha invitado para una misa en el Panteón de la Patria, hoy a las 11:00 de la mañana.
Sobre su muerte, el ingeniero Harlet Hermann dice que el líder de Caracoles fue capturado con vida y fusilado horas después por por orden expresa del entonces presidente de la República, Joaquín Balaguer. “En aquellos momentos de impunidad absoluta, los verdugos se jactaban públicamente del hecho”. Hermann insiste en que siempre se recuerde a los mártires del movimiento guerrillero y que nadie olvide a los protagonistas del crimen.
Según su relato, luego de dos semanas de persecuciones y combates, cerca de 11:00 de la mañana, un soldado que iba a la vanguardia de los perseguidores hizo la señal de congelarse. A pocos metros, un guerrillero limpiaba su fusil. Sin posicionarse debidamente, el cabo Almánzar junto con los hombres de la vanguardia, comenzaron el ataque con fusiles y lanza granadas M-79.
Hamlet, compañero de armas del coronel Caamaño, ha relatado que éste fue capturado y llevado por el cabo Farías y el raso Villamán ante el primer teniente Almonte Lluberes. El cabo Farías iría entonces a dar aviso a los superiores sobre la captura de Caamaño, la muerte de Pérez Vargas y las heridas graves de Lalane José, y que faltando quince minutos para las 2:00 de la tarde, el prisionero fue entregado al general Beauchamps Javier y al coronel Castillo Pimentel, que inmediatamente ordenó atar las manos de Caamaño. Entonces, lo maltrató físicamente.
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